Cómo acompañar a nuestros hijos en el duelo, por Natalia Pedrajas

La situación actual de pandemia nos ha hecho ser mucho más conscientes de algo que en nuestra vida diaria intentamos evitar a toda cosa: pensar en la muerte. Hablar de la muerte, pensar en su posibilidad, nos incomoda mucho. Y más cuando tenemos que tratarla con nuestros hijos e hijas, porque cuando algún ser querido muere, no solo sentimos nuestro dolor, también el que sienten ellos. Y es desgarrador.

Pero en situaciones como la que estamos viviendo se hace más necesario que nunca prepararnos y preparar a nuestros hijos para asumir y hacer frente, de la mejor manera posible, al fallecimiento de algún familiar o amigo. El problema añadido ahora mismo es tener que sobrellevar el duelo cuando no puede haber despedida, un reto complicadísimo.

Sobre este tema hablamos el otro día con la psicóloga Natalia Pedrajas, que nos dio consejos para ayudar y acompañar a nuestros hijos e hijas en el duelo, así como recursos que nos puede ser de mucha utilidad.

Hablar de la muerte no es cómodo

Por esta razón solemos usar eufemismos como “Se ha ido a un largo viaje”, “ahora está en otro lugar” o “descansa en paz”. Además, como nos explicó la psicóloga, cuando tratamos el tema de la muerte con nuestros hijos o con otras personas, o en estos momentos que estamos conociendo todos los fallecimientos que se están produciendo, “nos lleva a trasladarnos a nuestras propias vivencias más dolorosas, se abre un canal de duelos y empezamos a recordar a todos los seres queridos que no están con nosotros”. Y esto nos causa una profunda pena que no queremos que nuestros hijos sientan, entonces lo que hacemos es intentar alejar a nuestros hijos de la muerte, y para evitar que sufran, procuramos no hablarles de este tema o respondemos con evasivas y zanjamos la conversación.

Los niños y niñas son mucho más conscientes de lo que pensamos

Cuando nuestros hijos no saben sobre algún tema, pero se intuyen algo, lo que ocurre es que llenan los huecos con su imaginación. Y esto es muy peligroso. Porque “lo que hacen es inventar sus propias teorías, que serán la base de sus creencias durante mucho tiempo, esto es a lo que debemos atender. Esas teorías y creencias deben ser adecuadas y acordes a la edad. De lo contrario puede que su imaginación les juegue una mala pasada y sus teorías sean fuente de angustia o malestar”.

Como apuntó Natalia Pedrajas “los niños necesitan nuestra ayuda y nuestro acompañamiento, porque su concepto de muerte está en construcción, así como su propia elaboración del duelo. Es doloroso estar en duelo, pero es más doloroso para ellos estar solos en esa tarea, angustiosos con preguntas y en su mundo de fantasía quizás terrorífico”.

Cuándo y cómo empezar a hablarles de la muerte

La respuesta a “cuándo empezar a tratar este tema con nuestros hijos” es clara para la psicóloga: cuanto antes. “Desde que empiezan a adquirir el lenguaje, 2-3 años, ya se puede empezar a trabajar la muerte y el duelo, y ese trabajo será distinto a cada edad”.

Pero nosotros no somos psicólogos, y es completamente normal que se nos haga complicado abordar este tema con nuestros hijos e hijas, ¡las dudas que tenemos son innumerables! Por eso Natalia Pedrajas nos recomienda consultar la guía “Explícame qué ha pasado”, de la Fundación Mario Losantos, que nos servirá de mucha ayuda para encontrar una respuesta a todas estas preguntas que nos van surgiendo.

Los cuatro conceptos clave que ayudan a elaborar la muerte

1. La muerte es universal: todos los seres vivos mueren.

Este es el primer precepto que tenemos que trasladar a nuestros hijos. Pero, ¿de qué manera? Natalia Pedrajas nos propone qué pregunta angustiosa nos pueden hacer nuestros hijos y cómo podemos darles una respuesta asumible:

  • PREGUNTA ANGUSTIOSA: Entonces, ¿todos vamos a morir? ¿yo, tú, mamá, papá?
  • RESPUESTA ASUMIBLE: Lo normal, lo habitual, es que nos muramos dentro de mucho tiempo, de viejecitos y hayamos vivido muchas cosas, cuando hayas ido a la universidad, cuando tengas tus propios hijos.

2. La muerte es irreversible: cuando morimos no volvemos a estar vivos nunca.

  • PREGUNTA ANGUSTIOSA: Entonces, ¿ya no lo volveremos a ver más?
  • RESPUESTA ASUMIBLE: No va a volver, pero le puedes recordar todas las veces que lo necesites. No lo vamos a volver a ver, pero está en nuestro recuerdo, nuestra memoria y en nuestro corazón.

3. Cuando morimos nuestro cuerpo ya no funciona.

  • PREGUNTA ANGUSTIOSA: Entonces, ¿no me oye, no me ve?
  • RESPUESTA ASUMIBLE: Siguen vivos solo en nuestra memoria y nuestro corazón. Las personas, cuando se mueren, no ven, no oyen, no piensan, no comen, no les late el corazón. Están en nuestra memoria y en nuestro corazón.

4. Toda muerte tiene un porqué, ¿por qué morimos?

  • PREGUNTA ANGUSTIOSA: ¿Por qué ha muerto? ¿es por mi culpa?
  • RESPUESTA ASUMIBLE: Explicar el motivo de la muerte (en este caso, el COVID-19) y las complicaciones de esa enfermedad, como por ejemplo, “el abuelo tenía los pulmones muy malitos”.

Cómo comunicarles la noticia

Esta es una parte muy importante y que nos provoca muchísimas dudas y, sobre todo, un tremendo malestar solo de imaginar la situación. Pero por eso mismo tenemos que prepararnos y hacerlo siguiendo las indicaciones que nos da Natalia Pedrajas:

  1. Cuanto antes, por medio de un ser querido, en quien confíen y sea cercano.
  2. En un sitio tranquilo de la casa, sin demasiado ruido, y con la máxima ternura, mirando a los ojos.
  3. Decir la verdad, acorde a su edad, pero la verdad.
  4. Expresar los sentimientos de pena y tristeza delante de ellos, recordemos que somos sus modelos emocionales.

Cómo decir adiós

La situación actual presenta una complicación añadida muy difícil de sobrellevar: el hecho de no poder despedirnos del ser querido que se va, no poder acompañarlo en sus últimos momentos. Por eso es tan importante que busquemos una manera de decir adiós, como nos recomienda la psicóloga Natalia Pedrajas, a través de algún ritual de despedida. Algunas ideas podrían ser:

– Vídeo llamadas grupales para decir unas palabras, cantar una canción, recitar una poesía.

– Soltar un globo.

– Encender una vela.


– Rescatar una fotografía y ponerla en un lugar especial.

– Crear una caja de recuerdos: fotografías, collares, objetos.

– Dibujos: expresión gráfica

– Collage con fotos o álbumes de fotos.


– Cartas, poemas o canciones: expresión escrita.

– Obra de teatro: juego simbólico.


– Diario de anécdotas.


– Hacer un vídeo de despedida.

Cuentos para ayudar a sobrellevar el duelo

Otro recurso que nos puede ser muy útil para ayudar a nuestros hijos con su duelo es utilizar los cuentos. Natalia Pedrajas nos recomienda:

“Cuentos para el adiós”, de Begoña Ibarrola

“La abuelita de arriba y la abuelita de abajo”, de Tomie dePaola

“¿Dónde está el abuelo?”, de Mar Cortina y Amparo Peguero

“Nana vieja”, de Margaret Wild y Ron Brooks

“¿Cómo es posible? La historia de Elvis”, de Peter Schössow

“Así es la vida”, de Ana-Luisa Ramírez y Carmen Ramírez

“Vacío”, de Anna Llenas

“La hora del cuco. Cuento sobre el duelo”, de Clara Redondo y Leticia Ruifernández

“Yo siempre te querré”, de Hans Wilhem

Picture of Marina Borràs

Marina Borràs

Cuando era pequeña me sentaba a diez centímetros de la televisión para ver las noticias todas las mañanas antes de ir al cole. Cuando crecí un poco, se dieron cuenta de que la razón por la que me acercaba tanto al televisor era porque necesitaba gafas, aunque yo prefiero pensar que por aquel entonces ya había encontrado mi pasión: de mayor quería ser periodista. Y así fue. Estudié periodismo y comunicación política, y sigo formándome en los temas que me apasionan: educación, igualdad de género y nuevas tecnologías.

Añade aquí tu texto de cabecera

Añade aquí tu texto de cabecera