El término “brecha salarial” ya es conocido por muchas personas, pero para los que aún no les suene, hace referencia a la diferencia de salario (de media) que cobran las mujeres con respecto a los hombres. En España en la actualidad esta brecha salarial llega hasta al 30%, es decir, que la media del salario de las mujeres llega a ser un 30% más bajo que el de los hombres. Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Las mujeres cobran menos por el simple hecho de ser mujeres? Vamos a repasar algunos datos.
Razones de la brecha salarial
Si aún estuviéramos en el siglo XX, el concepto de brecha salarial podría sonarnos hasta lógico. Que las mujeres cobraran menos que los hombres no tenía nada de sorprendente: la mayoría de mujeres no tenían estudios, eran educadas para ser cuidadoras (de sus hijos, de su marido, de sus familiares…), por lo que si accedían al mercado laboral, solía ser con profesiones relacionadas con la educación o los cuidados, profesiones menos valoradas que cualquiera que pudieran ejercer los hombres (tanto social como salarialmente). Bueno, esto pasaba en un contexto general. En España, además, tenemos que sumarle que con el franquismo las mujeres no podían siquiera abrir una cuenta en el banco por sí mismas, así que ni hablemos de buscar empleo.
En la actualidad muchos estereotipos se han dejado atrás; hay una gran mayoría de mujeres que acceden a estudios universitarios y ya hace tiempo que se dio la incorporación de la mujer al mundo laboral. Sin embargo, los casos de mujeres dirigentes o que ocupan altos puestos sigue siendo un porcentaje muy reducido. Vamos a hacer un juego rápido, ¿cuántos nombres de presidentas del gobierno (de cualquier país) se te ocurren? 1, 2, 3, ¡ya! Ahora haz lo mismo con hombres. ¿Ves la diferencia? Y esto es solo un ejemplo.
A pesar de la incorporación de la mujer al mundo laboral y del alto porcentaje de mujeres que acceden a estudios universitarios, el estereotipo de “mujer como cuidadora” no se ha superado del todo. Y es aquí donde radica una de las razones más importantes de que no nos libremos de la lacra que supone la brecha salarial.
El caso de Islandia
Islandia es uno de los países del mundo que más ha hecho para reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres. Para conocer mejor este caso, recomendamos la visualización del capítulo 3 de la serie “En pocas palabras”, disponible en Netflix. Pero os vamos a hacer un pequeño resumen con las principales claves:
- En 1975 se da una manifestación multitudinaria de mujeres que toman las calles para denunciar la injusticia de la existencia de la brecha salarial por género.
- Sin las mujeres en sus puestos de trabajo, muchas empresas se ven obligadas a cerrar por no poder llevar a cabo la jornada sin las trabajadoras, lo que desencadena en un movimiento que irá evolucionando poco a poco y trayendo cambios estructurales en la sociedad islandesa.
- En 1980 gana las elecciones la que será la primera mujer en convertirse en primera ministra. A partir de este momento, se empiezan a apreciar cambios en el ámbito político y legislativo.
- En 1988 se aprueba una ley que garantiza a las madres una baja maternal de 6 meses, algo revolucionario para la época, pero que seguía perpetrando el estereotipo de mujeres como cuidadoras y responsables de hacerse cargo de los hijos y la casa, mientras los padres seguían trabajando.
- Al darse cuenta de esto, los legisladores decidieron hacer algo radical: dar la baja paternal a los padres y que fuera un beneficio que se perdía si no se usaba, de forma que presionaban a los hombres que acababan de ser padres a cogerse este permiso. Esta ley fue aprobada el año 2000.
- La baja paternal “obligatoria” no solo supuso cambios en el ámbito laboral, sino también en el cultural. Tanto hombres como mujeres asumían que tendrían que hacer uso de este permiso cuando tuvieran hijos, lo que suponía que ambos progenitores estuvieran en el ámbito laboral y familiar. Pero también para las empresas, que cuando contrataban a gente joven ya sabían de antemano que cabía la posibilidad de que formaran una familia y tuvieran que cogerse la baja, independientemente de ser hombre o mujer.
- En la actualidad, la brecha salarial en Islandia ha desaparecido prácticamente por completo. Excepto un pequeño porcentaje irreducible que, por desgracia, se debe a la discriminación por género.
La clave: la baja paternal obligatoria
¿Por qué fue tan importante la baja paternal obligatoria en Islandia para luchar contra la brecha salarial? La principal razón es que la brecha salarial no radica tanto en que las mujeres cobren menos por el mismo trabajo (que también), sino en las retribuciones, las posibilidades de ascenso, las horas extra, el acceso a altos cargos…
Vamos a poner un ejemplo práctico. María y Pedro trabajan cada uno en sus respectivas empresas y planean formar una familia. Ambos han recibido la misma educación y ambos tienen experiencia, pero una vez tienen a su primer hijo, uno de los dos necesita pasar más horas en casa para encargarse de su cuidado (a pesar de poder contar con ayuda externa, hay momentos en los que es necesario: si el niño está enfermo, si hay que ir a hablar con los profesores…). En estos casos, suele ser la mujer la que se hace cargo de estos cuidados.
Entonces María empieza a pedir entrar un poco más tarde, tomarse el día libre para cuidar de su hijo o llevarlo al médico, reducir su horario a media jornada… Por lo que Pedro sigue teniendo posibilidades de continuar ascendiendo en la empresa, mientras que María empieza a hacer malabares para compaginar el trabajo, la familia y su vida en general.
Pasa el tiempo y María ha tenido que ir renunciando a algunas cosas como la posibilidad de echar horas extra, trabajar a jornada completa, hacer viajes de negocios… Mientras que Pedro, no. Al cabo de los años, ¿adivináis quién ha conseguido prosperar en su carrera y quién no tanto?
Pues aquí radica una de las principales razones de la brecha salarial. Por lo tanto, sí hay un porcentaje irreducible de la brecha salarial que se debe al simple hecho de ser mujer, pero lo que realmente perjudica a las mujeres y perpetúa la diferencia salarial es, de hecho, ser madres. Por lo tanto, podemos afirmar que, si eres madre, estás condenada a cobrar menos.
La educación: como siempre, un arma fundamental
Nos hemos centrado en una de las razones más importantes de la brecha salarial. Pero eso no quiere decir que no existan otras, como por ejemplo que las mujeres suelen elegir carreras relacionadas con las ciencias sociales, cuyos empleos están (por lo general) peor pagados que aquellos relativos a carreras técnicas o científicas. ¿Y por qué sigue pasando esto?
Por la misma razón de siempre: la educación. Si seguimos reproduciendo estereotipos de género, si seguimos relacionando los cuidados con las mujeres, si seguimos sin darle a nuestras hijas e hijos referentes mujeres científicas, empresarias o políticas… Va a ser complicado revertir esta situación.
Y esta educación debe ir acompañada de políticas que apoyen este supuesto, políticas que realmente sirvan de apoyo a la familia y luchen por la corresponsabilidad y la conciliación REAL.