Cuando es un bebé, llora. Cuando ya ha crecido un poquito, te pone una y mil excusas para retrasar el momento de irse a la cama, luego te pide agua, que si quiere un cuento, que te quedes con él o ella en la cama… Le cuesta dormir solo. Dice Álvaro Bilbao en su libro Todos a la cama, que “si comprendemos los motivos, podremos entender mejor en qué situación se encuentra nuestro hijo”. Lo que sucede muchas veces es que estamos cansados, perdemos la calma y pensamos “que lo está haciendo a propósito”. Pero como asegura el neuropsicólogo, “Cada vez que un bebé llora, tiene una buena razón para hacerlo”.
¿Por qué mi hijo no quiere dormir solo?
Pasar a dormir solo es un proceso muy duro para los niños. Nos han metido en la cabeza que tienen que dormir solos porque si no les vamos a hacer dependientes, miedosos e inseguros, y el caso es que no hay evidencias científicas que confirmen esto. De hecho, en muchas culturas se sigue practicando el colecho y lo que se ve mal es, precisamente, que dejes a tu bebé durmiendo solo tan pequeño.
El cerebro del ser humano nace muy inmaduro. Igual que al principio el bebé es dependiente para todo (para comer, para bañarse, para vestirse…), también lo es para dormir. Son los procesos madurativos de los que hablábamos en el post del otro día. Del mismo modo que no se puede correr e intentar que el niño se ponga de pie y ande con cuatro meses, no podemos pretender sacarlo de la habitación, dejarle solo y que lo lleve fenomenal. A los niños les cuesta, y a algunos más que a otros, porque como señala Álvaro Bilbao “no hay dos cerebros iguales” y, por tanto, no hay dos niños iguales.
En general, no nos gusta sentirnos solos. Y el niño necesita sentir que sus padres van a estar ahí en cualquier momento, aunque duerman en otra habitación. Es la teoría del apego de la que también tratamos en el blog la semana pasada. El apego seguro hace que la confianza y seguridad del niño se desarrolle. Dice Bilbao que “cuanto más rápida, constante y fiable sea la respuesta de la madre (o quien desempeña el papel de figura de apego) en el cuidado del niño, mayor confianza y seguridad psicológica desarrollará el niño en sí mismo a lo largo de su vida”. Además, según destaca en su libro, se ha demostrado que “los niños que han desarrollado un apego seguro, no solo tienen más confianza en sí mismos, sino que también se muestran más solidarios y establecen vínculos afectivos más seguros con otras personas”.
Cómo puedes ayudar a tu hijo a dormir solo
- Lo primero y más importante: Atiéndele cuando llore o cuando te llame. Si el niño siente que se atienden sus necesidades, crecerá sintiéndose seguro y con buena autoestima y confianza en sí mismo.
- Crea unos buenos hábitos de sueño: baño, masaje, pijama y cena.
- Léele un cuento. Está comprobado que la lectura, antes de dormir, favorece el sueño.
- Si ya duerme en cama, siéntate a los pies de esta mientras le lees el cuento y quédate un ratito hasta que termina de dormirse.
- Cuando ya esté acostumbrado a eso, puedes probar a levantarte y quedarte al lado de la cama. Le dices que estás ahí, que tranquilo/a, y cuando se duerma, sales de la habitación.
- Una vez el niño se haya hecho a que no te sientes en su cama y a que te quedes de pie, puedes probar a acercarte más a la puerta. Así, poco a poco, el niño se irá a la cama tranquilo y se acostumbrará a dormir solo. Si en algún momento te pide volver al paso anterior, hazlo, vuelta a empezar, puede que tu hijo necesite más tiempo y hay que entenderlo.
Como señala en su libro Álvaro Bilbao, todos los niños son diferentes y puede que estas pautas te funcionen con tu hijo o no, no es ciencia. De todas formas, si quieres aprender más para educar mejor a tus hijos, te recomendamos los interesantísimos cursos online de nuestra plataforma. Por solo 6,95 €/mes, podrás acceder a un material muy interesante elaborado por grandes profesionales como Álvaro Bilbao, Begoña Ibarrola, Maite Vallet o Alberto Soler.
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- Entrevista a Álvaro Bilbao tras la publicación de su libro ‘Todos a la cama’.
