Con todo el revuelo que se ha producido a raíz del denominado “pin parental”, resulta especialmente necesario abordar el tema de quién establece los contenidos que aprenden nuestros hijos e hijas en las escuelas, de qué manera y con qué propósito. Y resulta necesario dejarlo patente porque en este momento los docentes y educadores están siendo cuestionados, los mismos en los que depositamos nuestra confianza cada mañana al dejar a los niños en la puerta del cole, los mismos que son nuestros cómplices en su educación.
Pero ¿qué es el “pin parental”? Más allá de adentrarnos en debates políticos, vamos a explicaros a grandes rasgos en qué consiste esta propuesta lanzada por VOX y que ha causado una gran polémica en los últimos días. Se trata de una especie de derecho que se les concede a los padres y madres para vetar los contenidos complementarios que se imparten en los colegios y que no consideran apropiados para sus hijos.
En vista de que este debate pone en entredicho la labor de docentes y educadores a la hora de organizar y escoger los contenidos que se imparten, hemos querido entrevistar a la profesora y escritora de libros como “Lo que mis alumnos me enseñaron”, Carmen Guaita, para que nos arroje un poco de luz ante este tema que tanta confusión y controversia ha generado.
1. Con motivo de la polémica sobre la implementación del denominado “pin parental” se está hablando mucho y, sobre todo, se están poniendo en cuestión los contenidos que aprenden nuestros hijos e hijas en las escuelas. Pero ¿quién establece estos contenidos?
Los contenidos de las actividades complementarias los establecen las leyes de Educación. En el momento actual, la LOMCE- promulgada por el PP en 2013-.
Pero como la polémica se está desarrollando con mucha banalidad, conviene ir un poquito al fondo de la cuestión. Igual que los padres tienen el derecho y el deber de educar a sus hijos en sus creencias, la sociedad tiene el deber de transmitir su herencia cultural, sus usos y costumbres, lo que constituye sus cimientos – en nuestro caso los cimientos de una democracia occidental y un Estado de Derecho-. Esta transmisión la realiza la escuela a partir de las leyes educativas. Por eso es tan importante que las leyes de educación estén bien redactadas y partan de amplios consensos sociales y políticos, por eso es tan importante un pacto de Estado por la educación
2. ¿Estos contenidos están consensuados? ¿O es el profesor el que decide qué enseñar en su clase, bajo su propio criterio?
Los profesores-normalmente en equipo- organizamos esas actividades porque pensamos que enriquecen a los alumnos y las escribimos en la programación general anual, que entregamos a la dirección del centro para que la aprueben la Inspección Educativa y el Consejo Escolar, en el que hay representación de los padres. A los padres se les anuncian bien por circular o a través de la web y redes sociales. Si surgen a mediados de curso y no se pueden haber incluido en la programación anual, somos los propios profesores quienes estamos obligados a filtrarlas desde un punto de vista ético. Por supuesto, desde el momento en que las familias dejan a sus hijos a nuestro cuidado, contamos con que confían en nosotros.
3. Cuando dejamos a nuestros niños en la puerta del colegio, estamos confiándoselos a los docentes, que son nuestros cómplices en el día a día en lo que respecta a su educación. ¿Es el pin parental una manera de restar potestad y confianza a los profesores y educadores?
Los hijos están bajo la tutela de los padres, y subsidiariamente, durante el horario escolar, lo están de los profesores, que estamos obligados a mostrar con ellos -lo dice así la ley- la solicitud de un buen padre de familia. Esta es una enorme responsabilidad profesional y ética, que los profesores asumimos y cumplimos con lo mejor de nosotros mismos. Por supuesto, sabemos que las familias confían en nosotros. Establecer suspicacias, abrir brechas en la confianza entre padres y profesores es un juego peligroso que nunca debe iniciarse para obtener rédito político. Los colegios no pueden ser un campo de batalla. Los profesores cumplimos con la responsabilidad que hace recaer sobre nosotros la sociedad. y si no lo hacemos así, respondemos ante la justicia con uno de los reglamentos disciplinarios más duros de Europa.
4. En caso de que se acabara implementando esta medida, ¿cómo crees que podría repercutir en la educación de los niños y niñas? ¿Y en el trabajo de los docentes?
Sinceramente, no creo que se implante porque no es necesario. Como de todo se aprende, a lo mejor sí tenemos que procurar, desde la escuela, que todas las actividades relacionadas con temas afectivos sean muy bien conocidas por las familias desde el principio de curso y estén aprobadas en la programación general. Pero los padres saben de sobra que actividades complementarias como que venga la policía municipal a explicar educación vial, o que se establezca una videoconferencia con la base española en la Antártida para conocer ese ecosistema -algo que han hecho mis alumnos- son aportes positivos para sus hijos.
El director de Gestionando Hijos, Leo Farache, también ha escrito un artículo exponiendo su punto de vista sobre el pin parental a raíz de una conversación con su hijo. Si queréis leer más sobre este tema, podéis leer el artículo aquí: Filosofando sobre el pin parental con mi hijo.