Los peligros que no conocías de compartir fotos de tus hijos por WhatsApp

Es muy importante que los menores tengan una educación digital en familia adecuada que les ayude a usar WhatsApp de forma responsable y segura, respetando su propia privacidad y la de los demás.

Me atrevería a decir que alguna vez has mandado a través de WhatsApp una foto de tu hijo o de tu hija desnudo en la bañera o en la playa.

A lo mejor se la has mandado a tu madre, a tu suegra, o a tu pareja, el padre de la criatura. Sin embargo, esta misma imagen no lo subirías a Instagram o Facebook. O, al menos, te lo pensarías dos veces antes de hacerlo.

Bien, pues los expertos en delitos cibernéticos nos alertan de los riesgos que esta práctica, mandar este tipo de imágenes por WhatsApp, puede acarrear, y nos piden que no lo hagamos, esta vez en una entrevista que concedió Daniel Huerta, subinspector de la sección de Protección del Menor de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional, al diario ABC.

Lo primero que tenemos que tener claro es que Whatsapp, aunque no nos lo parezca, es una red social más, como Instagram, Facebook o Tik Tok.

Se trata de una aplicación de mensajería instantánea que permite a sus usuarios comunicarse con otras personas a través de texto, voz, vídeo o imágenes. Pero además de esta función principal, tiene características que la acercan a una red social, como la posibilidad de crear grupos, compartir estados, reaccionar a los mensajes o enviar stickers.

Además:

  • Tiene más de 2.000 millones de usuarios activos al mes, lo que la convierte en una de las plataformas más populares del mundo.
  • Su dueño es Meta, propietario de Facebook e Instagram y cuyas políticas de  transferencia interna de información y datos siempre están en entredicho.
  • Permite a sus usuarios crear y mantener vínculos sociales con familiares, amigos, compañeros de trabajo o personas con intereses comunes.
  • También ofrece ya espacios para expresar opiniones, emociones, gustos y preferencias, así como para informarse sobre temas de actualidad o entretenimiento.
  • Facilita la participación en comunidades virtuales, movimientos sociales, campañas de sensibilización o iniciativas solidarias.

Por si esto fuera poco, tenemos que tener en cuenta que, una vez que mandamos una foto por WhatsApp, perdemos el control de ella. No sabemos el uso que va a hacer de ella la persona a la que se la mandamos y, aunque nosotros la borremos de nuestro dispositivo, esa imagen queda en los servidores de WhatsApp para siempre.

 

Riesgos de un mal uso de WhasApp

Conscientes de que nuestros hijos aprenden por imitación, si queremos que ellos hagan un uso responsable de WhatsApp o de cualquier otra red social, somos nosotros los primeros que debemos hacerlo.

Los riesgos a los que nuestros hijos se pueden enfrentar por un mal uso de esta red social son varios:

  • La exposición a contenidos inapropiados, falsos, violentos o ilegales, que pueden afectar a su desarrollo cognitivo, emocional o moral. Todos estamos al tanto de la multitud de Grupos de WhatsApp que se desarrollan en entornos escolares sin conocimiento de educadores y familias.
  • La posible vulneración de su privacidad y seguridad personal, al compartir datos personales, ubicación, imágenes o vídeos sin el debido consentimiento o control parental. Hay que recordar que, según la LOPDGDD ( Ley de Protección de Datos) el menor tiene el derecho absoluto al olvido incluso frente a sus padres y docentes al cumplir los 14 años.
  • El acoso, el ciberbullying, el sexting o la sextorsión, que pueden dañar su autoestima, confianza o salud mental, y generar situaciones de estrés, ansiedad o depresión.
  • La adicción, el aislamiento o la pérdida de habilidades sociales, al dedicar demasiado tiempo y atención a la aplicación, descuidando otras actividades.

Por todo ello, es muy importante que los menores tengan una educación digital en familia adecuada que les ayude a usar WhatsApp de forma responsable y segura, respetando su propia privacidad y la de los demás, así como los derechos y deberes que les corresponden como ciudadanos digitales. Para ello, como ya he mencionado, el ejemplo es clave.

 Consejos para  ayudar a proteger a los menores en WhatsApp

Si queremos que nuestros hijos estén protegidos frente a los peligros que puede acarrear el uso de WhatsApp, debemos seguir estos consejos:

– Establecer unas normas de uso claras y consensuadas, como el horario, la duración o los contactos permitidos y chats permitidos .

– Respetar la edad legal mínima de 16 años para crear una cuenta propia en WhatsApp.

– Configurar la privacidad y seguridad de la aplicación, desactivando las opciones de mostrar la última conexión, la ubicación o el estado en línea.

Revisar periódicamente el contenido que se comparte o recibe en WhatsApp, sin invadir la intimidad de los menores, sino fomentando el diálogo y la confianza.

Prevenir y denunciar cualquier situación de acoso, ciberbullying, sexting o sextorsión que pueda afectar a los menores o a sus contactos.

Fomentar el uso crítico y reflexivo de WhatsApp, evitando difundir o creer informaciones falsas, violentas o ilegales.

– Promover el equilibrio entre el uso de WhatsApp y otras actividades sociales, educativas o recreativas que favorezcan el desarrollo integral de los menores.

Como siempre decimos, el problema no es la herramienta en sí, sino el uso que hagamos de ella. Si queremos que nuestros hijos hagan un uso responsable, este uso responsable debe empezar en nosotros.

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Carlos Represa

Carlos Represa es Director de Digitales y Responsables, proyecto de alfabetización digital para docentes y familias en centros educativos. Licenciado en Derecho, preside la Asociación para la protección de menores en Internet. Desarrolla su labor educativa como profesor y conferenciante en centros educativos, de formación del profesorado y Universidades. Es Director de Relaciones Institucionales en el Grupo Scientia School.

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