Hoy celebramos el Día de los Abuelos y así festejamos una figura esencial para la infancia, porque no podemos estar más de acuerdo con esta reflexión de Joyce Allstom: “Los abuelos, al igual que los héroes, son tan necesarios para el crecimiento de los niños como las vitaminas”. Y es que la relación de complicidad que establecen muchas veces abuelos y nietos y las horas que pasan juntos, pues los abuelos son muchas veces los que vienen a suplir la falta de medidas de conciliación convierten a nuestros padres en protagonistas principales de la vida de nuestros hijos.
¿Abuelos esclavos? La importancia de cuidar con equilibrio
Según un reciente estudio entre personas mayores en Cataluña, el 73,3% de los participantes aseguraba que cuidaba a sus nietos y casi uno de cada cuatro afirmaba que lo hace todos los días. Solo uno de cada diez mayores afirma poder elegir cuándo cuida a sus nietos, mientras que casi un tercio señala que son sus hijos quienes deciden. Por eso, la mitad de los encuestados reconoce que existe la figura del abuelo esclavo, aunque solo un 3% se considera como tal.
En otro estudio anterior, se concluyó que cuidar a los nietos ocasionalmente reduce el riesgo de morir en los siguientes 20 años en un 37%. Según la autora de este estudio, llevado a cabo en Berlín entre 1990 y 2009, los abuelos que cuidan esporádicamente a sus nietos podrían liberar más oxitocina, una hormona relacionada con la felicidad y el amor y que se segrega cuando hacemos deporte o damos un abrazo. En este mismo estudio se detalla que ser el cuidador principal es un motivo de estrés y puede afectar a la salud de los abuelos, por lo que se subraya la importancia del equilibrio.
Los conflictos entre abuelos y padres por la educación
Padres y abuelos no viven del mismo modo la educación de los niños. Tal vez porque tratamos de educar con un modelo diferente al que hemos recibido, porque lo que sabemos ahora sobre infancia, alimentación sana y mundo emocional es muy diferente de lo que nuestros padres sabían cuando éramos niños o porque, directamente, los abuelos son los grandes boicoteadores de las normas que con tanto esfuerzo hemos establecido en casa (llegan con chuches cuando no toca, hacen la vista gorda cuando los niños no quieren hacer lo que deben y suelen decir que no les toca educar, sino malcriar a sus nietos).
Nos contaba en nuestra plataforma Borja Vilaseca que hay muchos padres que no han hecho las paces con su propio pasado, que guardan rencor a sus propios padres por la forma en que fueron educados. Borja considera que vivir así la relación con nuestros padres nos daña, nos hace dependientes. Por eso aboga por entender que “nuestros padres lo hicieron lo mejor que supieron”.
Sin embargo, y no solo porque nos faciliten la conciliación, la relación entre abuelos y nietos es tremendamente beneficiosa. Los abuelos se convierten en referentes para nuestros hijos, unos referentes que no van siempre con prisa y que les pueden ampliar los horizontes y ser sus aliados.
Claves para fomentar una buena relación con los abuelos
Si quieres mantener una buena relación con tus padres y fomentar que establezcan una fuerte unión con tus hijos, aquí tienes algunas claves que te podrán ayudar.
- Tener claro su papel: Se suele decir que los padres crían y los abuelos malcrían. Quizá hay que tener claro que, como nos decía la pedagoga Eva Bach en una ponencia en Barcelona, “la función de los abuelos es amar, apoyar, disfrutar del hecho que la vida siga adelante a través de los nietos”. Su función no es, por tanto, usurpar el papel de los padres ni suplantarlos continuamente. SI tenemos esto en cuenta, bajará nuestro nivel de exigencia.
- Mostrarles gratitud: El amor de un abuelo es tan especial que es un verdadero regalo. Solo por estar, por querer a nuestros hijos y por cuidarlos merecen nuestra gratitud. Antes de recalcar cosas que no te gustan, es importante mostrar siempre gratitud, que no solo implica decir gracias sino tener algún detalle, ayudarles a cuidarse, conversar con ellos, hacer planes con ellos y, sobre todo, no sobrecargarlos porque no podamos conciliar… Es importante mostrarles gratitud no solo porque lo merecen, además estarás enseñando con el ejemplo a tus hijos a forjar una relación sana padre-hijo. “Sonríe a tus padres y te sonreirán tus hijos””, nos decía Eva Bach.
- Ayudar a crear un vínculo fuerte abuelos-nietos: Fomentar que pasen tiempo de ocio juntos, que establezcan una relación de confianza y complicidad contribuirá a que tus hijos vean en sus abuelos unos referentes y aliados.
- Mantener una comunicación clara y asertiva: Si hacen algo que te molesta o crees que perjudica la educación de tus hijos, la comunicación clara y con respeto es clave. Expresar por qué te ha molestado, qué necesitas que hagan y debatir sobre cómo resolver estos pequeños conflictos o malos entendidos ayudan más que un reproche airado.
- Tener siempre en cuenta sus necesidades y su punto de vista. Nuestros padres tienen derecho a cuidarse, a tener sus planes y tener su propia vida por muy abuelos que sean. Y, además, tienen derecho a tener su propio estilo y visión de su relación con sus nietos. Si respetamos estos derechos, estaremos ayudando a crear una relación más armoniosa y sana entre padres, hijos y abuelos.
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