¿Cuándo es recomendable comprarle el primer móvil a nuestro hijo? ¿Es bueno ponerle reglas de uso? ¿Cuánto tiempo con una pantalla se considera que no es perjudicial? Cuando los niños llegan a una edad (cada vez antes), empiezan que si su amigo tal ya tiene móvil, que si a no sé quién le dejan ver YouTube solo… Y tú te encuentras en un mar de dudas sin saber qué hacer. Óscar González ha escrito un interesantísimo libro llamado Tus hijos y las nuevas tecnologías. Consejos y pautas para educarlos y protegerlos en el que, como dice el título, ofrece pautas sobre cómo educar a los hijos en las nuevas tecnologías.
Óscar es profesor de Educación Primaria, escritor, asesor educativo y fundador de Alianza Educativa. Hemos hablado con él sobre su libro y, a modo de resumen, te dejamos 10 pautas fundamentales para educar en las nuevas tecnologías.
- Uso limitado de los dispositivos digitales. Más que convencer a nuestros hijos para que no estén tanto tiempo conectados, Óscar dice que “se trata de que aprendan desde que son bien pequeños que los dispositivos digitales no pueden estar siempre en funcionamiento y hay unos tiempos de uso limitado. Si lo hacemos desde que son pequeños crecerán sabiendo que no pueden estar permanentemente conectados”.
- Elaborar un plan de consumo mediático para la familia. Óscar recomienda establecer unas normas de uso en la familia y nos propone que elaboremos nuestro propio plan de consumo mediático. La web de American Academy of Pediatrics pone a tu disposición una herramienta para crearlo.
- Antes de los 2 años, nada de pantallas. Tiene muchas repercusiones negativas: “puede contribuir a un déficit de aprendizaje, a una pérdida de oportunidades de relaciones interpersonales, a la impulsividad, a la inatención, a la disminución del vocabulario, a problemas de adicción y de lenguaje, etc.”, argumenta.
- No ceder a la presión del grupo. Ni para abrirle al niño cuentas en redes sociales ni para comprarle un móvil. “Debemos establecer y mantener nuestro criterio y decisión sobre el tema como padres sin dejarnos influir por la opinión de otras familias y amigos de nuestros hijos”, añade Óscar.
- Hasta los 14, sin móvil. “Estamos dejando el teléfono móvil en manos de nuestros hijos excesivamente pronto. Según un estudio realizado por Mobile Phone Checker, a los 7 años de edad, lo que me parece un auténtico disparate. Estamos acabando con la infancia y creando necesidades inútiles, adelantando y quemando etapas a una velocidad de vértigo”, señala Óscar. Por eso, propone el autor, que retrasemos al máximo la compra del teléfono, pues a un niño de 7-8 años no le hace ninguna falta un teléfono móvil. A partir de los 14 ya cambia la situación…”, dice.
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Portada del libro ‘Tus hijos y las nuevas tecnologías. Consejos y pautas para educarlos y protegerlos’, de Óscar González. Las reglas son convenientes y necesarias. Si ha llegado el momento de comprarle el móvil a nuestro hijo, tenemos que dejarle claro las siguientes reglas para hacer un uso responsable:
– No deben responder llamadas con número oculto.
– No facilitar su número a extraños (tampoco el número de sus amigos).
– No guardar datos personales en el móvil.
– No compartir imágenes que les envían sus amigos con terceros, sobre todo si son de carácter personal o íntimo.
– Si son víctimas de ciberbullying, deben guardar los mensajes de texto y e-mail.
– Si reciben imágenes pornográficas o con agresiones, tienen que entregarlas a los adultos (sus padres o profesores). - Momentos del día prohibidos de móvil. Según lo hablado con Óscar, si lo consideramos oportuno, no hay ningún problema con establecer normas de uso desde el inicio, por ejemplo: para hacer los deberes, durante las comidas y para dormir, el móvil fuera de la habitación. De hecho, Óscar nos sugiere que hasta podemos firmar un contrato con nuestro hijo sobre los usos del móvil, para dejar claro las normas desde el principio y que luego no haya problemas.
- Las madres y padres tenemos que dar ejemplo. “Si queremos transmitir un mensaje coherente, debemos empezar por nosotros mismos”, subraya Óscar. “No podemos decir al niño que mientras se come no puede estar conectado al WhatsApp y nosotros estar haciéndolo continuamente en cada comida: transmitamos coherencia en nuestro mensaje”, añade.
- Juegos de antes y jugar con ellos. Óscar considera esencial “volver a lo ‘simple’, a los juegos de antes. La recomendación no solo es que compremos juguetes que sustituyan estos aparatos tecnológicos sino que además dediquemos tiempo a jugar con ellos. Como destaca Margot Sunderland, ‘si proporcionas a tu hijo muchas actividades imaginativas exploradoras, activarás el sistema de «búsqueda» de su cerebro. Cuando opera este sistema, el niño tiene ganas de vivir, curiosidad, y el impulso y la motivación necesarios para hacer realidad sus ideas creativas’”.
- Supervisar, no espiar. “Nuestra función como padres no es la de espiar sino la de supervisar (que no es lo mismo), pero hay padres que espían el móvil de sus hijos y lo reconocen abiertamente. Otros, lo hacen a escondidas pero no se atreven a decirlo. ¿Es correcto espiar los mensajes que envían nuestros hijos por internet?
Según se destaca en la Ley Orgánica 1/1996 de protección jurídica del menor: “Los menores tienen derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen. Este derecho comprende también la inviolabilidad del domicilio familiar y de la correspondencia, así como del secreto de las comunicaciones”.
Pero si corre un grave riesgo ¿hasta dónde puede inmiscuirse un padre en la intimidad de un hijo menor? ¿hasta dónde llegan los deberes de los progenitores como titulares de la patria potestad? Ésta, reconocida en el artículo 154 del Código Civil, se ejerce “en beneficio de los hijos” y comprende el deber de «velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral».
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