Uno de nuestros objetivos como padres es conseguir que nuestros hijos aprendan a pensar por sí mismos, a razonar, a ser críticos, pero la cuestión es: ¿cómo conseguirlo? No tenemos un manual de instrucciones que nos indique los pasos a seguir para que nuestros hijos e hijas aprendan a desenvolverse de una manera autónoma, a cuestionar lo establecido, a razonar y sentir de forma crítica. No obstante, el filósofo y autor del libro “El arte de pensar para niños”, José Carlos Ruiz, expuso en uno de nuestros eventos algunas claves para educar en el pensamiento crítico a nuestros hijos e hijas, una de ellas consistía en hacerles preguntas que les lleven a ellos a reflexionar y a buscar sus propias respuestas, se trata de las preguntas poderosas.
La importancia de preguntar para educar
Lo cierto es que muchas veces nos centramos más en decirles a nuestros hijos lo que tienen que hacer (según nuestro punto de vista) o en darles nosotros “el recurso” que necesitan, que en promover que sean ellos mismos los que creen sus propias soluciones o busquen sus propios recursos.
Les hacemos muy pocas preguntas porque en realidad preferimos darles nosotros la respuesta. ¿Y si cambiamos la dinámica?
“Para que nuestros hijos desarrollen un buen pensamiento crítico, es necesario trabajar el protopensamiento, es decir, aquello que tienen los niños antes de empezar a pensar muy bien y que se basa en tres pasos: el asombro, la curiosidad y el cuestionamiento”.
Según Ruiz, estos tres pasos se han perdido. El asombro cada vez es más complicado debido a que nuestros hijos están expuestos a una sobre estimulación que hace que cada vez les sorprendan menos cosas. Por eso Ruiz aconseja “recuperar el asombro en la cotidianidad, que intenten asombrarse de su día a día”. Pero no solo eso, sino también reconducir ese asombro hacia la curiosidad, para poder alcanzar su objetivo por ellos mismos.
El último paso consiste en el cuestionamiento, y para esto “es fundamental hacerles buenas preguntas que obliguen a pensar”, nos dice Ruiz.
Preguntas poderosas para educar en valores
Educar en valores como la tolerancia, el respeto, la solidaridad, el compañerismo… es fundamental si queremos que nuestros hijos sean felices. Según nos decía el neuropsicólogo infantil José Ramón Gamo en un webinar junto a la ONG World Vision: “cuando nos preguntan qué queremos que sean nuestros hijos, siempre decimos que queremos que sean felices. Pero esta respuesta es muy ambigua. Lo que en realidad yo quiero es que mis hijos tomen buenas decisiones, porque si toman buenas decisiones, la probabilidad de que sean felices es mayor que si toman malas decisiones, y para tomar buenas decisiones es fundamental que tengamos un marco de valores que nos ayude a hacerlo”.
Para que lo entendamos mejor, Gamo ponía un ejemplo:
“Si yo soy un adolescente que me estoy tomando algo con unos amigos en una terraza, y en la mesa de al lado hay una mujer mayor que al levantarse se deja olvidado el bolso en la silla, yo puedo tener el deseo de coger el bolso y abrir el monedero y ver si lleva dinero o un móvil… Si tengo valores, estos valores empiezan a activarse y a hacerme ver que no está bien lo que voy a hacer. Y, además, que aunque me perjudique no coger ese bolso (pierdo el dinero), entiendo que es la mejor decisión porque beneficia a la señora y lo correcto en este caso es beneficiarla a ella porque es su bolso y no el mío”.
Por eso es tan importante educar a la inteligencia en valores. “Imaginaos que hubiéramos vivido en una familia donde nos hubieran transmitido la idea de que todas las personas pelirrojas son peligrosas y no pueden ser consideradas personas como al resto. ¿Qué es lo que ocurriría? Que cuando yo tuviese un problema con un pelirrojo, aunque no sea un psicópata, puedo querer acabar con esta persona, que es algo que ya ocurrió en la Alemania Nazi. Y, además, no percibiré que estoy haciendo nada malo. De ahí la importancia de tener valores, porque estos serán determinantes para tomar buenas decisiones”.
Bien, volviendo a los consejos del filósofo José Carlos Ruiz, si queremos que nuestros hijos vayan integrando estos valores poco a poco, más que sermonearles acerca de lo importante que es que compartan, que sean solidarios, que ayuden a los demás, es hacerles las preguntas poderosas oportunas para que ellos mismos lleguen a esa conclusión.
Como forma de empezar, te proponemos 10 preguntas poderosas que pueden ayudarte en la tarea:
- ¿Qué sentirías si te levantases por la mañana y no tuvieras nada?
- ¿Cómo sería el mundo si nadie prestase ayuda a nadie?
- ¿Qué pasaría si no existieran los médicos en tu ciudad?
- Si tuvieras 10 segundos para elegir 3 cosas y salir de casa, ¿qué elegirías?
- ¿Cómo te sentirías si nunca nadie te diera las gracias?
- ¿Y si en todo un día solo pudieras comer una croqueta?
- ¿Y si tuvieras que andar todos los días 10 kms para ir al colegio?
- ¿Cómo puedes asegurar la paz a tu alrededor y en el mundo?
- ¿Te parece justo que haya gente que tenga muchas cosas y gente que no tenga nada?
- ¿Cómo te sentirías si siempre que alguien te ayuda te pide algo a cambio?
La importancia del ejemplo
Las preguntas poderosas pueden ayudarnos mucho a educar en valores a nuestros hijos, pero antes, nos dice Gamo, hay que cumplir tres premisas:
- Tener claros cuáles son esos buenos hábitos morales que queremos que adquieran
- Ser ejemplo de lo que queremos que integren. De nada sirve tratar que nuestro hijo sea solidario si nosotros no lo somos, si eso no es lo que ven en casa. Nuestros hijos aprenden, mayoritariamente, por imitación.
- Recompensar esas buenas decisiones de dos formas: con reconocimiento social y con afecto, nunca con premios materiales. Esto solo hará que los niños pierdan el interés en hacerlo y empiecen a colaborar para sacar algo cambio.