Queridos papá y mamá:
Me he animado a escribiros estas líneas porque creo que ya va siendo hora de que sepáis algo importante de mí. La verdad es que no sé por dónde empezar porque os quiero muchísimo, aunque últimamente no lo veáis, y no quiero haceros daño. Pero por el bienestar de todos y porque quiero tener una vida plena a vuestro lado, es importante que os sea muy sincero.
Papá, mamá, lo siento, ya no soy un niño. Lo sé, sé que si por vosotros fuera siempre me tendríais entre vuestros brazos, que me queréis tanto que os quedaríais con mis sufrimientos con tal de que yo no los sufriera o que haríais todas las gestiones por mí con tal de que no me hicieran daño. Pero esto no puede seguir así. Sé que lo hacéis con buena intención, pero así no voy a ser la persona plena y feliz que deseáis que sea.
Creedme si os digo que soy muy consciente de que no sé expresarlo bien. Sé que tengo cambios de humor, aunque no sé explicaros por qué. Sé que hoy quiero una cosa y mañana otra, pero es que hay tanta presión por tener que elegir cuando aún no tengo ni siquiera claro quién soy…
Mi cuerpo está cambiando, está medio deforme y no me gusto, pero no os lo digo porque sé que me diréis que eso cambiará, pero lo que no sabéis es que a mí esa respuesta no me sirve. No sé cómo deciros que ya no soy aquel niño al que debéis proteger, soy más un hombre al que debéis dejar que se equivoque. Y vosotros os empeñáis en decirme que ya no me reconocéis por las cosas que hago, como si fuera un extraterrestre. Y sí que soy el mismo, pero no lo mismo. Estoy cambiando, sí, pero eso no significa que haya dejado de ser ese niño que tanto echáis de menos, simplemente se está apareciendo la silueta de lo que en no muchos años llamaréis madurez.
El hecho de saber que tenéis plena confianza en mí, me da seguridad
Si pudierais ver con mis ojos, sentir con mi corazón y escuchar a mi razón, os daríais cuenta de lo en serio que me tomo mi vida, pero lo complicada que es vivirla. Lo sé, debería pediros ayuda, pero eso tampoco lo sé hacer. Además, sé que si os comento algo vais a decirme lo que tengo que hacer y eso tampoco me sirve. Yo necesito que me dejéis expresar, que toméis en serio mis propuestas locas, que me permitáis expandirme y que me lancéis preguntas que yo deba responder, no vosotros. Necesito que me escuchéis de verdad.
Necesito saber que, haga lo que haga, confiáis en mí. Eso no significa que vaya a hacer todas las locuras del mundo, pero solo el hecho de saber que tenéis plena confianza en mí, me da muchísima seguridad. Sé que no lo muestro, pero tengo interés real en hacer las cosas bien, aunque no os negaré que a veces me puede el pasármelo bien y hacer lo que me apetece. Me cuesta reconocer que ahí necesito vuestra ayuda, pero en otro formato, no enfadados. Lo sé, lo sé, no es fácil, pero seguro que hay un punto intermedio entre lo que a mí me gustaría y vuestras expectativas, ¿no?
Ese es otro tema: vuestras expectativas conmigo. Por favor, no me digáis que decida lo que a vosotros os gustaría, más bien ayudadme a saber ver por mí mismo cuál es mi camino. Eso no creo que sea algo rápido de descubrir, ¿no? Ni fácil… ¿Para vosotros fue fácil? Sinceramente, ¿lo fue?
Otra cosa…, no os enfadéis si no os lo cuento todo. Ya sé que antes os explicaba hasta lo que me había pasado con la hormiga que me encontré de camino al parque del vecino, pero es que ahora no tengo tanta necesidad de contároslo todo. Además, tengo a mis amigos y ellos me ayudan mucho también. Y he dicho también, ¿eh?
Sé que soy un egoísta porque normalmente quiero hacer cosas solo para mí, pero os prometo que no sé cómo cambiarlo. Es superior a mis fuerzas. Sin embargo, sí sé una cosa, cuando me corregís en esto, sé ver que tenéis razón, y aunque no sé hacerlo mejor, sé que el camino correcto es en el que me educáis. Y en ello estoy…
No me digáis que decida lo que a vosotros os gustaría, más bien ayudadme a saber ver por mí mismo cuál es mi camino
Espero que sigáis ahí, leyendo estas líneas que tanto me cuesta escribir porque sé que no os gustarán mucho, pero de verdad que lo último que quiero es haceros daño. Solo pido una serie de cambios en nuestra relación para que sea mejor. Aunque a veces no lo parezca, yo os quiero muchísimo, pero necesito experimentar más allá de vosotros y de vuestra vida. Y, por favor, cuando digo esto no quiero que os vayáis al extremo: no significa que me vaya por el camino de la perdición, ni que vaya a lanzar todo por la borda. Tampoco que ya no os necesite nada, ni quiera pasar tiempo con vosotros, sino que necesito descubrir por mí mismo lo que soy y lo que quiero ser.
Sigo siendo ese niño que tanto queréis, pero ahora está floreciendo un chico más maduro y más autónomo. Sé que odiáis un poco esta palabra, pero es que es así. En nada me toca decidir temas que van a afectar a mi vida y no a la vuestra (lo digo sin acritud) y aunque creo que vuestro punto de vista es importantísimo para mí, no deja de ser eso, vuestro punto de vista, no mi decisión.
No quiero alargarme mucho más, la verdad, porque no sé qué más deciros. Ojalá entendáis que lo único que estoy haciendo es pediros ayuda, pero en el formato que creo más adecuado para mí. Y de eso va querer, ¿no? De dar lo que el otro necesita.
Deseo de corazón que podamos encontrar una nueva manera de querernos y de relacionarnos porque siento que el camino por el que andábamos hasta ahora está llegando a su fin y yo quiero continuar a vuestro lado, pero de otra manera…
Espero vuestra respuesta.
Os quiero mucho.
Vuestro hijo adolescente