Subrayar con un bolígrafo verde los aciertos y respuestas correctas de nuestros hijos y alumnos en lugar de señalar los errores con el bolígrafo rojo. Esa es la propuesta que se hizo viral gracias a una bloguera rusa, Tatiana Ivanko hace unos años. Según cuenta Tatiana, así quiso enseñar a su hija pequeña aprender caligrafía, rodeando las mejores respuestas en verde. En lugar de poner el foco en errores y almacenar en la memoria de su hija las respuestas incorrectas, el método del bolígrafo verde se centra en las partes de la tarea que se han realizado de manera correcta. Promueve emociones positivas que puede impulsar el aprendizaje y animar a los niños a buscar logros por sí mismos.
Lo cierto es que cuando señalamos a nuestros hijos o alumnos cómo no hacer las cosas, no les ayudamos a recordar cómo tienen que hacerlas. Pero ¿es este un buen método de aprendizaje y corrección de nuestros hijos? O lo que es más, ¿no crearemos niños adictos al refuerzo positivo? Lo analizamos con reflexiones de nuestros expertos.
La importancia de transmitir mensajes positivos para corregir y motivar a los niños
Álvaro Bilbao, neuropsicólogo, nos comenta en nuestra plataforma, lo importante que es ofrecer a nuestros hijos mensajes positivos sobre sí mismos. En el hipocampo, nos cuenta, “se almacena la información sobre cómo es el mundo y cómo somos”. Si decimos a nuestro hijo que es muy perezoso, no se esforzará porque su cerebro le dirá que es muy perezoso. “Esos mensajes se quedan grabados a fuego en su hipocampo y conformarán su visión de sí mismos”. Como conclusión nos invita a “dar muchos mensajes positivos a nuestros hijos y minimizar los negativos”.
Del mismo modo, Cristina Gutiérrez, responsable de La Granja Escola de Santa María de Palautordera, lamenta en un vídeo de nuestra plataforma que “en nuestra sociedad lo que es negativo está bien visto y lo que es positivo, los besos, los abrazos y las palabras que cuidan, está mal visto”. De este modo,vemos más aceptable socialmente criticar a un compañero que abrazarlo. Cristina considera que adoptar esta visión tan negativa, que puede hacer que veamos más fácil reñir a nuestros hijos que abrazarlos o decirles cosas bonitas, “es una decisión que los niños no han tomado”.
Así que ofrecer mensajes positivos a nuestros hijos, que les ayuden a formarse una imagen positiva de sí mismos, es una buena base sobre la que construir su seguridad en sí mismos, y una buena autoestima.
Pero, ¿cómo corregir y motivar a los niños?
Os ofrecemos algunas claves:
- Es algo muy común que nos centremos en lo negativo, en lo que hay que corregir y cambiar. Pero lo cierto es que para cualquiera, incluso para los adultos, sería más agradable si los mensajes que nos transmiten sobre nosotros mismos son más positivos que negativos. Esto es más importante aún para nuestros hijos, porque nuestras ideas sobre ellos son unos cimientos fundamentales en la construcción de su propia imagen y autoconcepto.
- Nuestros hijos y alumnos están aprendiendo y cometen errores. Que no vean los errores como un drama y las correcciones como un ataque personal depende también de nosotros. Y tal vez si acostumbramos a nuestros hijos y alumnos solo a remarcar los aciertos y los elogiamos por ellos, podríamos estar educando a niños adictos al refuerzo positivo y que vivan los errores como una tragedia.
- Tal como señala Eva Bach en nuestra plataforma, es recomendable corregir las conductas y no calificar a nuestros hijos. Alberto Soler se muestra de acuerdo: “Debemoss corregir, centrándonos en la conducta pero no etiquetemos”. Explicar a nuestros hijos que la habitación está desordenada, sin recurrir al muy típico “eres un desastre” puede ayudar a corregir comportamientos inadecuados de nuestros hijos. Es decir, cambiar el ser por el estar. No decir nunca “eres desordenado”, sino “últimamente estás descuidando un poco tus cosas”.
- Por otro lado, ya se ha demostrado que alabar el resultado de alguna manera mata el esfuerzo, porque nuestros hijos no querrán perder ese refuerzo positivo. Felicitarles por el esfuerzo, las ganas y el interés en lugar de poner el foco en el resultado les ayuda a sacar su mejor versión y a superarse a sí mismos.
- En una ponencia, el filósofo y pedagogo Gregorio Luri relacionó la perseverancia (el esfuerzo mantenido en el tiempo) con “la ciencia del error y esa conciencia del error”. Para Luri es importante que entendamos los errores “para hacer explícita la lógica que hay detrás”. Tal vez si no ayudamos a nuestros hijos y alumnos a entender en qué y por qué se han equivocado les dejaremos sin guía para poder mejorar y superarse.
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