No me gusta que la crianza y la educación este ligada a la palabra sacrificios. Creo que no hace ningún bien quedarnos anclados en que los padres tienen que sacrificar “su vida” por los hijos. Sentir que estamos sacrificando cosas constantemente hace que nuestro cerebro sienta como una amenaza cualquier situación que no salga como nosotros la habíamos planeado.
– Yo que sacrifico no salir, encima mi hijo no se acuesta a la hora que debe.
– Me sacrifico para ir al parque y ahora no quiere jugar con los demás niños.
– Aquí estoy, sacrificando mi siesta por jugar y ahora se enfada porque ha perdido.
¿Te suena? Sacrificios, sacrificios y sacrificios y tu cerebro pensando que tu hijo está haciéndote la vida imposible todo el día ¡con todo lo que tu haces por él!
Si pensamos, sentimos y creemos que estamos sacrificando, le estamos dando a nuestro cerebro la idea de que nos merecemos que todo salga como nosotros queremos. Y el control termina apoderándose de cada situación y nuestro propio diálogo interno nos boicotea.
El cuento del sacrificio
Una de las piedras que tenemos en la mochila desde hace generaciones es la de padres y madres abnegados que todo deben darlo por sus hijos, pero ¿y si te dijera que eso es contraproducente para ellos?
Cuando continuamos en ese cuento del sacrificio solemos caer en salvar, rescatar y hacer todo por los niños, sin darles la oportunidad de intentarlo, equivocarse y por tanto, aprender de ello.
Estamos manejando y llevando el control de la vida de nuestros hijos, dejándoles a ellos de meros observadores. El problema llega cuando son ellos los que tienen que “conducir” su vida, y al no tener experiencia en ello se sienten perdidos y no saben hacerlo.
Sacrificarnos por nuestros hijos solo les lleva a sentir que no son capaces, que ellos no pueden y que es mejor que otros lo hagan por él.
Cuestión de prioridades y necesidades
Te invito a que cambies los “sacrificios” por necesidades y prioridades. Puede parecer algo meramente conceptual, pero tanto para tu diálogo interno como para el desarrollo de habilidades de tu hijo es algo fundamental.
Deja de “sacrificar” una salida, lo que ocurre es que durante un tiempo tu hijo necesita que estés a su lado a la hora de dormir.
No te sacrifiques para ir al parque, entiende que tu hijo necesita momentos de esparcimiento, el parque es el lugar donde están sus iguales, pero no siempre querrá jugar de la misma manera.
Tu hijo ya no tiene la necesidad de dormir siesta y eso implica que, durante un tiempo, necesitará que juegues con él.
Si quieres algo diferente, tienes que sentir, pensar y actuar de una manera diferente. Si te quedas anclado en el sacrificio no podrás ver más allá de él.
Las necesidades y las prioridades van cambiando y en ellas también tienen que estar las tuyas. El problema del sacrificio es que supone una renuncia por tu parte que parece que nunca tendrá fin.
Mientras que, si hablamos de necesidades, podemos pensar en las de todos los miembros de la familia. Una vez que las tengamos todas, podemos ordenarlas en función de las prioridades.
La familia debe ser un equipo en donde se tiene en cuenta a todos y en donde cuidamos de todos. Eso sí, no perdamos de vista que la infancia es el momento de recibir, por lo que las prioridades deben tenerlo en cuenta, pero hay cabida para todas.
Si quieres dejar de sacrificarte y poner en orden las necesidades y las prioridades de tu familia, este taller de seis semanas de disciplina positiva que comienza el 23 de abril es para ti: https://embarazoycrianza.com/tallerdp6semanas/