La hora bruja, también conocida como Llanto Púrpura (purple en inglés), “son llantos inconsolables que suelen darse en bebés recién nacidos hasta los 3 o 4 meses de edad. Habitualmente, estos episodios aparecen entre las 17h y las 21h sin causa específica”, explica Laura Pazos, psicóloga especializada en sueño infantil.
Este hecho puede ser un momento desafiante tanto para los padres como para los bebés, sin embargo, es importante tener en cuenta que es algo completamente normal y que la mayoría de los bebés experimentan esto.
Características del Llanto Púrpura:
Su propio nombre en inglés, purple, nos habla de las características que lo constituyen, las cuales nos explica la experta Laura Pazos:
–P: Peak of crying (máximo llanto). Es posible que el bebé llore siempre más cada semana, al máximo en el mes 2, y ya menos en los meses 3 a 5.
–U: Unexpected (imprevisto). Tanto su aparición como su desaparición son totalmente inesperadas.
–R: Resists soothing (resiste calmarse). El bebé no se calma fácilmente.
–P: Pain-like face (expresión de dolor). Puede mostrar una expresión de dolor en la cara, aunque no sienta dolor.
–L: Long lasting (prolongado). El llanto puede durar hasta 5 horas al día o más.
–E: Evening (por las tardes). Es posible que el bebé llore más por las tardes y por las noches, entre las 17h y las 21h.
¿Cómo podemos detectar si se trata de la hora bruja?
Si se trata de la hora bruja, “notaremos que nuestros hijos están muy quejicas, sobreexcitados, irritados, se pueden enfadar fácilmente, les cuesta mucho más entretenerse y son más demandantes de lo normal en las últimas horas del día. En definitiva, llorarán mucho”, detalla la especialista.
Lo cierto es que no hay una razón cierta que explique qué lo puede provocar, pero la psicóloga expone varias hipótesis:
-Sobrecansancio
Es usual que los recién nacidos no duerman lo que deberían dormir durante el día, ya que su reloj biológico aún no está establecido. Esto puede ocasionar que estén muy cansados y que no sepan cómo lidiar con esa falta de sueño ni con esa sensación tan desagradable.
Si este fuera el caso, la solución que la experta nos propone para prevenirlo sería procurar que nuestro hijo llegue descansado a la tarde/noche. Por lo que deberemos estar muy atentos a sus ventanas de sueño y señales de cansancio para conseguir que duerman lo que tienen que dormir cuando tienen que dormir.
Saturación/estrés
Aunque parezca mentira, nuestros peques también pueden estresarse. Puede que la sobreestimulación y el descubrimiento de todo lo nuevo que les rodea acabe por abrumarles y necesiten el llanto para desahogarse y liberar esa tensión que les está saturando.
¿Cómo calmamos a nuestro bebé?
Aunque una de las características sea que es un llanto incontrolable, la experta nos da varios consejos que podemos llevar a cabo para ayudar a tranquilizar a nuestro bebé:
- Mantener la calma. Es fundamental que no nos desesperemos y recordemos que la hora bruja no durará para siempre. Así que, respiremos profundamente, tomemos un tiempo para relajarnos y pensemos que lo estamos haciendo lo mejor que podemos. Debemos tener paciencia porque el bebé está bien.
- Dar consuelo y contacto físico. Durante el Llanto Púrpura, nuestro bebé puede necesitar sentir nuestra cercanía y contacto físico. Podemos cogerlo en brazos, portearlo o intentar calmarlo con caricias suaves y abrazos. El contacto piel con piel puede ser muy reconfortante para los bebés y les ayuda a disminuir su nivel de estrés.
- Controlar su sueño diurno y los estímulos que recibe para evitar el sobrecansancio y la sobreestimulación. Así que, asegúrate de tener un entorno tranquilo y propicio para facilitar el descanso.
- Experimenta diferentes métodos de relajación. Cada bebé es único, por lo que es importante probar diferentes métodos y técnicas para calmarle. Una técnica que podemos usar es C.A.L.M.A: contener o envolver, añadir sonidos, poner de lado, mecer al bebé y añadir succión.
