Cómo hablar de política con nuestros hijos

Nadie puede negar que, en los últimos años en España, otra cosa no, pero acontecimientos políticos que han removido el panorama hemos tenido hasta para aburrir. Esto puede ocasionar distintas reacciones en la sociedad: por una parte, hastío y cansancio hacia la política; y, por otra, interés y curiosidad hacia la coyuntura actual.

Sin embargo, uno de los efectos que estamos viendo es que los jóvenes están siendo protagonistas de muchas movilizaciones que se están dando con motivos políticos, como por ejemplo las huelgas por el clima. Además, aquellos que aún no tienen edad para enterarse de lo que está pasando, escuchan a los adultos hablar, ven a señores trajeados discutiendo en la tele, las calles hace meses que están llenas de carteles con caras y letreros gigantes… Pero “¿qué es lo que está pasando?”, se preguntan y nos preguntan muchos de nuestros peques. Y nosotros nos quedamos con cara de: tierra trágame y libérame cuando mi hijo tenga ya edad para votar.

Consejos para tratar temas políticos con nuestros hijos

Tenemos mil dudas con respecto a cómo tratar temas políticos con nuestros hijos. Por si les influimos demasiado, o demasiado poco. Por si nos preguntan algo que no sabemos responder o por si empiezan a tener ideas que son contrarias y ya tenemos otro motivo de discusión con ellos. En definitiva, son tantas las dudas que nos inundan, que acabamos por bloquearnos, hacer lo mismo que hicieron nuestros padres con nosotros o, simplemente, evitar el tema a toda costa.

Sin embargo, y en vista de las decimonovenas elecciones en pocos años a la vuelta de la esquina, hemos recogido unos cuantos consejos que os pueden ayudar para cuando decidáis “abrir el melón” de la política en casa.

1. Fomenta un pensamiento crítico.

El doctor en Filosofía Contemporánea y autor del libro “El arte de pensar”, José Carlos Ruiz, nos ha hablado ya de esto en varias ocasiones. Es súper importante que nuestros hijos e hijas desarrollen un pensamiento crítico porque pensar bien es importante, pero hacerlo de la forma correcta y sin dejarnos influir por los demás, es algo más complicado. En nuestra plataforma podréis acceder al curso impartido por José Carlos Ruiz en el que nos da elementos clave para el desarrollo del pensamiento crítico.

2. Escúchale e intenta responder a sus preguntas.

Puede que estén en esa época que no paran de preguntar el porqué de absolutamente todo. O puede simplemente que tengan curiosidad por saber qué es lo que está pasando en el ámbito político porque les interesa, porque sus compañeros de clase han estado comentándolo o por la razón que sea. Como nos cuenta José Carlos Ruiz, el desarrollo del pensamiento crítico empieza por fomentar el asombro y la curiosidad en nuestros hijos, por lo tanto, que nos pregunten sobre temas como la política es señal de que quieren saber más y se interesan por las cosas que pasan a su alrededor.

En estos casos, lo mejor es escuchar sus inquietudes e intentar resolver aquellas que sepamos responder. Obviamente, siempre adaptando las respuestas a la edad de nuestro hijo o hija para que le sea más fácil comprender el asunto.

3. Visualizad y comentad juntos las noticias.

La psicóloga Begoña Ibarrola nos hablaba en otro artículo de cómo educar con la actualidad, para comprenderla y transmitir valores a nuestros hijos. Para ello, ver las noticias juntos es una magnífica opción, pues “comentar con ellos las cosas que pasan a nuestro alrededor, en primer lugar nos permitirá ver cómo las entienden y, si es necesario, reconducir o aclarar algún tema; y en segundo lugar, para ver cómo les impactan, qué sucede en su interior cuando las reciben y cómo las procesan”.

4. Explícale fenómenos que le afecten.

Por ejemplo, si sale una noticia sobre alguna ley educativa o alguna otra que afecte al barrio en el que vivís, o cualquier cosa que pueda afectarle de alguna forma o que se pueda ver identificado. Comentar estos temas y explicárselos pueden despertar en ellos curiosidad, alegría, indignación, ganas de saber más al respecto… Y, por lo tanto, fomentar que empiezan a crear por ellos mismos su propia visión del tema.

5. Investigad juntos sobre las cosas que tú no sepas explicarle.

A pesar de que vuestros hijos piensen que sois las personas más sabias del planeta y que todo lo sabéis, vosotros, nosotros, sabemos que eso no es así. ¡Y no pasa nada! No nos agobiemos. Llegará el día en que tu hijo o hija te pregunte algo sobre política y, a no ser que seas politólogo o un erudito en el tema, es probable que te quedes con cara de seta y sin saber qué contestarle. En estas situaciones, lo mejor es decirles la verdad, que no lo sabéis, y que sería interesante averiguarlo juntos, trabajando en equipo. De esta manera, fomentáis la comunicación entre vosotros, ayudáis a que desarrollen el pensamiento crítico y, además, orientáis su actitud hacia la búsqueda de soluciones.

También sería muy interesante hablarles de la cantidad de información que puede llegarles a golpe de clic y, sobre todo, de la proliferación de noticias falsas o fakenews que se desprenden de esta sobrecarga informativa. Por lo que también sería recomendable buscar juntos trucos para poder distinguir la información veraz de la falsa, para que estén bien informados y sean capaces de filtrar y seleccionar los estímulos que les llegan.

6. No menosprecies sus ideas o preguntas.

Cuando tratamos sus cuestiones como “tonterías” o les quitamos importancia, en primer lugar, estamos cortando el canal de comunicación con nuestros hijos e hijas, por lo que probablemente cuando vuelvan a tener una duda no recurran a nosotros para que la comentemos juntos. Pero, además, le estamos dando a entender que su opinión o su criterio está por debajo del nuestro, que es el importante, el de los mayores. Como decía la experta en disciplina positiva, María Soto, en un artículo titulado Eres un desastre:

“Hablarle a su altura, con un tono adecuado, validando sus sentimientos, respetando sus ritmos, comprendiendo sus reacciones, a veces desproporcionadas, manteniéndonos firmes ante los retos que nos propongamos… Solo así podremos ofrecerle seguridad, respeto y dignidad como persona, ¡¡¡aunque sean más bajitos!!!”.

7. Si muestran interés en la política, sentaos juntos a leer y comentar los programas electorales.

Esto obviamente solo lo podréis hacer si vuestros hijos ya tienen una determinada edad y pueden entender algo de lo que pone en el programa electoral, pero se trata de una opción interesante para informaros juntos de lo que propone cada partido, decidir el sentido de vuestro voto si no lo tenéis demasiado claro o incluso echaros unas risas. Ya sabemos que estos programas no se los lee casi ni el que los escribe, pero ¿por qué no empezar a hacerlo con nuestros hijos y así les enseñamos que antes de decidir algo tan importante como a qué partido votar, no está nada mal informarse más en profundidad de su ideología o sus propuestas?

8. Intenta no imponer tus ideas y fomentar el debate.

Esto es muy complicado, sobre todo porque muchos actos, pensamientos, comentarios, etc., de nuestro día a día ya reflejan algo de nuestros valores e ideales y nuestros hijos no están exentos a que esto les afecte, por lo que es muy probable que les influyamos. Sin embargo, una cosa es influirles inconscientemente y otra es intentar imponer nuestras ideas para que piensen igual que nosotros. Además, sobre todo cuando lleguen a la adolescencia, es muy probable que piensen de forma distinta a nosotros sobre algunos (o muchos) temas. Y no tenemos que ver esto como un obstáculo o algo que nos separe, sino una oportunidad para fomentar el debate y abrir nuevos temas para comunicarnos con ellos.

Esto es algo muy importante, porque en el fondo es normal que queramos que nuestros hijos e hijas compartan ideales con nosotros (sobre todo aquellos que sienten un especial interés por la política o tienen una ideología muy marcada). Pero, ¿verdad que también queremos que nuestros hijos no asuman las opiniones de los demás, ni ahora ni en un futuro, y aprendan a pensar por sí mismos?

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Marina Borràs

Cuando era pequeña me sentaba a diez centímetros de la televisión para ver las noticias todas las mañanas antes de ir al cole. Cuando crecí un poco, se dieron cuenta de que la razón por la que me acercaba tanto al televisor era porque necesitaba gafas, aunque yo prefiero pensar que por aquel entonces ya había encontrado mi pasión: de mayor quería ser periodista. Y así fue. Estudié periodismo y comunicación política, y sigo formándome en los temas que me apasionan: educación, igualdad de género y nuevas tecnologías.

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