Ahora que acaba de empezar el colegio, un nuevo curso, debemos pensar cómo motivaremos a nuestros hijos. Si vamos por el buen camino o, en cambio, hay posibilidad de probar nuevas herramientas que consigan estimularlos académicamente.
Para ayudarnos en esta tarea, contamos con la ayuda del pedagogo Miguel Ángel González, director de Kumon España. Él nos ofreció un webinar donde nos dio todas las claves.
¿Qué es la motivación?
“La motivación no es algo mágico que ocurra de forma natural. La motivación se construye”, nos dice Gonzalez. Es decir, la motivación es “la energía que ponemos en juego para poder pasar del estado actual al estado deseado, hasta conseguir el objetivo que se ha planteado”. González, nos da los ingredientes necesarios para conseguir esa motivación en nuestros hijos:
- Deben tener metas y objetivos.
- Deben tener el deseo de alcanzarlos.
6 errores que cometemos con nuestros hijos cuando queremos que alcancen sus objetivos o metas
Las madres y padres, así como los docentes, tenemos un papel fundamental a la hora de conseguir que nuestros hijos/alumnos se motiven. A veces, sin darnos cuenta, cometemos errores que van en detrimento de esta motivación. González nos enumeró los 6 más relevantes:
- Nos centramos en el resultado, no en el proceso: esto es un error. Si solo nos fijamos en las notas del examen, y no en el proceso que ha llevado a mi hijo a sacar esa calificación, en su esfuerzo, estaremos desviando la atención de lo verdaderamente importante. Si hay esfuerzo, un buen proceso, los resultados ya llegarán. Pero si no hay esfuerzo ni un proceso, los resultados, de darse, se darán por mera suerte.
- Foco en lo cuantitativo: nos fijamos en si nuestro hijo se lo sabe o no se lo sabe, no miramos más allá. No le damos importancia a la actitud, si esta es la adecuada al realizar una tarea. Tampoco ponemos el foco en sí la capacidad que ha ido desarrollando está mejorando.
- Falta especificar: hay que concretar y poner la energía de nuestros hijos en una dirección concreta. No hacerlo puede causar que se pierdan en el proceso.
- Abuso distal vs. Próximo: hay que poner la vista en lo más cercano, en lo que está a corto plazo. Aunque mirar a largo plazo es importante, primero hay que fijarse en las metas más próximas.
- La dificultad de la tarea: a veces, tanto profesores como padres establecemos retos muy difíciles de conseguir. Lo que provocamos con esto es que nuestros hijos/alumnos se frustren. Para motivarles, hay que ponerles metas y objetivos adaptados a su nivel de desarrollo.
- Nuestros hijos no se implican: A menudo, no implicamos a nuestros hijos en la formulación de estas metas, lo que les aparta de la tarea, les resta motivación.
¿Cómo activamos el deseo de motivación?
¿Qué podemos hacer nosotros como padres para conseguirlo, más allá de dejar de cometer los errores arriba mencionados?
- Hay que mostrar interés, no hay nada más potente que un padre interesado. El rendimiento académico correlaciona con el nivel de interés que la familia muestra en el ámbito académico de los niños.
- También, conocer qué es aquello que les gusta, qué es aquello que va a movilizarlo para que cumpla su meta.
- Otro aspecto que activará el deseo, es ser el modelo de nuestros hijos. Si ven que nosotros hacemos nuestras tareas, ellos tendrán más energía para realizar las suyas.
- Igualmente, hay que piropear, elogiar, que ellos vean que son competentes. Y que nosotros, como padres, creemos en ellos. Así pues, sabemos que pueden ser responsables, que pueden hacer la tarea por sí mismos y que no nos necesitan. No hay nada que motive más que sentir que podemos hacer algo.
- Tenemos que enseñarles a ser independientes. Así se sentirán capaces, lo que aumentará su autoestima y les dará fuerzas para enfrentarse a retos cada vez más complicados.
- Para concluir, participar en los objetivos de nuestros hijos. Utilizar la conexión que tenemos con ellos para impulsar la motivación.
