Rodríguez de la Fuente. No solo es un apellido compuesto. Si cerramos los ojos cuando lo pronunciamos, seguro que nos viene a la mente uno de los mejores narradores de historias relacionadas con la naturaleza. No es casualidad, entonces, que su hija Odile decidiera continuar el legado de su padre y estudiar biología. Además, es productora de cine y escritora. Y acaba de presentar ‘La historia más fascinante del mundo’, una suerte de cuento en el que explica a los niños el origen de la vida y de la Tierra, como le hubiera gustado que se lo contaran a ella. En Educar es todo hablamos con Odile y, de paso, homenajeamos la figura del gran Félix Rodríguez de la Fuente.
P. ¿Cómo surge ‘La historia más fascinante del mundo’?
R. Siempre he sentido una gran curiosidad por la historia de nuestro planeta y la vida. Me hacía preguntas como ‘¿Cuántos años tiene nuestro planeta? ¿Cuándo, cómo y por qué apareció? ¿Cómo surge la vida? ¿Han existido cambios climáticos en el pasado y por qué? ¿Cómo aparece la conciencia? etc…esta inquietud me llevó a documentarme y al hacerlo me topé con un reloj de 24 hrs, que se usaba como herramienta para hacer, más fácilmente asimilable, la edad de la Tierra, así como los principales acontecimientos en su extensa historia. A partir de ese momento empecé a utilizar el reloj en mis charlas y comprobé que funciona especialmente bien con los niños. La editorial vio un video en el que explicaba a unos niños la historia de la Tierra usando el reloj y se pusieron en contacto conmigo para invitarme a escribir un libro sobre ello.
P. ¿Cómo le explicamos a nuestros hijos 4.600 millones de años para que lo entiendan, es decir, el origen de la Tierra?
R. De eso va precisamente el libro. De hacer este viaje tan asombroso y difícil de asimilar, por la magnitud de tiempo del que estamos hablando, lo más didáctico posible. Para ello utiliza una herramienta fantástica que es un reloj de 24 horas. Si comprimimos esos 4600 millones de años en el reloj, es mucho más fácil asimilar lo que realmente representan tantos miles de millones de años cuando lo comparamos con el tiempo que llevamos aquí los seres humanos, por ejemplo o con cuando aparecieron y desaparecieron los dinosaurios o cuando surge la vida.
P. ¿A los niños de hoy en día les falta naturaleza, juego al aire libre?
R. Totalmente. De hecho, hay cada vez mas estudios que vinculan muchas de las enfermedades infantiles y de la adolescencia, que van al alza, con un déficit de naturaleza. Alergias, intolerancias, problemas respiratorios, obesidad por nombrar algunos. También problemas emocionales y conductuales, así como diversos síndromes como el TDAH.
Hay cada vez mas estudios que vinculan muchas de las enfermedades infantiles y de la adolescencia, que van al alza, con un déficit de naturaleza
P. ¿Qué podemos hacer nosotros para que en el sistema educativo o en la sociedad en general se incluyese de verdad esa concienciación por la protección del planeta?
R. En el sistema educativo es difícil influir a nivel de los currículos escolares, pero desde las asociaciones de padres sí se puede presionar para poner en marcha diferentes iniciativas como huertos escolares, excursiones a granjas o espacios naturales, extraescolares relacionadas con la naturaleza y deporte al aire libre, etc…como familias es fundamental tratar de sacar a los niños a la naturaleza. Ya sea a parques de ciudades y, si es posible, a espacios naturales o pueblos. Dejar que los niños jueguen y exploren la naturaleza es vital para que no pierdan ese sentido de pertenencia a ella, con el que todos nacemos, así como su curiosidad y capacidad de asombro. En definitiva, para que no pierdan el vínculo. A partir de ahí, es mucho más fácil concienciar desde el intelecto, pero el aspecto experiencial es vital.
Dejar que los niños jueguen y exploren la naturaleza es vital para que no pierdan ese sentido de pertenencia a ella
P. ¿Cómo podemos los padres y madres convertirnos en ‘contadores de historias’ tan necesarios para nuestros hijos?
R. Sintiendo curiosidad por el mundo que nos rodea. Esa curiosidad te lleva a leer y a aprender y después, no hay mayor placer que compartir lo que uno aprende con sus hijos. De hecho, creo que los padres nos volvemos mas curiosos cuando tenemos hijos. Quizá sea por todas las preguntas que nos hacen.
P. El libro está pensado para niños mayores de 7 años, que fue la edad que tenías cuando tu padre falleció. No es casualidad. ¿Es la historia que te hubiese gustado que te contara tal cual con esa edad?
R. ¡¡Es verdad!! No me había dado cuenta. Es una casualidad muy curiosa. De hecho, la edad la han puesto desde la editorial. Y efectivamente tienes razón en que es la historia que me hubiese encantado que me contaran de pequeña y, en cierta medida, era la que me contaba mi padre, a través de diferentes historias, ya que todas ellas estaban vinculadas a lo asombrosos que somos los seres humanos como parte de la naturaleza que puede verse a sí misma y asombrarse ante su fascinante historia.
P. A todos nos marcó tu padre. Supongo que siendo su hija, tu conexión con la naturaleza, con el medio ambiente, con los animales, la huella que dejó en ti fue mucho más poderosa teniendo en cuenta también tu profesión…
R. ¡Claro! Haber disfrutado de su presencia, aunque sólo fuera en los primeros 7 años de mi vida, me marcó. Su entusiasmo y pasión por la naturaleza te atrapaban. Acercarse al mundo a través de los ojos de mi padre era una auténtica aventura. Compartir vocación con mi padre creo que me dio mucha seguridad en mi misma para perseguir mis sueños.
Acercarse al mundo a través de los ojos de mi padre era una auténtica aventura.
P. Tenía una forma muy personal de relatar las historias, que atrapaban, cuanto más a una niña que estaba deseosa de que volviera de sus viajes y proyectos. ¿Qué mochila de recuerdos te llevas de tu infancia?
R. Bufff. Una inmensa. Siento una infinita gratitud por la infancia que he tenido. Rodeada de amor y seguridad, pero expuesta a un universo de estímulos. Siempre con ganas de seguir aprendiendo y descubriendo. Tuve la suerte de percibir que la vida era una aventura maravillosa desde muy pequeña.
P. ¿Podría decirse que es un homenaje a él?
R. Claro! Casi todo lo que hago es un homenaje a mi padre. Siempre está ahí, guiándome e inspirándome.