Javier Urra nos ofrece claves para vacunar contra la violencia y la tiranía

Javier Urra, verdadero referente y primer Defensor del Menor, nos regaló una reflexión sobre cómo educar contra la violencia y la tiranía, que considera un problema social. Educar en el amor a la vida, en el compromiso y en el perdón son los mejores antídotos.

Ayer disfrutamos de dos talleres en Gestionando Hijos. Álvaro Bilbao, neuropsicólogo, nos habló del cerebro en la toma de decisiones en un taller patrocinado por Bankia y Javier Urra, verdadero referente y primer Defensor del Menor, nos regaló una reflexión sobre cómo educar contra la violencia y la tiranía en el Colegio Santa María del Pilar gracias al apoyo de la Fundación SM. Su experiencia como Defensor del Menor, como motor del proyecto de atención a menores y familias en conflicto Recurra-Ginso y como autor de innumerables libros atrajo a un numeroso público y suscitó muchas preguntas que Urra atendió con gran generosidad después de su conferencia.  

Javier Urra nos habló del proyecto Recurra-Ginso de atención psicosocial a menores y familias en conflicto. Según su propia página web: “Surge como respuesta a la carencia que existe en el ámbito asistencial español en “el tratamiento y ayuda a los jóvenes en conflicto que dentro del hogar tiranizan a padres, madres, hermanos/as u otros familiares. Tratamos de propiciar un modelo de intervención psicopedagógico (psicológico y educativo) de convivencia que facilite la misma”.

Leoncio Fernández, director del Colegio Santa María del Pilar y presentador de la velada, subrayó el compromiso de Javier Urra con la infancia y con el mundo de la educación. Y en sus primeras palabras ante un numeroso público, Javier Urra no pudo ser más elocuente: “Nadie puede dar recetas para educar. Quien lo pretenda es un majadero”. Si bien no dio recetas, Javier Urra desgranó una interesante reflexión sobre la violencia y la tiranía en la sociedad, dejando bien claro que “hay niños que son insufribles y no es un problema de los niños, tampoco es un problema solo de los padres, es un problema social”. Y uno de los factores de la sociedad actual que quizá contribuye a esa tiranía es el pensar que el objetivo en la vida es ser feliz. Javier Urra lo expresó así: “Queremos que nuestros hijos sean felices, pero eso es un error. Hay mucho yo en este mundo. Lo importante es el nosotros, el compartir”. Este experto trató de no culpabilizar a los padres, diciendo que “nunca los padres lo han intentado hacer mejor. Antes no había tanta conexión padres-hijos. Ahora da gusto”, con lo que nos arrancó una sonrisa. Porque esta fue otra de las notas de la velada, hablando de un tema durísimo Urra nos hizo sonreír y reírnos, a pesar de lanzar grandes críticas a la sociedad que estamos construyendo, como esta: “En nuestra sociedad hay un altísimo nivel de exigencia y un bajísimo nivel de responsabilidad”. Incluso, opina Urra, el nivel de exigencia es muy alto con la vida misma: “Muchos piden a la vida más de lo que puede dar”, por eso, afirma Urra, hay tanto nivel de depresión y ansiedad entre nuestros jóvenes.

Javier Urra, que tiene mucha experiencia con niños, afirma con toda rotundidad que “no se nace tirano” y que “los hijos que agreden a sus padres los quieren mucho, pero no saben cómo quererlos”. Nos contó que en la residencia del proyecto Recurra-Ginso hay muchos niños que ponen en su habitación la foto de sus padres, aunque luego puedan usarla como diana. Javier sabe que eso es que quieren a sus padres “porque yo”, contaba entre risas, “no tengo en mi habitación la foto del vecino del quinto derecha”. En una entrevista que nos ofreció tras la charla y que podréis ver pronto, quiso profundizar en esta forma equivocada de querer, lo que llama “patología del amor”. En la residencia, nos contaba Urra, “trabajamos con padres e hijos y colocamos bien los imanes para que en vez de repelerse se atraigan”, curando, de esta manera, esta patología del amor.

Javier Urra ya afirmó en su ponencia en la primera edición de Gestionando Hijos que sí existe la vacuna y el antídoto contra la violencia y esta es la educación. Para Urra, la educación que prevenga la violencia tiene que “enseñar el perdón, la empatía, el sentirse concernido”. Pero, considera, esto no se está logrando ahora. Alerta muy especialmente contra la violencia machista, que cree que va a ir a más, y desgrana un dato alarmante: “el 32% de los jóvenes cree que los celos son amor”. Este experto advierte que “no estamos educando en la ruptura”, para que estas sean sanas.

_1160080 pequeAunque Javier Urra diga que nuestro objetivo no debe ser que nuestros hijos sean felices, no se instala en la desesperanza, antes al contrario. Para Urra, está claro que “hay que enseñar a nuestros hijos que la vida es injusta, pero que hay que mirarla a los ojos, tenemos que enseñarles resiliencia” (que es la capacidad del ser humano para superar adversidades y salir fortalecido de ellas). A pesar de todo lo que ha vivido y conocido tratando con agresores, Javier Urra lo tiene claro: “Una persona que no tenga esperanza no debe educar”. Aun así, no deja de decir que “he aprendido mucho de los niños tiranos, hay cosas que estamos haciendo mal”. Como medidas prácticas para evitar o “curar” esta tiranía, Urra nos cuenta: “Sin dudar, yo llevaría a mis hijos a ver niños enfermos a un hospital, les llevaría a ver un amanecer, aunque no les gustara que les despertara tan temprano”, nos decía entre risas, “les llevaría a campamentos para que aprendieran a compartir y convivir”… En la infancia, parece decirnos Urra, debe haber algo de poesía: “Un niño debe mirar a las estrellas, tiene que preguntarse muchas cosas”.

Urra también quiso dejar claro que los conflictos son normales en la vida: “la vida es un conflicto, tenemos incluso conflictos con nosotros mismos”. Y habló de la etapa que todos y todas tememos como más conflictiva: “no se preocupen si no entienden a sus hijos adolescentes. Ellos tampoco se entienden”, nos confesó provocando sonrisas en el auditorio. Como en casi todos los talleres que estamos disfrutando, Urra también nos llevó al cerebro y nos contó que “la razón no es tan importante. Debemos educar en las emociones, especialmente a los varones”.

Urra subrayó que en esta sociedad tan trepidante, competitiva y consumista, todos queremos recetas rápidas para ser superpapás. Su propuesta, sin embargo, va contra corriente: “Educar es un arte que no se puede cocinar al microondas” y, nos dice, es mejor que en lugar de querer ser superpapás disfrutemos de nuestros hijos, “que no nos pertenecen”. Desde luego, Urra infunde esperanza e ilusión cuando afirma que “educar no es fácil. Pero es quizá lo más bonito de la vida”.

También quiso abrirnos los ojos frente a la idea tan manida de la infancia como etapa feliz per se. Urra nos dijo: “Decimos que los niños de hoy en día tienen de todo. ¿Pero qué es todo?” y nos recordó que “a veces se nos olvida que los niños también sufren”.

Urra se quiso meter en el jardín de los trastornos que se diagnostican tan a menudo y llegó a decir que “trastornos como el TDAH existen, pero están sobredimensionados y no pueden ser una etiqueta que quite responsabilidad para educar”.

La vacuna contra la violencia y la tiranía, concluyó Urra, “es generar en el niño un cariño a la vida y educar en el perdón. Porque la educación es la palanca que lo cambia todo”.

 

 

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Educar es todo

Educar es Todo es un proyecto cuyo objetivo es colaborar con madres y padres en su labor educativa. Uno de los pilares fundamentales de una buena sociedad es apoyar la tarea de las madres y padres que lideran los hogares y la educación de sus hijos. Por eso, queremos acompañarlos en este apasionante viaje educativo, aportando ideas, reflexiones y estrategias que les ayuden a conseguir ese objetivo, que entendemos que es el de todos. Esperamos que también el tuyo.

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