Raya es la última de las princesas Disney, que emprende un viaje lleno de aventuras y peligros para unir y salvar a su pueblo, a su padre y a los dragones de unas sombras monstruosas que amenazan con invadirlo todo, los Druun. Nos ha encantado por tres razones que te contamos a continuación.
Raya no necesita un príncipe, pero sí muchos amigos
Las princesas Disney clásicas no se podían salvar solas: necesitaban un príncipe azul salvador que las sacara de su sueño eterno, que la resucitara, que la rescatara del maltrato de su madrastra… Raya no necesita ningún príncipe todopoderoso, esa figura no existe en la última película de Disney. Pero tampoco puede salvar el mundo sola. De hecho, solo cuando confía en las personas desconocidas que va encontrando en su camino juntos derrotan la oscuridad de los Druun. Nos encanta la idea de pensar que, como se decía en la Bola de Cristal, quede bien claro que “sola no puedes, con amigas sí”.
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Raya y el último dragón tiene una estética asiática muy atractiva
Es muy interesante que Disney vaya más allá de la estética eurocentrista o americana y se adentre en un mundo muy parecido al del sudeste asiático, con sombreros típicos vietnamitas y un paisaje y folclore que recuerdan a Indonesia, Malasia, Tailandia, Camboya, Vietnam, Laos y Singapur. Las imágenes y la animación son asombrosas y muy bellas. Raya viaja por los diferentes reinos, con escenarios y tradiciones muy diferentes, para poder salvar el mundo.
Raya y el último dragón encierra un mensaje de confianza,optimismo y comunidad en tiempos oscuros
Como ya hemos dicho, Raya no salva sola el mundo. Le cuesta muchísimo confiar en los demás, en un tiempo de oscuridad y de “sálvese quien pueda”. Solo hasta que es capaz de mostrar empatía ante los que veía como enemigos, hasta que intenta comprender su punto de vista y hasta que se anima a confiar en ellos, recupera algo de optimismo, de sentido de comunidad (como nos contaba María Soto, de Educa Bonito, en este genial post) y reúne las fuerzas para salvar el mundo de la oscuridad. Muchos han querido ver en esto una metáfora de lo que nos está ocurriendo en plena pandemia, un mensaje como: “o nos salvamos juntos o no nos salvaremos”. No es una lección pequeña, ¿no os parece?
Os dejamos aquí el tráiler.