No sería de extrañar que, al igual que nuestros abuelos nos contaron cómo se conocieron en las fiestas de su pueblo, o nosotros les contamos a nuestros hijos cómo nos conocimos y nos enamoramos porque unos amigos nos presentaron, en un futuro nuestros hijos les cuenten a los suyos propios cómo se conocieron por Tinder.
Según un estudio de Smartme Analytics, el uso de Tinder durante el confinamiento aumentó un 94% entre los menores de 35 años. Y, además, teniendo en cuenta que durante un tiempo (que aún no sabemos hasta cuándo se alargará) vamos a tener que reducir el contacto social debido al coronavirus, podemos imaginar que este tipo de apps de citas van a ratificar, e incluso aumentar, su popularidad tanto entre los jóvenes como entre los que no lo son tanto.
Para aquellos que no saben muy bien de qué va la cosa, vamos a explicar de una forma muy básica (porque el funcionamiento de estas apps tiene muchos ingredientes secretos) en qué consiste Tinder. Se trata de una aplicación en la que quien se abre un perfil ha de indicar datos como su nombre, edad, localización (aproximada), fotografías y una pequeña descripción sobre sí mismo.
Tinder le ofrece al usuario personas que se hallan dentro del área de distancia que él mismo ha seleccionado, y empieza la aventura. Ante el usuario o usuaria se presentan centenares de perfiles que ha de ir rechazando o aprobando. Cuando el like es recíproco, a ambos usuarios les sale un match, es decir, son compatibles. Y ya pueden empezar a hablar.
Como son muchas las dudas y preocupaciones que nos surgen a los padres respecto al uso que puedan hacer nuestros hijos/as de este tipo de apps, le hemos preguntado a la psicóloga Patricia Ramírez algunas cuestiones que nos rondaban al respecto, para que nos arroje un poco de luz en todo esto.
1. Patricia, ya hace algunos años que las aplicaciones para conocer gente se han ido popularizando, pero es que durante el confinamiento su uso ha aumentado muchísimo. ¿Crees que ahora, con las limitaciones de contacto social y físico, este tipo de apps se van a convertir en la principal forma para ligar entre los jóvenes?
Yo creo que no se va a convertir en la primera forma, se va a convertir en una alternativa más. Claro que ha sido la primera forma durante el confinamiento porque la alternativa tradicional de quedar a tomar algo y conocer a una persona, en una discoteca o en una cafetería no existía. Entonces, sí es cierto que el confinamiento habrá dado lugar a que mucha gente conozca la aplicación que antes no conocía, y que ahora la quiera utilizar, pero yo creo que nuestra manera tradicional de relacionarnos va a permanecer. A los españoles nos gusta el tapeo, nos gusta salir, las cenitas, salir a bailar, a tomar unas copas… así que creo que esa forma no va a desaparecer y va a seguir siendo la primera opción.
2. El funcionamiento de Tinder (muy básicamente) consiste en “elegir” basándose en unas fotos y una pequeña descripción, a personas que te gusten. ¿No es una forma muy superficial de conocer a gente?
Las cosas superficiales son en función del objetivo que tenga cada persona. Entonces, tenemos que entender que en esta aplicación hay gente que igual solo trata de ligar para tener una relación o encuentro sexual, y otra gente que busca relaciones más formales o más duraderas. Yo creo que el que tú elijas en función del físico es lo que hemos hecho toda la vida a primera vista.
Normalmente nosotros empezamos a quedar con alguien que físicamente nos parece atractivo, la mayoría de las veces, también hay otras que no, que alguien nos ha parecido muy gracioso o nos ha gustado su sentido del humor o te atrae por otra serie de circunstancias… Pero normalmente nos fijamos cuando ligamos en aquella persona que físicamente nos atrae, por el motivo que sea, no tiene porqué ser porque sea guapo, te puede parecer interesante, alto…
Por lo tanto, este criterio de fijarnos en el físico en una aplicación lo hemos tenido toda la vida en nuestras relaciones de tú a tú. Y hoy en día que hay tantos tipos de relaciones -relaciones formales, relaciones con un proyecto de futuro, relaciones en plan “follamigos”, relaciones abiertas- pues estas apps son toda una posibilidad de abrirnos a todo este tipo de relaciones. Pero siempre nos hemos fijado antes de establecer una relación más formal en alguien que físicamente nos atraiga.
3. También esta forma de ligar refleja uno de los grandes poderes que nos ofrece la tecnología: la inmediatez. ¿Crees que esto puede cambiar la manera en que, sobre todo los jóvenes, se conocen y se relacionan?
Como cualquier otra red social como Instagram o Twitter o WhatsApp… están basadas en la inmediatez. Por eso hay que educar a la gente en valores, que aprendan a decidir qué hacer con su tiempo, decidir cuándo contestar y a saber poner límites a los amigos que de alguna forma exigen que nuestra respuesta sea inmediata. Yo creo que la inmediatez no la da tanto la red social, sino el comportamiento de cada uno: pensando que puede traicionar las expectativas de sus amigos o que si no contesta puede ser rechazado, así que tenemos que entrenar a nuestros hijos para que sepan poner límites, que sepan gestionar y respetar su tiempo y para que elijan con qué personas estar si tienen estas demandas y estas exigencias.
4. ¿Crees que las aplicaciones como Tinder pueden repercutir en la autoestima de los jóvenes?
Pues como en Instagram por ejemplo, porque en el momento que tus amigos o conocidos tienen que aprobar con un like la foto y tú asumes que si le dan te aprueban y si no le dan te están rechazando, pues tu autoestima está en función de lo que compartes. Entonces, para que la autoestima de nuestros hijos no dependa de esos likes que reciben o de esos contactos en redes sociales tendremos que educarles desde que nacen para que tengan una autoestima relacionada con sus valores, con sus competencias, con su interior, para que sepan que simplemente son maravillosos por ser personas.
“Para que la autoestima de nuestros hijos no dependa de esos likes que reciben o de esos contactos en redes sociales tendremos que educarles desde que nacen para que tengan una autoestima relacionada con sus valores, con sus competencias, con su interior”
5. ¿Cuál debería ser el papel de las madres y padres que saben o sospechan que su hijo/a se ha abierto una cuenta en Tinder?
Yo creo que nuestro papel es el de hablar, de generar confianza, decirles que estamos aquí para lo que haga falta, el de sacar temas de conversación interesante respecto a esto pero sin que sea directamente porque ellos se hayan abierto la aplicación, y por supuesto no controlar y no meternos dentro para ver qué hacen, porque eso rompería la confianza y la complicidad que podemos tener con ellos.
La clave está en educar en valores para que los jóvenes hagan un uso responsable de las redes sociales y de plataformas como Tinder, generar un clima de confianza para que ellos puedan comentar con nosotros todo aquello que hacen, y aun así, aunque generes un clima de confianza no te asegura que ellos quieran compartirlo, porque nosotros tampoco lo hicimos cuando teníamos su edad.
6. ¿Cuáles son los peligros que suponen estas aplicaciones para ligar sobre los que debemos advertir a nuestros hijos?
El peligro es conocer gente sin verlos primero presencialmente, entonces si van a conocer a alguien a través de las redes, es importante que queden siempre en un lugar público las primeras veces, si es posible para tomar café en lugar de por la noche, que de alguna manera se puedan sentir protegidos por el entorno. Hay que explicarles también que hay mucha gente que en estas redes sociales miente con las fotos o con la edad, y que hay que estar muy alerta para hacer preguntas que les ayuden a descubrir la verdad. Y, por supuesto, hay que advertirles de las expectativas, si tu expectativa es quedar con alguien con quien tener un noviazgo, pues Tinder, a lo mejor, no es el lugar más adecuado. Además, tienen que ser sinceros y, si conocen a alguien, que expongan cuál es su proyecto en esta relación para no sentirse engañados.
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