Desarrollar la empatía en los niños es algo maravilloso. A veces puede resultar un poco frustrante por no ver los resultados en el momento y querer siempre las cosas de inmediato. Pero, como siempre repito, la educación emocional es una educación a largo plazo y no podemos tirar la toalla a la primera, hay que ser constante y tener paciencia.
Hoy quiero compartir una experiencia maravillosa con mi hija de 7 años. Yo tenía que ir al hospital a hacerme un análisis de sangre y le dije que se quedase en casa con su padre, que yo iba a ir al hospital. Entonces me llevé la primera sorpresa cuando ella respondió que no, que yo siempre la acompaño al médico y que ese día me iba a acompañar ella. Cuando iba a la mesa de extracciones, le dije que se quedase en el banco esperándome, y ella respondió que no, que la última vez que ella fue a sacarse sangre yo la acompañé y cogí su mano en todo momento, y que ella iba a hacer lo mismo. Se quedó de pie a mi lado, dándome la mano todo el rato, y cuando terminé, me dijo: “¡Mamá, me voy a sentar que estoy un poco mareada!”. ¡Madre mía! Había estado hasta el último momento, aunque se encontraba mal.
Por eso, hoy quiero recordaros lo importante que es desarrollar la empatía en los niños.
La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar de otro y comprender lo que siente, piensa o necesita, sin que sea necesario que lo exprese directamente, haciendo que la comunicación sea respetuosa con el otro, entendiendo sus vivencias, emociones y opiniones.
Sin más preámbulos, aquí os dejo unas pautas para desarrollar la empatía:
1: Sed ejemplo
Los niños aprenden de lo que hacemos, no de lo que decimos que hay que hacer. Y respecto a la empatía, algo tan emocional y vivencial, esto es doblemente cierto. El ejemplo que les deis es importantísimo, para que aprendan que las personas son capaces de comprender al otro, ponerse en sus zapatos, conmoverse y compartir emociones sin juicios.
2: Tratadlos a ellos con empatía
Hay que ponerse en su lugar, aceptar sus emociones; no reprimirlos o ignorarlos.
3: Reconoced y nombrad las emociones
Esto es esencial para poder reconocer en el otro las emociones e identificarse con ellas.
Escrito por Penélope Cabello, coach educativa y madre de una niña maravillosa de 7 años.