Los seres humanos somos seres sociales. Desde que nacemos, nos relacionamos con otras personas, y nuestra felicidad depende, en gran medida, de cómo de satisfactorias sean estas relaciones.
Para que nuestros hijos tengan relaciones satisfactorias hace falta que dispongan de buenas habilidades sociales. Estas habilidades no son innatas, sino que se aprenden a través de la observación de los demás, de las enseñanzas de otras personas, de la interacción directa con el medio…etc.
¿Qué habilidades sociales son las más importantes? ¿Cuáles deberíamos inculcar a nuestros hijos? Las repasamos con la ayuda de la psicóloga Sara Ríos Gil, quien las recoge en un capítulo del libro ‘El arte de educar jugando’, de Silvia Álava.
Habilidades sociales básicas y habilidades sociales complejas
Para Ríos Gil, las habilidades sociales se dividen en dos grupos: las básicas y las complejas.
Habilidades sociales básicas
- Saber escuchar: aquí es fundamental el lenguaje no verbal: mirar a los ojos, asentir con la cabeza, sonreír cuando sea oportuno… “Esto es algo que tenemos que enseñarles sobre todo con el ejemplo”, nos dice Ríos Gil.
- Iniciar una conversación: es básico saber identificar si es un buen momento para iniciar una conversación o la persona no está disponible.
- Mantener una conversación: una vez que hayamos iniciado una conversación, hay que saber mantenerla. “Una buena escucha activa es fundamental para que el otro se sienta atendido y eso dé pie a seguir la conversación haciendo nuevas preguntas. También hay que saber cómo introducir un tema nuevo sin interrumpir al otro”.
- Terminar una conversación: “evitando ser bruscos y tratando de no cortar a la otra persona”.
- Presentarse adecuadamente: “podemos ayudar a nuestros hijos a entender qué cosas se dicen en una primera presentación y qué cosas nos guardamos para nosotros”.
- Dar las gracias en las ocasiones correctas: aquí nuestro ejemplo es vital. “Somos modelos de conducta. Si nos ven que somos agradecidos con los demás, les será más fácil serlo a ellos”.
- Hacer un cumplido: los cumplidos nos ayudan a establecer relaciones positivas con los demás, no obstante, nos dice Ríos Gil, “conviene intentar no excedernos en los cumplidos porque puede verse como exagerado y poco natural”.
Habilidades sociales complejas
- Saber decir ‘no’ adecuadamente: no siempre tenemos que estar de acuerdo con lo que nos dicen los demás, ya que cada uno tenemos nuestra forma de pensar, y tenemos derecho a decir ‘no’, pero “teniendo en cuenta no ser bruscos ni ofender a los demás, sino expresar nuestra negativa con respeto”.
- Realizar una petición: sin exigir, de manera adecuada. “Y si la otra persona dice que ‘no’, aceptarlo sin enfadarnos ni alterarnos”.
- Tomar decisiones: nos cuesta mucho tomar decisiones, en cambio, es algo a lo que nos tendremos que enfrentar muchísimas veces a lo largo de nuestra vida. Debemos entrenar a nuestros hijos para ello “ayudándoles a definir las opciones, los pros y contras de cada una de ellas, buscar alternativas o soluciones…”.
- Defenderse correctamente de una crítica: hay diversas maneras de reaccionar ante una crítica. “Hay que enseñar a los niños a defenderse de ellas sin alterarse ni enfadarse”.
- Expresar alguna queja: debemos dejarles claro que no pasa nada por expresar aquello que no les guste, pero “hay que enseñarles a hacerlo correctamente, desde el respeto, explicando bien el por qué no le ha gustado y ofreciendo una alternativa”.
¿Cómo entrenamos estas habilidades sociales?
Para entrenar las habilidades sociales de nuestros hijos, Ríos Gil da una serie de claves:
- Los adultos somos referentes de nuestros hijos; constantemente nos están observando y copiando. Por ese motivo debemos ser un buen ejemplo a nivel social y hacer con los demás las cosas que queremos que hagan ellos.
- Es fundamental que desde pequeños fomentemos que estén con otras personas de confianza además de nosotros y también con otros niños de su edad.
- El desarrollo social de un niño tiene lugar poco a poco, y esto hay que tenerlo en cuenta para saber qué pedirle en cada etapa de su vida.
- Utilicemos el juego para inculcar estas habilidades. Por ejemplo, podemos hacer un teatro de presentaciones para enseñarles de manera amena y divertida la importancia de presentarse a los demás y cómo hacerlo correctamente. También podemos jugar con una pelota en la mano a respetar los turnos de palabra. Sacaremos un tema, debatiremos sobre él, pero solo podremos hablar cuando tengamos la pelota en la mano.