El miedo a la oscuridad es muy habitual en la infancia, de hecho, aparece en uno de cada tres niños, según La Asociación Española de Pediatría. Es un terror evolutivo, que suele surgir sobre todo a partir de los 2 años, y se ve influido por el pensamiento mágico, en el que se mezcla la realidad y la fantasía, pero también puede ser desencadenado por películas, libros o historias de miedo que hayan escuchado.
Es conveniente entender que todos los miedos de los niños son válidos y, por tanto, deben ser tomados en serio. Es más, es necesario para su desarrollo que experimenten todas las emociones, es decir, no podemos querer que nuestros hijos estén siempre alegres, tienen que sentir también la tristeza, la ira, el miedo… Por tanto, “no es malo que nuestros hijos sientan miedo, pero lo que debemos evitar es que sean miedosos porque eso significaría que no saben gestionar esa emoción”, explica el psicólogo Alberto Soler.
Consejos para superar el miedo a la oscuridad
Normalmente, el miedo a la oscuridad es un problema pasajero, sin embargo, tenemos que ayudar a nuestros hijos a superarlo para que no acabe convirtiéndose en una fobia que pueda generarles síntomas de nervios y ansiedad de forma prolongada, en lo que se llama nictofobia. Pero, ¿qué podemos hacer para ayudarles? A continuación, la psicóloga infantil, Carmen Nevado, nos da varias estrategias prácticas para lograrlo y que se sientan más cómodos al dormir solos.
- Conversar sobre sus miedos y validarlos. Hemos de comprender y validar los miedos de nuestros hijos. Preguntémosles qué es lo que les asusta y por qué. Escuchar sus preocupaciones y ofrecerles apoyo emocional les ayudará a sentirse más seguros y a afrontar sus miedos. También tenemos que explicarles que sentir miedo es totalmente normal, pero que están seguros en su entorno.
- Crear una rutina de sueño relajante. Establezcamos una rutina de sueño consistente que incluya actividades relajantes antes de acostarse, como leer un cuento. Hay muchos cuentos que pueden ayudarles a superar el miedo a la oscuridad, por ejemplo Dormir sin miedo, de Laura Pazos de Sleepykids, Los Atrapamiedos, de Susanna Isern y Anna Aparicio Català, ¡Hola oscuridad! ¡No tengas miedo! De Vegas, Peter, entre muchos otros.
- Controlar la exposición a imágenes y películas de terror. Evitemos que vean contenido inapropiado para su edad, especialmente antes de acostarse. Las imágenes aterradoras pueden aumentar su miedo a la oscuridad y generar pesadillas. En su lugar, optemos por programas o películas más suaves y adecuadas para ellos.
- Proporcionar una luz suave. Si nuestros hijos sienten más seguridad con una luz encendida, podemos considerar utilizar una lámpara de noche de bajo voltaje o una luz nocturna suave. Esto les dará la sensación de tener un poco de luz y aliviará su miedo a la oscuridad.
- Usar objetos de transición. Los objetos de transición, como un peluche, una almohada o una manta especial, pueden darles consuelo y seguridad. Permitámosles elegir un objeto personal que puedan llevar a la cama para sentirse protegidos durante la noche.
- No gastar bromas ni burlarse de sus preocupaciones porque puede generarles inseguridad emocional y hacerles sentir que no pueden confiar en nosotros para contarnos con total libertad sus inquietudes y miedos.
- Familiarizarnos con la oscuridad mediante juegos. Podemos jugar al escondite debajo de las sábanas, hacer teatros de sombras chinescas, taparnos los ojos y quedarnos a oscuras o buscar tesoros escondidos en la cama con la linterna. Asimismo, podemos incentivar el juego imaginativo, animándoles a inventar historias donde ellos sean los héroes que derrotan a los monstruos. Esta puede ser una forma efectiva de empoderarlos y reducir su temor a la oscuridad.
Pero, sobre todo, no debemos tener prisa, cada niño es diferente y superar el miedo a la oscuridad requiere tiempo y confianza. Es fundamental ser pacientes, empáticos y darles el apoyo y la comprensión necesarios para superar sus temores. Y en el caso de que el miedo persista o afecte su vida cotidiana de manera significativa, tendríamos que buscar la ayuda de un profesional.