Mi hijo es un santo

Muchas madres y padres tenemos a nuestros hijos idolatrados. Pensamos que son incapaces de hacer cualquier cosa que se escape de nuestro ideal de hijo o hija que nos hemos creado en nuestras cabezas. Pero la cuestión no reside en el hijo que desearíamos tener, sino en el hijo que tenemos. Y eso implica no hacer oídos sordos a señales que nos pueden estar indicando que tiene un problema o simplemente que nos esconde algo. Vamos a hacer un repaso por los mitos y creencias, que a veces asumimos sin cuestionarnos, respecto al comportamiento que tienen nuestros hijos cuando no estamos delante.

1. Mi hijo no fuma porros

Ya sea porque crees que aún es demasiado joven o porque le has enseñado bien a decir que no a las drogas y otras sustancias dañinas, pero tú estás convencido de que tu hijo no sabe ni cómo huele la marihuana. Pues bien, con este artículo no pretendemos decirte que no estás prestándole bastante atención a tu hijo o que sabemos 100% que está consumiendo drogas a tus espaldas. NO. Pero sí que nos parece importante arrojar algunos datos respecto a este tema para que sea algo que tengáis en cuenta y estéis atentos a las señales. O simplemente para que saquéis el tema de conversación y vuestros hijos sepan que pueden contaros cualquier cosa que tenga que ver con las dudas que le surjan al respecto.

  • La tercera droga más consumida por adolescentes en España, después del alcohol y el tabaco, es el cannabis.
  • El consumo de cannabis suele empezar a los 14 años de media.
  • La prevalencia del consumo de cannabis entre los estudiantes españoles de 15 a 16 años es más alta que la media obtenida en ESPAD (Proyecto Europeo de Encuestas Escolares sobre el Alcohol y Otras Drogas) realizada en 35 países.
  • El 60% de los jóvenes encuestados de entre 14 y 18 años considera que es fácil o muy fácil acceder al cannabis.

Datos extraídos del Informe sobre Drogas 2018 del Ministerio de Sanidad y el Informe sobre Drogas en España del Observatorio de la Infancia.

2. Mi hijo no mantiene relaciones sexuales

Siempre que sacamos el tema de la educación sexual hay algunos padres que alegan que ya pondrán sobre la mesa el tema del sexo cuando consideren que su hijo o hija está preparado para mantener relaciones sexuales. “¡Pero si mi hijo todavía es un niño!”, “Aún es demasiado pronto para hablarle de sexo…”. Pues bien, aquí van más datos que revelan que lo de mantenerse vírgenes hasta el matrimonio (o incluso hasta la mayoría de edad) es algo que hace mucho que pasó de moda.

  • La edad media del inicio de relaciones sexuales en jóvenes se sitúa en 16,4 años (cada vez antes)
  • Un 29,7% de las jóvenes encuestadas ha tomado la píldora del día después.
  • El 68.5% de los chicos jóvenes considera que la formación que ha recibido sobre sexualidad no es suficiente. La cifra aumenta al 74,5% entre chicas jóvenes.
  • A la edad que inician sus relaciones sexuales los jóvenes reconocen tener presiones: por perder la virginidad, por ser unos máquinas, por encajar en el grupo…

Datos extraídos de la Encuesta Nacional sobre Sexualidad y Anticoncepción entre los Jóvenes Españoles.

3. Mi hijo no ve porno

Siguiendo la misma línea que la anterior afirmación, y por mucho que no os guste, es muy probable que al móvil de vuestros hijos o hijas haya llegado contenido pornográfico. Y es que la edad de inicio en el consumo de pornografía entre los jóvenes es aún menor que la de inicio en las relaciones sexuales. Y, al final, todo está relacionado entre sí:

  • Como hemos mencionado antes, alrededor del 70% de los jóvenes considera que la formación que reciben sobre sexualidad es insuficiente.
  • Por lo tanto, ¿a qué fuentes recurren para informarse? Internet (47,8%) y los amigos/as (45,5%) constituyen las fuentes a través de las cuales los jóvenes consideran que han recibido la información más adecuada sobre sexualidad, por delante de los profesores/as (28%), la madre (23,1%) o el padre (12,4%).
  • La edad media de inicio en el consumo de pornografía son los 14 años entre los adolescentes hombres, los 16 en el caso de las mujeres. Sin embargo, el primer contacto con la pornografía, sobre todo en el caso de los chicos, se remonta a los 8 años.

Datos extraídos de la investigación “Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales”.

4. Mi hijo es incapaz de herir a nadie

Te llama un profe del cole o la madre de un compañero y te dice que tu hijo ha pegado a Jaimito durante el patio. O que siempre se mete con Lucía y, si llora, se burla de ella. ¡Tu hijo! Tu pequeño angelito, cariñoso y besucón, ¿cómo va a hacerle daño a nadie? Pues bueno, las estadísticas demuestran que el bullying existe y si hay niños y niñas que en el colegio sufren acoso escolar, es justamente porque hay niños y niñas que ejercen ese acoso. Y no siempre son casos claros de niños que en su casa ya tienen un mal comportamiento, también hay niños que con sus padres son adorables y con sus compañeros de clase no, o incluso algunos que se meten en el ajo para seguirle la corriente a los demás y ser aceptados en el grupo.

  • En el año 2017 en España hubo 054 denuncias por casos de acoso escolar
  • Estos datos suponen un aumento de un 11’65% de casos de bullying respecto a los datos del año anterior.
  • El rango de edad donde el acoso parece ser más frecuente es el comprendido entre los 12 y 14 años, seguido del grupo de edad de los 15 a los 17.

Datos recogidos por el Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y cuerpos de Policía Local.

Entonces, ¿qué mensaje queremos mandaros con este artículo? Lo principal es que las madres y padres nos demos cuenta de que hay muchos aspectos de la vida de nuestros hijos que escapan a nuestro alcance y de los que posiblemente no nos estemos enterando.

Para nada te estamos diciendo que tu hijo o hija consuma drogas o tenga martirizado a algún compañero de clase. Sin embargo, una comunicación fluida y una relación basada en la confianza puede hacer que en cualquiera de estos casos nuestros hijos recurran a nosotros para pedir ayuda, consejo o lo que necesiten. Y, por supuesto, también es necesario quitarnos esa venda que a veces nos ponemos para no ver que nuestros niños se hacen mayores y hay determinados problemas que empiezan a afectarles. Y en lugar de negarlo, ¡mejor estar preparados para ello!

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Marina Borràs

Cuando era pequeña me sentaba a diez centímetros de la televisión para ver las noticias todas las mañanas antes de ir al cole. Cuando crecí un poco, se dieron cuenta de que la razón por la que me acercaba tanto al televisor era porque necesitaba gafas, aunque yo prefiero pensar que por aquel entonces ya había encontrado mi pasión: de mayor quería ser periodista. Y así fue. Estudié periodismo y comunicación política, y sigo formándome en los temas que me apasionan: educación, igualdad de género y nuevas tecnologías.

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