Vídeos que inspiran: “No es maña”, sobre las rabietas, de FonoInfancia

Una madre se queja de que su hijo se está portando mal hoy, con continuas rabietas. ¿Se podría resolver esta habitual situación de otro modo?

Una madre se queja de que su hijo se está portando un poco mal hoy, con una rabieta constante: no ha querido levantarse para ir a la escuela infantil, se ha despertado enfadado, ha protestado porque no quería andar y ha lloriqueado al entrar en la escuela.  Su madre se muestra desesperada. Esta escena seguro que nos resulta muy familiar, pero ¿podría haberse desarrollado de otra manera? Este vídeo de FonoInfancia Chile nos da la respuesta.

Como nos decía Yolanda Salvatierra, gracias a quien conocimos este vídeo, “un “mal comportamiento” nos está expresando un malestar. Una rabieta, las malas contestaciones, el no obedecer, no querer comer o irse a dormir… no son respuestas que vengan motivadas por sensaciones de placer”. En el vídeo, Juanito lloriquea y grita no por diversión, sino porque se encuentra mal. Si tenemos en cuenta esto, tal vez evitemos dejarnos llevar por pensamientos como: “me quiere hacer la vida imposible”, “me está desafiando todo el rato”, “es un caprichoso”…, ideas que seguro que pensó la madre en la primera parte del vídeo.

¿Qué podemos hacer ante estas rabietas?

  1. Lo primero es entender que este mal comportamiento que nos enerva, que nos saca de quicio o que nos complica nuestra planificación no es una batalla que nos quieren ganar, es fruto de un malestar y que, muy en el fondo, nuestros hijos reclaman de esta manera que los ayudemos a gestionarlo.
  2. Nos decía Yolanda Salvatierra que “la dificultad que tienen las emociones es tratarlas desde la calma“. Tratar de mantener la calma para llevar a nuestros hijos a la calma es todo un desafío. Nos decía Begoña Ibarrola en una de sus ponencias que “cuando tus hijos se sientan abrumados por las emociones, en una pataleta o en un enfado que no sabemos cómo controlar, lo que podemos hacer como padres y madres es desde la calma esperar y ayudarles a que salgan, pero no unirnos a su caos”. 
  3. Nuestros hijos necesitan, para calmarse, comprender dos cosas: primero, qué les pasa y por qué, y segundo, que seguimos siendo su apoyo incondicional. Por eso, es necesario ayudarles a poner nombre a las emociones que sienten y lo que les ocurre y, además, mostrar empatía hacia su malestar y sus emociones.
  4. Aunque las emociones y el malestar no deberían criticarse (diciendo, por ejemplo, “mira cómo te pones por esta tontería”), sí es necesario guiar el comportamiento de la manera más específica posible (y, como bien dice el niño del vídeo, “pórtate bien” no es específico). Por ejemplo, como en el vídeo: “No me puedes pegar, me duele, yo no te pego a ti”.
  5. Cuando sea posible, ofrecer la posibilidad de decidir o elegir alternativas ante el malestar que sienten. Por ejemplo, en el vídeo: “Veo que no te quieres levantar aún, ¿nos quedamos un ratito en la cama haciéndonos mimos?”. En medio de la tempestad es complicado pedirles que tomen decisiones, así que a veces el momento para hacerlo será después: “¿Qué podemos hacer la próxima vez que pase algo parecido?”, le podemos preguntar.
  6. Y, por supuesto, es imprescindible dar ejemplo. La madre de Juanito no le puede decir a gritos que no chille. Y pedir disculpas o ayuda cuando nos desbordemos también es dar un gran ejemplo.

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Educar es Todo es un proyecto cuyo objetivo es colaborar con madres y padres en su labor educativa. Uno de los pilares fundamentales de una buena sociedad es apoyar la tarea de las madres y padres que lideran los hogares y la educación de sus hijos. Por eso, queremos acompañarlos en este apasionante viaje educativo, aportando ideas, reflexiones y estrategias que les ayuden a conseguir ese objetivo, que entendemos que es el de todos. Esperamos que también el tuyo.

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