En una época en la que las prisas se han adueñado de nosotros, en las que si un vídeo de YouTube dura más de 40 segundos no lo vemos, en la que solo leemos el titular de las noticias… no nos sorprenderá conocer estudios como el realizado por la Universidad Pompeu Fabra, que revela que solo el 48% de los padres españoles leen cuentos a sus hijos, frente al 80% de Islandia o el 73% de Suecia.
Leer, mucho más que placer o entretenimiento
Aunque para muchas personas leer puede ser un hobby, una actividad que les aporta placer y entretenimientos, leer es mucho más, es un proceso de máxima importancia en la educación de nuestros hijos, es la base de todo aprendizaje. El pedagogo Gregorio Luri no se cansa de repetirlo: “el fracaso escolar es básicamente un fracaso lingüístico”, tesis que avalan los datos del informe PISA, donde España sigue sin superar a la media de los países de la OCDE en comprensión lectora. Como dijo el máximo responsable de este informe, Andreas Schleicher, “los estudiantes con habilidades de lectura más sólidas también tienden a ser mejores en la resolución de problemas, simplemente porque la gestión e interpretación de la información y el razonamiento complejo siempre son necesarios para resolverlos”. O lo que es lo mismo, para resolver un problema, hay que entender su enunciado, y si los niveles de comprensión lectora son bajos, los niveles de resolución de problemas también lo serán.
Es por ello, que la lectura es la base de todo aprendizaje, y ahí radica su importancia. Pero además, fomenta el pensamiento crítico y la inteligencia emocional, como siempre nos ha resaltado la escritora de cuentos infantiles Begoña Ibarrola: “En este tipo de relatos aparecen emociones de todo tipo (alegría, miedo, enfado, sorpresa, envidia) y los niños se ven arrastrados por esas experiencias emocionales, pero desde una distancia que les permite sentir pero sin riesgos. Por empatía, sienten con los personajes e incorporan vivencias a través de la imaginación que les van a servir de soporte para ir interpretando el mundo que los rodea y su propio mundo interior”.
Leer cuentos a nuestros hijos, es decir, practicar su lectura pasiva, es el primer paso para que ellos, más adelante, se adentren en la lectura activa. Además de la distracción que proporciona, la lectura también aporta los siguientes beneficios:
- Ejercita la mente
- Transmite conocimientos y cultura
- Incentiva el aprendizaje autodidacta
- Amplía el vocabulario
- Mejora la expresión oral y escrita
- Estimula la concentración
- Cultiva la imaginación
- Da a conocer otras culturas y épocas
- Anticipa problemas y experiencias de la vida
- Activa la empatía
- Desarrolla la sensibilidad estética
- Forma un gusto y un criterio propios
- A mi hijo no le gusta leer, ¿qué hago?
A mi hijo no le gusta leer, ¿qué hago?
“Habitualmente nos encontramos con alumnos a los que no les gusta leer porque no están leyendo obras que se ajustan a su nivel de lectura. Esto también pasa, y lamentablemente mucho, con los adultos. No se lee más porque no se comprende” nos explica Eva Sotres, directora del departamento de Material Didáctico de Lectura de Kumon.
¿Estamos seguros de estarles dando a nuestros hijos el material adecuado para fomentar su gusto por la lectura? De igual forma que a muchos niños no les gustan las matemáticas hasta que no las entienden, ocurre con la lectura. Si les resulta complicado entender lo que están leyendo se desmotivan y dejan de lado el libro. Pero no solo ese libro, la lectura, por miedo a que vuelva a ocurrir lo mismo.
“Debemos tratar a cada lector de manera individualizada. Es necesario que a los niños y jóvenes les recomendemos libros acordes a su nivel de competencia lectora y a sus gustos sin uniformizar las recomendaciones de lecturas basándonos en el enfoque erróneo de que lectores de la misma edad han de leer el mismo libro o que a todos, por la mera coincidencia de estar en el mismo curso escolar, les interesa el mismo tema o género. Sabemos que cada niño es distinto y único, y que el nivel de competencia lectora no está determinado por su edad” apunta Eva. Para ayudarnos en esta tarea podemos consultar la Guía de bibliografía recomendada de Kumon, la primera Guía de recomendaciones de lecturas clasificadas por el nivel de competencia lectora del niño, y no por la edad. Abarca un total de 390 títulos que comprenden todas las etapas de la formación de un lector y se ha organizado de acuerdo a la competencia lectora que es necesario tener para disfrutar de cada libro.
Si los padres conocemos la importancia de crear el hábito y el gusto por la lectura y sabemos las fases o etapas por las que pasarán nuestros hijos, podremos favorecer ese camino y personalizarlo con recomendaciones para que fluya con total naturalidad entre libros, géneros y temáticas hasta convertirse en un gran lector. Esta es la forma en la que Kumon lleva trabajando más de 60 años. Este pasado mes de octubre, además, añadió su programa de lectura en inglés. El nuevo programa de Kumon English ofrece un amplio recorrido para adaptarse a niños desde los 2 años en adelante, empieza con la comprensión auditiva, continúa con la lectoescritura, la escritura oracional y la gramática para finalizar con la comprensión lectora de textos originales de gran complejidad, ofreciendo a sus alumnos la posibilidad no solo de aprender inglés sino de aprender EN inglés.
De esta forma, conseguir que el libro que le regalemos estas navidades se convierta en uno de sus regalos favoritos no será tan difícil. Y este será solo el primer paso para que vengan muchos más.
Cómo fomentar la lectura en casa
En la Guía Kumon también nos dan una serie de recomendaciones para instalar el hábito de la lectura en los más pequeños, siendo lo más importante crear un ambiente en casa que los estimule. Entre las ideas claves, podemos destacar las siguientes:
- Esforzarnos por crear hábitos: un momento al día para la higiene, para el sueño, para el ocio… y también para la lectura.
- Que los adultos de la familia lean y se fomente que los niños y jóvenes también lo hagan.
- Que los libros que haya en casa estén a la vista y al alcance de todos.
- Leer en voz alta, en familia. De dos en dos, en grupo… o por turnos.
- Hablar de libros. Recomendar libros. Regalar libros.
- Sugerir y no imponer.
- Compartir.
- Crear una pequeña biblioteca en casa. El salón, el cuarto o el baño…; cualquier lugar es bueno para crear una biblioteca familiar.
- Ir a la biblioteca pública o a la librería más cercana para descubrir nuevos libros interesantes.
Y esta noche… ¿les leemos un cuento?
A continuación te dejamos un vídeo que ilustra brevemente estas ideas.
Puedes contactar con tu centro Kumon más cercano aquí: http://www.kumon.es/