Nadie está preparado para afrontar uno de los mayores retos de la vida: educar a los niños y niñas. Ser madre y ser padre es un reto complejo, y muchas veces cargamos con la culpa al creer que no estamos educando a nuestro hijo de la mejor manera. Es importante que sepamos que hay muchas cosas que en nuestra maternidad y paternidad hacemos bien, y que incluso aquellas cosas que creemos que estamos haciendo mal están bien.
Por eso, para seguir en este gran desafío de educar a nuestros hijos e hijas, repasamos 5 cosas que hacemos bien como padres y madres que creemos que está mal.
Ir a nuestra actividad deportiva o de ocio por las tardes
Con la llegada de nuestros hijos, todo nuestro tiempo libre lo dedicamos a ellos y ellas. Aquellas madres y padres que siguen realizando actividades deportivas o de otros hobbies algunas tardes se sienten culpables al sentir que no están atendiéndoles. Darnos espacio para cultivar las cosas que nos gustan va a hacer que seamos mejores padres y madres, tengamos mejor humor y dediquemos ese ratito a autocuidarnos.
Dar amor incondicional a nuestros hijos
¿Habéis escuchado alguna vez “no lo cojas tanto que le vas a acostumbrar”? O “déjale llorar, porque si no va a ser dependiente de ti y un blando”. Recibimos muchos mensajes por parte de conocidos y de la sociedad que dicen que no debemos querer tanto a nuestros hijos: cuando son pequeños, si estamos todo el rato con ellos, van a ser muy demandantes; cuando ya van creciendo, si les abrazamos, les consolamos y acompañamos sus emociones cuando están mal y no les dejamos solos en estas situaciones no van a aprender a gestionar los conflictos y problemas futuros.
Pero es todo lo contrario. Estas muestras de amor y cariño van a incentivar un mejor vínculo y un apego seguro con nuestro hijo. Este amor le va a hacer saber que estamos ahí para ayudarle en cualquier ocasión.
Estar agotada y traer guarrerías para cenar a casa
Parémonos a reflexionar la siguiente pregunta: ¿qué viene a nuestra mente si vemos a una madre llegar con comida rápida? Que es una mala madre que no tiene tiempo de hacer la cena. Pero ¿si eso lo hace el padre? Es un padre enrollado.
Sigue habiendo una doble vara a la hora de medir y observar la maternidad y la paternidad. Está bien no llegar a todo. Está bien rendirnos y ceder espacios a la improvisación y a los recursos que más a mano tenemos. Esto no nos hace malas madres ni malos padres, nos hace humanos. Y es que nuestros hijos no nos quieren perfectos, nos quieren felices. No estamos siendo malas madres ni malos padres si traemos comida rápida para cenar, estamos haciendo todo lo que podemos.
Volver al trabajo y dejar a cargo del cuidado a otros cuidadores
Cuando se acaba la baja por maternidad o paternidad tras nacer nuestro hijo, padres y madres nos encontramos ante el problema de qué hacer con la criatura mientras que tenemos que ir al trabajo. Llevar más de 6 meses sin separarnos de ella es complejo tanto para nosotros como para el bebé. Esta culpa sobre todo la cargan más las madres, pues son las encargadas de la alimentación exclusiva en el caso de la lactancia materna. Pero tengamos en cuenta que aunque nos hayamos convertido en madres y en padres somos algo más allá que eso. Debemos seguir desarrollándonos como personas, seguir haciendo las cosas que nos gustan, siempre teniendo en cuenta a nuestros hijos, pero también teniéndonos en cuenta a nosotros mismos.
Ceder el cargo de nuestros hijos al otro progenitor y darnos un tiempo
Pongamos en situación: nuestro hijo ha tenido una rabieta, antes ha empezado a pintar las paredes, y antes de eso ha demandado toda nuestra atención. Nuestra paciencia está a una gota de que colme el vaso. En estas situaciones pensamos que no podemos más, que la educación de los niños nos supera, que necesitamos unas horas para volver a estar bien. Y es completamente normal, porque llevamos la carga de que no estamos haciendo nuestro deber, y más teniendo tiempo para ellos. Ceder el cargo en estos momentos es beneficioso tanto para nuestro bienestar como para nuestra salud mental.