Buenos titulares, frases destructivas. La educación se merece algo más que 140 caracteres
Leo Farache King reflexiona sobre las críticas vertidas por padres y madres hacia los profesores. “En una conversación de réplicas y contrarréplicas en Twitter se utilizan frases hechas que aparentemente son convincentes, al tiempo que son hirientes y destructivas. Son los “padres expertos educativos” una nueva hornada de ciudadanos que basan su “sólida” argumentación en “querer lo mejor para mi hijo, con ello voy a muerte y nadie – por muy profesor que sea – me lo va a impedir”. Te pido a ti, madre y padre que no permitas que otro colega madre o padre de clase de tus hijos sea quien haga que los profesores sientan inseguridad, temor, indefensión, desmotivación”. Hay, reconoce Leo Farache, profesores buenos y regulares. “Colaboremos con todos ellos. No nos queda otra”, concluye. De todo esto hablaremos esta tarde en FNAC de Callao (Madrid) a las 19:30. Abordaremos buenas experiencias educativas con Begoña Ibarrola, Raúl Bermejo, Maite Vallet y Ángel Peralbo. Puedes inscribirte aquí: https://www.ticketea.com/entradas-charla-pacto-por-la-educacion-en-equipo/. ¡No faltes!
“Tenemos alumnos del siglo XXI, profesores del XX y un sistema educativo del XIX” es una frase fácil de memorizar, como eslogan publicitario es bueno. La frase contiene un ataque al colectivo de profesores, a los colegios en general. Todos ellos, según esta sentencia, están anclados en el pasado y no son capaces de atender las necesidades de sus alumnos. Esta frase, ya de uso extendido (por su fácil memorización) demuestra que los 140 caracteres, los titulares, son tan llamativos como insuficientes.
En el programa “Te doy mi palabra” presentado por Isabel Gemio (Onda Cero) se habla de la relación entre madres, padres y profesores. Todos los que llaman para intervenir – unas diez personas – son profesores (a excepción de uno de ellos, el resto son profesoras). “La sociedad opina de la educación con ligereza. No veo que se opine del trabajo de los médicos, de los funcionarios, de los taxistas como se opina del trabajo de nosotros, los profesores. Los padres vienen a decirnos cómo debemos hacer nuestro trabajo. No creo que los pacientes vayan a decirle al médico lo que tiene que hacer, ni creo que queramos enseñar a los jueces cómo deben administrar la justicia”, argumenta amargamente una profesora.
Conozco a unos cuantos profesores – Carmen, Javier, Noelia, Mari Carmen, Pedro, Emilio, Pablo, Sonia y muchos más – que no son merecedores de esa frase injusta. Son merecedores de nuestro aplauso y reconocimiento. Sí, es cierto, conozco a otros a los que esa frase les haría justicia pero que – con toda seguridad – no les estimulará para cambiar su proceder que en la mayoría de las ocasiones es fruto de la ignorancia más que de la falta de voluntad.
“Prefiero que mi hijo estudie música antes que mindfulness con la orientadora que es una sectaria” (leído en Twitter). Frases de este estilo son utilizadas por padres que creen que su crítica es inteligente y que su decisión está cargada de razón. Han decidido contraponer su versión con la de los profesores de una forma tajante y violenta. A ellos no les gustaría que les trataran así en su trabajo pero han decidido que ellos sí pueden tratar a otros así. Son los “padres expertos educativos” una nueva hornada de ciudadanos que basan su “sólida” argumentación en “querer lo mejor para mi hijo, con ello voy a muerte y nadie – por muy profesor que sea – me lo va a impedir”. Padres que verbalizan su pasión educativa delante de sus hijos proponiéndoles que se comporten como clientes exigentes con sus profesores.
Son madres y padres estúpidos. Hacen daño a todos, se hacen daño a sí mismos. Son madres y padres que enarbolan la bandera del conocimiento desde la más atrevida de las ignorancias. Te pido a ti, madre y padre que no permitas que otro colega madre o padre de clase de tus hijos sea quien haga que los profesores sientan inseguridad, temor, indefensión, desmotivación.
Como conocerás a alguno de esos padres, te sugiero que les envíes un documento que se llama el Pacto por la educación en equipo y que puedes encontrar en www.equipoeducativo.com para que desistan de su necia actitud. Hay muchos y buenos profesores. También hay muchos y regulares y malos profesores. Colaboremos con todos ellos. No nos queda otra. En nombre de la inteligencia, del sentido común y de la educación (con mayúsculas) . Demostremos, como dice la leyenda de SM y Fundación SM, que – de verdad – #laeducaciónnosmueve.
Imagen de portada: Geralt /Pixabay
