Los padres tenemos dos papeles diferentes para con nuestros hijos e hijas: uno es el de padre o madre, que es aquel que mima (no que consiente) y quiere a su hijo/a sin condiciones, su hijo sabe que su papá y su mamá le querrán igual.
Y tenemos un segundo papel, el de entrenador, y como cualquier entrenador se ocupa de entrenar a su pequeño en todas aquellas habilidades que cree que necesitará para ir por la vida sin darse más trompazos de la cuenta. Es decir, la empatía para entenderse con los demás, la autoestima para gustarse y sentirse seguro, la autonomía para poder ir solo por la vida, el trabajo en equipo para durar en cualquier trabajo o la fortaleza interior para levantarse cada vez que se caiga. Esta segunda parte, la de entrenador, nos guste o no, sepamos o no, también nos toca.
Cuando consigues hacer estos dos papeles, es cuando estás EDUCANDO en mayúsculas.