Cómo ayudar a tus hijos a forjar una autoestima fuerte

La autoestima es el conjunto de percepciones, valores y evaluaciones que tiene una persona de sí misma sobre su físico, personalidad, carácter, etc. No es un aspecto inmutable en el tiempo, sino que necesita de trabajo continuado y consciente para mantenerse.

Todo el mundo sabe lo que implica el concepto de autoestima. Sin embargo, muy pocos son capaces de dar con las claves para trabajarla de una manera sana, fuerte y estable. ¿O acaso no conocemos todos a alguien cuyos comportamientos o actitud denotan que tiene una baja autoestima? O incluso, en algunos casos, una demasiado alta.

Los problemas que se derivan de tener una baja autoestima son muchísimos: poca confianza en lo que uno hace, nula capacidad para ser independiente, escaso pensamiento crítico, percepción alterada de la realidad, dependencia emocional, ansiedad, depresión… Y una larga lista de efectos adversos que ningún padre o madre desearía nunca para sus hijos.

El papel de los padres en la construcción de la autoestima de los niños

Si bien es cierto que la autoestima es un aspecto que debe trabajar uno mismo, también es cierto que las madres y padres tenemos un papel importantísimo en la construcción de la autoestima de nuestros hijos e hijas.

En primer lugar, como apunta Begoña Ibarrola, psicóloga y autora de cuentos infantiles, “en los niños, hasta los seis años, la aceptación que tienen de ellos mismos depende en exclusiva de la aceptación y valoración de los adultos con quienes convive”. Es decir, en sus primeros 6 años de vida la concepción que tienen los niños de sí mismos no es “auto”, sino que es un reflejo de la concepción que tienen sus principales adultos de referencia sobre ellos. Por esta razón, las palabras que les digamos, la forma de halagar sus virtudes o criticar sus errores, los ojos con los que miremos a nuestros niños durante sus primeros años de vida configurarán la piedra angular de la autoestima que acaben construyendo.

La experta en disciplina positiva María Soto explicaba en un artículo publicado en nuestro blog que “tenemos que enseñar a nuestros hijos a aceptarse, a tenerse en cuenta a sí mismos, a vivir reconciliados con su propia manera de entender el mundo, sin tener miedo a SER… pero no vamos a poder hacerlo hasta que nosotros como madres y padres no aprendamos a hacerlo.

Otra de las claves de la autoestima –y de absolutamente todo lo que concierne a la educación de nuestros hijos e hijas­– es el ejemplo que nosotros mismos les damos. Los niños y niñas nos miran continuamente, incluso cuando pensamos que no nos escuchan o hacen caso: nos están viendo. Y de lo que ellos ven en nosotros, aprenden, asimilan y configuran su propia identidad. Por lo tanto, tengamos siempre presenta la importancia de nuestro ejemplo. 

Un pequeño paso para el niño, un gran paso para su autoconfianza

Como señala Begoña Ibarrola, “confiar en uno mismo es un sentimiento del valor y la capacidad propia, por lo que está relacionado con una buena autoestima. Supone creer en uno mismo, en lo que uno hace y en lo que es capaz de hacer bien”.

Esto es muy importante tenerlo en cuenta, pues provoca un sentimiento positivo y fomenta la ilusión y el optimismo. “La confianza en uno mismo es fruto del convencimiento de que se tiene capacidad suficiente para resolver con éxito diferentes situaciones y que se puede ofrecer algo valioso a los demás, por lo tanto es consecuencia de la autoestima.

Por eso, “depende de cómo respondan los adultos que le rodean, un niño o niña crecerá con una sensación de confianza en sus capacidades o, por el contrario, con una sensación de impotencia que se suele traducir en una necesidad de que los adultos le hagan todo en todo momento”, apunta la psicóloga.

Teniendo en cuenta esto, será muy importante ofrecer pequeños retos a nuestros hijos, adaptados a su edad, que puedan ir superando y, por lo tanto, sintiéndose capaces. Pues como dice Begoña Ibarrola, tenemos que “ayudarles a sentirse capaces de ir construyendo su propio mundo, porque ahí está la base de la autoaceptación: sentirnos dueños de nuestras decisiones y de sus consecuencias”.

María Soto también hace hincapié en que es importante que seleccionemos de forma adecuada sus experiencias, para que supongan un estímulo atractivo que le impulse al esfuerzo, pero que sean metas cercanas, en las que podamos anticipar una experiencia de éxito.

Otro aspecto al que debemos prestar atención, como nos indica la experta en disciplina positiva, es que la confianza que tienen nuestros hijos en sí mismos se debilita si les protegemos en exceso. “Es importante que vivan sus experiencias con un margen de libertad, con supervisión por supuesto, pero sin sentirse agobiado y controlado en todo momento. Para ello es importante ofrecerle entornos novedosos e interesantes, animarle a hacer cosas nuevas y a probar experiencias que les enriquezcan”.

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Educar es todo

Educar es Todo es un proyecto cuyo objetivo es colaborar con madres y padres en su labor educativa. Uno de los pilares fundamentales de una buena sociedad es apoyar la tarea de las madres y padres que lideran los hogares y la educación de sus hijos. Por eso, queremos acompañarlos en este apasionante viaje educativo, aportando ideas, reflexiones y estrategias que les ayuden a conseguir ese objetivo, que entendemos que es el de todos. Esperamos que también el tuyo.

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