Carlos González es maestro, divulgador y responsable del documental y experimento Entre maestros. Abrió el segundo encuentro de Gestionando Hijos, en esta ocasión en Barcelona, con una ponencia reveladora e inspiradora sobre su apuesta por un nuevo paradigma educativo en el que los alumnos e hijos sean co-creadores de la cultura y de la ciencia desde su propia creatividad e identidad. Para Carlos González, la educación “es enseñar a celebrar el encuentro con uno mismo, con los demás y con la vida”.
Carlos nos contó que la palabra “educar” tiene dos orígenes: educare, que implica meter dentro y supone instruir a la persona que educamos con la cultura en la que ha nacido, y exducere, que implica sacar fuera y hace alusión a despertar la esencia, la creatividad. Sin embargo, recuerda Carlos, si pensamos en cultura “todos pensaréis en cosas del pasado. ¿Por qué la cultura se contempla como una cosa del pasado y no del futuro? Porque no vemos a nuestros hijos y alumnos como creadores de ese futuro, sino como habitantes de ese futuro. Educar de adentro hacia afuera nos convierte a las personas en creativos culturales”.
El nuevo paradigma por el que apuesta Carlos González empezó en Occidente con la física cuántica“. La idea que tenemos del colegio es que la ciencia tiene que ser objetiva. Pero uno de los principios de la física cuántica, que empezó hace más de 100 años, es que cuando tú observas algo el observador modifica lo observado, que eres co-creador de la realidad que observas. Los colegios no han recogido esto, y es una pena. Ahora sabemos que la nueva ciencia es objetiva y subjetiva a la vez. Si no hubiese subjetividad en la ciencia no habría creadores de ciencia, no existiría Einstein”. Partiendo de esto, nos cuenta Carlos que la cultura nos enseña una dualidad que “enfrenta la mente al corazón. Se trata de cambiar el sistema operativo para que los dones del corazón estén en nuestra mente. Que la mente se ilumine con la luz de nuestro corazón para ser auténtica y no seguir las instrucciones de una cultura o de una familia”.
Tras un proceso de crecimiento personal que emprendió Carlos González, “los alumnos empezaron a ser para mí como astros con luz propia. Yo quería ser astronauta y con el nuevo paradigma descubrí que las estrellas entre las que quería navegar y llegar adonde nadie había llegado eran mis alumnos. Os invito a ver a vuestros hijos como astros con luz propia, pero difícilmente lo vais a ver si no cambiáis vuestro sistema operativo. Siempre hemos sospechado que hay algo en nuestro interior que nos impide ser auténticos, es el sistema operativo”.
Carlos nos invita a ir a la esencia de lo que es la educación, el rol de padre y el rol de madre. De este modo, para Carlos, la educación “es enseñar a celebrar el encuentro con uno mismo, con los demás y con la vida”. Carlos cuenta que en lo esencial, “el rol de madre es enseñar a recibir amor (acoger) y el rol de padre es enseñarte a amarte a ti mismo (provocar y dejar crecer). Estos roles pueden estar en la misma persona, no es una cuestión de género. Es esencial aceptar el amor de los demás, amar a los demás y aprender a amarte a ti mismo. Como padres, os invito a ver desde la esencia esa educación, a vivir esos dos roles: enseñar a ser amado y enseñar a amarse a sí mismo”.
A preguntas del público, Carlos González nos dijo que el rol de enseñar a amar es de los dos, de padres y madres, porque “cuando tú consigues aprender a recibir amor y a amarte a ti mismo de forma natural sabes amar a los demás”. Surgió la inevitable pregunta de cómo conseguir cambiar el paradigma desde casa, y Carlos contestó que “si te doy recetas acabamos en la educación en autoridades” y sugirió emprender un proceso de crecimiento personal con cierta ayuda.
