Úrsula es psicóloga infantil y divulgadora, especializada en psicología clínica. Desarrolla su actividad profesional en Alicante. Especialmente interesada en la relación entre parentalidad y bienestar infantil, pone el foco en el trabajo de apoyo a madres y padres para mejorar la experiencia de la crianza. El próximo 21 de marzo estará en el evento que ha organizado Gestionando hijos y Prensa Ibérica en Alicante, y hemos charlado con ella para que nos adelante de qué va a hablar en su ponencia ‘El reto de educar niños de alta demanda’.
Úrsula, hay quién dirá: ¿de verdad hay niños que no son de alta demanda? Porque en general todos los niños son muy demandantes…
Exacto. Algunos piensan: “¿Niños de alta demanda o padres de baja disponibilidad?” o: “Todos los niños demandan atención”. Pero la realidad es que los niños de alta demanda reúnen una serie de características muy específicas, y fácilmente reconocibles. Simplemente tienen lo que en psicología se llama “temperamento difícil”.
El temperamento es la parte de la personalidad que viene determinada genéticamente pero, además, este “temperamento fuerte o difícil” provoca en los padres y demás educadores una serie de reacciones que aún refuerzan ciertos rasgos. Es lo que se llama: genes por ambiente. Y sí, todos los niños son demandantes, pero no a este nivel… y los papis y mamis que tienen niños de alta demanda saben de qué hablo.
¿Qué rasgos comparten los niños de alta demanda?
No suelen dormir demasiado. Tardan mucho (incluso años) en dormir del tirón. Tienen mucha energía. Son movidos, vitales, no paran. Además, son niños muy sensibles, les afectan mucho las riñas o las malas caras. Pueden ser miedosos o ansiosos, preocupadizos, y se sobresaltan con facilidad. Necesitan la atención constante del adulto. Son muy demandantes (precisamente de ahí viene lo de “niños de alta demanda”). Suelen ser muy cariñosos y necesitan mimos y contacto físico. Al mismo tiempo, no saben jugar solos, buscan siempre la compañía del adulto para sus juegos. Son inteligentes y despiertos y pueden ser muy perseverantes y quieren salirse con la suya a cualquier precio.
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Una pregunta que se estarán haciendo muchos padres que estén identificando a sus hijos con lo que nos cuentas es: ¿tiene mi hijo una patología?
En absoluto. Un niño de alta demanda no tiene ninguna patología. Simplemente una serie de características, las cuales vienen ya determinadas, como decíamos, por su temperamento, que convierten su crianza y educación en un reto para los papis. Tengamos en cuenta que son niños intensos, que exigen mucho y todo el tiempo. Por ello, es fundamental conocerlos bien y saber qué podemos hacer para manejar adecuadamente todas esas exigencias y demandas. Pero no hay que fijarse solo en esa parte, los niños de alta demanda son también niños con fuerte personalidad, cariñosos, sensibles… son niños que no dejan indiferente y que cuando no están… se nota mucho su ausencia.
¿Estos niños suelen ser niños incomprendidos por los adultos? ¿Sabemos tratarlos?
Creo que los más incomprendidos son sus padres. A menudo son tildados de consentidores, que no saben poner límites, que son demasiado condescendientes o que no saben educar. Los papás de un niño de alta demanda suelen ser juzgados negativamente por el entorno. Sobre ellos también hay muchos prejuicios y, a menudo, son etiquetados de niños pesados, mimados, caprichosos o malcriados.
Por eso es tan importante conocer el porqué de sus comportamientos: en primer lugar, para saber cuáles son sus necesidades. Y, en segundo lugar, para sacudirnos de encima la culpa.
Has pronunciado la palabra consentir… Con estos niños tan demandantes, ¿cómo sabemos las madres y padres que no estamos cayendo en el consentimiento?
No hay que satisfacer todas sus demandas. Por supuesto necesitan límites claros y bien definidos y, sobre todo, bien implementados. No suelen funcionar las riñas o castigos, pues como decíamos, tienen un temperamento fuerte, lo que los hace muy perseverantes e incluso tozudos. Pero con grandes dosis de amor, una comunicación adecuada y mucha mano izquierda, se van consiguiendo los objetivos. Es necesario, como vemos, tener dosis extra de paciencia, y satisfacer sus necesidades emocionales, eso sin duda. Si piden afecto es porque lo necesitan. Si necesitan atención o mimos, hay que dárselos. Pero al mismo tiempo, poco a poco y con el tiempo, tenemos que ir favoreciendo su independencia y autonomía personal.
Si solo pudieras dejar un mensaje en tu ponencia, ¿cuál sería el más importante?
Educar un niño de alta demanda es un reto.
Pero un reto maravilloso.
Tienes un hijo muy intenso,
demandante, y que te va a llevar al límite muchas veces. Pero esa fuerte
personalidad tiene un lado muy bonito y reconfortante: un niño de alta
demanda se convertirá en un adulto sensible, cariñoso, inteligente,
perseverante en sus objetivos y muy interesante.