María Soto es la responsable del proyecto Educa Bonito con Disciplina Positiva y ha escrito numerosos posts en nuestro blog que nos han hecho reflexionar y emocionarnos. El 24 de noviembre estará con nosotros en Madrid hablando de educar sin miedo. En la actualidad, organiza talleres para familias y docentes sobre cómo acompañar el proceso de adaptación a la vuelta al cole. Hablamos en esta entrevista de qué significa educar sin miedo, sobre los miedos que tenemos padres y madres y sobre la importancia de transmitir seguridad y cuidar el vínculo, porque, afirma, “nos necesitan estables”.
Tu ponencia se llama Educar sin miedo. ¿A qué tenemos miedo madres y padres?
A demasiadas cosas. Si frecuentas chats o foros de madres y padres, casi todas las entradas empiezan con un “estoy preocupado o preocupada por…” ” Me da miedo que…” O bloqueos, dudas que parecen obvias, pero que aparecen porque en demasiadas ocasiones el miedo nos paraliza. Es lógico que no sepamos muchas cosas, y esa incertidumbre, o esas situaciones nuevas que no esperábamos nos causen ciertas dudas, pero parece que últimamente nos estamos olvidando de confiar en nuestros instintos. ¿Cómo se supone que hemos llegado hasta aquí? Es normal tener prudencia, interesarse, anticiparse y a veces sentirse abrumado, lo que no es natural ni sano es ese sinvivir constante. Yo estuve ahí como primeriza, estaba atemorizada, y se pasa muy mal.
Muchos miedos inexplicables vienen de haber perdido la “tribu”. No sabemos lo que es un niño porque la última vez que vimos uno fue cuando nosotros éramos pequeños. Luego vemos una rabieta en nuestros hijos y pensamos que tienen un problema. Y los que si pertenecemos a una “tribu”, de amigos o familiares, el otro gran poblema es etiquetar y diagnosticarlo todo. Cada año aparecen 2 o 3 “trastornos de…” nuevos, que atemorizan a los padres y nos hacen mirar a nuestros hijos como a pacientes, no como a personas en desarrollo, compararnos con los demás y pretender no haya nunca ningún problema.
Pero es curioso que luego no tengamos miedo a las consecuencias de darles el móvil o la tablet a edades muy tempranas o no ser un poco más cuidadosos con su alimentación. Podría parecer que tenemos los miedos un poco descolocados.
¿Qué supone para nuestros hijos e hijas que eduquemos con miedo?
Una inseguridad tremenda. Somos las personas que tienen que guiarlos y protegerlos. Si nos notan asustados o con miedo, esto puede provocarles desconcierto y también desconfianza.
El respeto que muchas veces se trata de imponer a través de la autoridad realmente se adquiere por la seguridad que les ofrecemos. Los niños admiran, siguen y les gusta aprender de las personas que les parecen estables y seguras de sí mismas.
Cualquier cosa que hagamos con miedo tiene muchas posibilidades de salir mal. Los niños captan nuestras emociones y las hacen suyas. Es el mecanismo que les ayuda a entender el mundo. Si la emoción que transmitimos nos está bloqueando o desbordando, lo van a notar y les va a causar inquietud. A veces pensamos que la ira es lo único malo a la hora de educar, lo único que debemos gestionar, pero es importante tener en cuenta que actuar con miedo también se vuelve en nuestra contra porque nuestros hijos dejan de confiar en nosotros.
Una de las fases que más miedo nos da es la adaptación escolar. Tú estás llevando a cabo talleres sobre el tema. ¿Qué claves nos puedes dar para acompañar lo mejor posible en este proceso?
Vivirlo como un drama o como una oportunidad para crecer y disfrutar depende de nosotros. Ellos nos van a mirar cuando lleguemos a la puerta del aula y podemos pensar que dejamos a nuestro hijo en manos de desconocidos, solo, demasiadas horas, desamparado, que va a estar fatal, etc…o dejar de poner el foco en nuestras propias inseguridades y respetar su momento. Porque es su primer día. Nos necesitan estables y preparados para atender sus necesidades.Ellos si tienen derecho a tener miedo, porque son días intensos, pero paradójicamente el “no llores” se oye en casi todas las aulas el primer día.
Validar sus sentimientos, permitirlos y acompañarlos, sin pretender anularlos o minimizarlos, nos ayudará a que se sientan conectados con nosotros y que confíen en que si les dejamos en ese sitio, es porque nada malo puede pasarles.
Pueden entrar felices o nerviosos, llorando o como si nada. Y todo está bien. Cada niño tiene su proceso y nuestra calma será su refugio.
¿Qué ideas clave tenemos que tener padres y madres para educar con confianza y sin miedo a nuestros hijos?
Dos ideas:
- Sabemos hacerlo. A veces hay que frenar, observar qué pueden estar percibiendo de nuestra forma de tratarles, y dejar hacer al corazón. Volver siempre al vínculo y cuidarlo mucho será lo que nos salve de problemas reales. Si estamos conectados, podremos superar cualquier reto (¡porque retos los va a haber siempre!)
- Los errores sirven para aprender y crecer. Los suyos y los nuestros. En ocasiones somos exigentes o poco realistas, o creemos que si fallamos les fallaremos e incluso vemos peligro donde no lo hay…y es que no hay nadie perfecto ni infalible y nos vamos a equivocar muchas veces, inevitablemente, porque somos humanos, y al reparar nuestros fallos seremos ejemplo de humildad y de muchos valores que a veces pretendemos que aprendan si verlos: aceptación, compasión, empatía, superación, esperanza…
Siempre vamos a hacerlo lo mejor posible, y esto debería de darnos la confianza suficiente. Todo lo que viene desde el amor, tendrá sus frutos.
¿Qué mensaje clave te gustaría dejar en tu ponencia?
Confía.
¿Por qué te has animado a participar en nuestro evento? ¿Qué te parece el proyecto?
Para mí es un placer y un honor formar parte del proyecto, porque es un recurso valiosísimo para las familias, y está creado y realizado con muchísimo esmero, cariño y entrega. La madres y padres reciben herramientas prácticas y factibles de una forma muy sencilla, y estoy convencida de que con cada conflicto resuelto desde el respeto, gracias a este tipo de formaciones, se contribuye de una forma muy real en la sociedad. Para mi es la única forma, de hecho. Educando podemos mejorar las cosas, y creo que es una idea que compartimos, por eso estoy feliz de formar parte de este grupo humano. Los eventos son oportunidades para refrescar conceptos y recargarnos de ilusión y ganas por seguir avanzando. ¡Un lujo para mí!
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