Leer cuentos a nuestros hijos ayuda a mejorar su atención y memoria, les enseña nuevo vocabulario, potencia su creatividad, despierta el amor por la lectura…y es muy fundamental para el desarrollo de su inteligencia emocional, pues les permite entender mejor algunas de las emociones que ellos mimos experimentan al verlas en otros personajes.
Es por eso que hemos puesto en marcha la sección ‘Buenos cuentos’, en la cual cada semana una persona reconocida por su vinculación con el mundo de la educación nos contará uno de los cuentos que lee o ha leído en alguna ocasión a sus hijos. De esta forma, entre todos, iremos compartiendo historias maravillosas.
En esta ocasión, es el psicólogo Rafa Guerrero quien nos aporta uno: Plantánimals, de Mercedes Bermejo.
Cómo puede ayudarte este cuento en la educación de tus hijos
Los Plantánimals son unos seres muy entrañables, mitad planta mitad animal, que representan las emociones más importantes: la alegría, el miedo, la tristeza, el enfado…
A través de los Plantánimals, de una manera muy sencilla, y adaptada a niños y niñas de 4 a 8 años, la autora del libro hace una revisión de las principales competencias emocionales que debemos conocer para estimular la inteligencia emocional de nuestros hijos. Es, por tanto, un libro muy útil si lo que queremos es conseguir que nuestros hijos aprendan a identificar sus emociones y, posteriormente, regularlas y expresarlas de la manera correcta.
Porque como dice la experta en Inteligencia emocional Mar Romera: “no hay emociones buenas ni malas, todas son necesarias. No queremos que nuestro hijo no sienta pena si se muere un ser querido, por tanto, la tristeza es una emoción necesaria. Lo que tenemos que enseñarles es a sentirlas y expresarlas con la intensidad adecuada”.
La importancia de la inteligencia emocional
Solemos relacionar el concepto de inteligencia con la capacidad de las personas de aprender, memorizar, recordar, calcular o llevar a cabo una determinada actividad con éxito. De esta manera, tendemos a entender la inteligencia como algo puramente racional, dejando a un lado su vertiente emocional y todo lo que ello conlleva. Sin embargo, la inteligencia emocional supone un arma clave para fomentar la empatía, mejorar las relaciones interpersonales y comprender mejor nuestro comportamiento y el de las personas que nos rodean.
Las claves de la educación emocional
- Aprender a conocer y nombrar las emociones. Es importante que nuestras hijas e hijos les pongan nombre a sus emociones y entiendan que todas son legítimas.
- Aprender a manejar la frustración. Los niños tienen que, por una parte, aprender que existen distintas formas de enfrentarse a las frustraciones y, por otra, asumir que todo no está en sus manos.
- Aprender a regular sus emociones. Esto no quiere decir que haya que reprimirlas, se debe permitir que las emociones se expresen sin que nuestros hijos exploten, es decir, encontrar un término medio entre no hablar de sentimientos y expresarlos de malas maneras.
- Aprender a entrar en calma. Es necesario que sepan relajarse y auto controlarse tras un enfado, a volver al equilibrio después de un momento de caos.
- Aprender a pensar en positivo. Si enseñamos a los niños a tener una actitud optimista, a ver el vaso medio lleno van a ser muchísimo más felices, pero además también van a estar más sanos, porque está demostrado que las personas optimistas viven más.
- Aprender a resolver conflictos. Enseñar a nuestros hijos a que no hay que tener miedo a los conflictos, que estas situaciones se pueden aprovechar para adquirir enseñanzas. También es importante poner el foco en las soluciones para evitar que nuestros hijos empiecen a darle vueltas al problema y acaben haciéndolo más grande de lo que es.
- Aprender a ser asertivo. La asertividad es una habilidad muy importante, que se puede entrenar, y que consiste en comunicar lo que pensamos sin ponernos por encima o herir a los demás. Esto implica saber decir que no, aprender a no ceder a la voluntad de los otros, pero también significa asumir las consecuencias que se puedan derivar de cada decisión tomada.
- Aprender a ser empáticos. Ser capaz de ponerse en el lugar del otro, comprender las razones que motivan a las personas y ser sensible a las necesidades de los demás es una cualidad clave para la prevención de la violencia.