¿Dudas de si tener un animal doméstico en casa? Quizá esta historia termine de convencerte

La pequeña perra que está en la imagen que veis justo debajo se llama Kika.

 

 

Coincidí con ella y con su orgullosa dueña en Sopeña, un pequeño pueblo del valle de Cabuérniga, durante las pasadas vacaciones. Kika no paraba de llorar, emitía un continuo gemido de lamento que a cualquiera no le pasaría desapercibido.  

  • ¿Qué le pasa a la perra, señora?, pregunté a la anciana y cariñosa mujer que paseaba con la perra al lado de la iglesia.  
  • Se asusta y llora. Desde que la adoptamos siempre llora cuando ve a alguien que para ella es desconocido. Nos han explicado que ha debido sufrir malos tratos. Seguramente fueron uno o varios hombres quienes la maltrataron, llora más cuando el desconocido es un hombre – me explica con dulzura, detalle y paciencia. 

Maltratar a un perro esta solo al alcance (entiéndase la ironía, por favor) de quien vive con ausencia de cariño, desconoce el dolor ajeno hasta el punto de que disfruta provocándolo. Esa persona existe, está entre nosotros y es peligrosa. Puede maltratarnos a cualquier de nosotros como lo ha hecho con Kika.  

Cuidar y llegar a querer a los seres vivos que nos rodean lo aprendemos gracias a lo que vemos en casa. Como dice nuestra querida Mar Romera, nuestros hijos no aprenden de lo que les decimos, “nos aprenden” viéndonos. Te proponemos que disfrutemos juntos de los seres vivos que nos rodean y, hoy, en homenaje a Kika en especial a los animales domésticos que tanta compañía hacen a tantas familias y que tantos buenos momentos hacen pasar a quienes los tienen. 

Heike Freire, pedagoga, especialista en transformación educativa y autora de “Educar en verde” menciona que “Los niños necesitan la naturaleza. Se sienten espontáneamente atraídos por ella y, en su contacto, se desarrollan de forma más saludable a todos los niveles: físico, emocional, mental, social y espiritual”.  

La forma más sencilla y potente de respetar a algo es queriéndole. Kika y todos los animales merecen nuestro respeto. Eduquemos a nuestros hijos para amarles. 

Y, ¿por qué no? Quizás esta reflexión te haga pensar sobre la conveniencia de tener un animal doméstico en casa o de tomarte en serio conectar a tus hijos con la naturaleza. Algunas de los beneficios educativos de esa decisión son: 

  • Aprendizaje de valores 
  • Asumir responsabilidades  
  • Una excusa perfecta para hacer ejercicio físico 
  • Ayuda en el equilibrio emocional 
  • Trabajo en equipo con otros miembros de la casa. 
  • Fomenta relaciones con otras personas 

 Si te haces miembro de nuestra comunidad, puedes acceder a 25 cursos que te ayudarán en el viaje de educar a nuestros hijos. Puedes acceder a ellos por solo 18 euros al año en www.educarestodo.com 

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Leo Farache

Nacido en Madrid, de la añada del 63. Su vida profesional ha estado ligada al mundo de la comunicación, gestión, marketing. Ha dirigido algunas empresas y escrito tres libros (“Los diez pecados capitales del jefe”, “Gestionando adolescentes”, “El arte de comunicar”). Ha ejercido de profesor – “una profesión que nos tenemos que tomar todos más en serio” – en la Universidad Carlos III, UAM y ESAN (Lima) en otras instituciones educativas. Es padre de tres hijos y ha encontrado en la educación su elemento. Fundó en 2014 la empresa Educar es todo desde donde opera esta iniciativa cuyo objetivo es ofrecer ideas e inspiración educativa a madres y padres que quieren saber más para educar mejor.

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