El reto de escuchar el miedo de nuestros hijos e hijas

El miedo es una emoción básica para garantizar la supervivencia y, si lo escuchamos, nos brinda una información muy valiosa para crecer con nuestros hijos

“Es que es un poco miedica”, escuchamos a veces. El miedo nos parece en muchas ocasiones, como otras emociones de las que hemos hablado aquí, un compañero indeseable en la vida de nuestros hijos, un signo de cobardía. Pero el miedo es una emoción básica para garantizar la supervivencia y, si lo escuchamos, nos brinda una información muy valiosa para crecer con nuestros hijos.

 

No nos suele gustar que nuestros hijos tengan miedo y a veces llegamos a ridiculizar esta emoción en ellos. “¿De ese perro tan pequeño tienes miedo?”, “Apaga ya la luz y déjate de miedos”, “¿Miedo a este examen? Cuando seas mayor ya verás lo que es bueno”, les podemos llegar a decir. Quizá pensemos que así les ayudamos a borrar el miedo de su mente, pero tal vez sea más probable que nuestros hijos no compartan sus miedos por temor a que los ridiculicemos, algo que sin duda no queremos conseguir. Aun así, ¿borrar el miedo de la mente de nuestros hijos de verdad es buena idea? ¿Es mejor que no sientan miedo al saltar un acantilado? ¿Queremos que nuestros hijos confíen sin miedo en cualquier persona desconocida? ¿Es buena idea que no sientan ni pizca de miedo ni nervios ante un examen? Con toda seguridad no queremos fomentar esta actitud temeraria en nuestros hijos, ¿verdad? Entonces, ¿qué hacemos con el miedo?

Para empezar, puede ser buena idea leer las sabias palabras que pronunció Begoña Ibarrola en nuestro encuentro de Barcelona: el miedo “nos hace tomar conciencia de los peligros, es muy importante que valoremos el miedo porque nos detecta peligros potenciales y nos garantiza la supervivencia”. Y para ayudarles a gestionar estos miedos, Ibarrola apuesta por “aportarles seguridad, darles confianza (“estoy aquí, ¿qué puedo hacer por protegerte?). La actitud de amor es la que mejor protege a nuestros hijos e hijas de situaciones de miedo. No ridiculizar, yo mucha veces escucho: “Ay, qué cobarde eres”, cuando un niño expresa miedo. No, todos somos valientes, pero todos tenemos situaciones en las que es normal sentir miedo. Y los adultos están no para ridiculizarme sino para contener mis miedos y darme una protección que yo en ese momento necesito”. En la película de Disney-Pixar Del Revés (a la que pertenece la imagen que ilustra este texto) conocemos que la labor de Miedo es “proteger a Riley”.

De modo que escuchar sus miedos y protegerlos con amor y sin ridiculizar parece una buena idea. Es cierto que muchas veces el miedo se convierte en el peor enemigo de la autonomía, pero está en nuestra mano dar la vuelta a este miedo y convertirlo en aliado. Podemos pasar del “yo te protejo del miedo que tienes” al “¿cómo puedes protegerte y cuidarte tú mismo teniendo en cuenta el miedo que tienes?”. Así les educamos en un concepto de seguridad activa, tal como nos explicó Heike Freire en esta entrevista: “Estamos acostumbrados a un concepto de seguridad pasiva, en el que yo pongo alarmas y no hago nada. Es mejor educar en un concepto de seguridad activa: qué puedo hacer yo para protegerme, cómo me puedo cuidar. Si conversamos sobre este tema con nuestros hijos, veremos que son mucho más listos de lo que imaginábamos. A través de estas conversaciones pueden ir tomando más consciencia de los peligros e imaginar estrategias para evitarlos y protegerse”. Imaginemos que nuestra hija tiene miedo a la oscuridad. Podríamos conversar con ella sobre cómo puede ir superando ese miedo, qué medidas va a tomar ella para superarlo, qué luz dejará ella encendida…  O si nuestro hijo tiene miedo a su colegio nuevo, podríamos hacer visitas antes de que empiecen las clases para que vaya conociéndolo o animarle a conocer antes de clase a sus nuevos compañeros. O, en un caso más extremo, si nuestra hija tiene miedo de una compañera del colegio porque se burla de ella, podríamos animarla a confiar en lo que siente, a no sentirse culpable o avergonzada, a buscar ayuda… Visto así, el miedo es un gran aliado. No lo silenciemos.

 

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Educar es todo

Educar es Todo es un proyecto cuyo objetivo es colaborar con madres y padres en su labor educativa. Uno de los pilares fundamentales de una buena sociedad es apoyar la tarea de las madres y padres que lideran los hogares y la educación de sus hijos. Por eso, queremos acompañarlos en este apasionante viaje educativo, aportando ideas, reflexiones y estrategias que les ayuden a conseguir ese objetivo, que entendemos que es el de todos. Esperamos que también el tuyo.

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