¿Qué necesitan los niños y las niñas?

A partir del nacimiento un bebe necesita tener un ambiente similar al que estaba vivenciando adentro de la panza de su mamá: calor, alimentación, palabras de amor, contacto, cercanía, cuidados. Los primeros meses él bebe va a depender mucho de su mama y de su papá, pero a medida que vaya creciendo comenzará a explorar el mundo que lo rodea a través del movimiento, del contacto con los objetos, de un vínculo con el otro. Así las etapas siguientes, caminar, comer solo, dormir en su habitación, dejar los pañales, etc., quedarán guardadas como hermosos recuerdos.

 

“Quiero tiempo pero tiempo no apurado, tiempo de jugar que es el mejor” ya lo dice María Elena Walsh en la marcha de Osías, recordándonos que el tiempo va a transcurrir y como familias debemos acompañar cada proceso, entendiendo que la autonomía se desarrollará paulatinamente de acuerdo a los tiempos de cada uno hasta alcanzar la tan ansiada “independencia” que llegará cuando el niño esté listo.

 

Desarrollar la empatía cuando nuestros hijos es de los principales desafíos por cumplir, ya que ponernos en su lugar nos va a permitir cambiar nuestra mirada, por ejemplo: Ante un desborde emocional (berrinche) podemos acudir a dos técnicas que funcionan para poder trabajar generar la empatía hacia el niño o la niña:

 

  1. Pensar en ¿qué tipo de adulto me hubiera gustado tener cerca en una situación similar en mi infancia?
  2. Como adulto, ante una situación similar, (sí, los adultos también tenemos desbordes emocionales) ¿cómo me gustaría que me traten?

 

Todos los niños y las niñas necesitan, al menos, una persona que responda por ellos, que los cuide, los contenga, los guíe, los escuche, les enseñe la forma de convivir y las reglas que existen en el mundo que los rodea, que les de amor, entre muchas otras acciones más.

 

La infancia es un momento inolvidable, único, especial, que no vuelve a repetirse. Es ese lugar dónde se forjan los mayores aprendizajes, como así también los mejores recuerdos, en dónde se construyen los vínculos basándose en el respeto y el amor, teniendo como base la confianza y la comunicación. Entonces como adultos, como mamas y papas, cambiemos la mirada, dejemos de criar en exigencia y perfeccionamiento, ocupémonos de generar relaciones unidas, conversaciones fluidas, participaciones especiales, tiempo de calidad.

 

No existen fórmulas mágicas o recetas secretas, cada familia encontrará el mejor modo de relacionarse de acuerdo a sus necesidades. Nunca es tarde para construir una mejor relación.

 

“Sé el adulto que necesitabas cuando eras niño”

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Eli Delacour

Eliana Delacour, maestra infantil, especialista en neurociencia y diplomada en inteligencia emocional. Próxima a ser coach, apasionada por la educación ya que es el mayor y mejor recurso para transformar el mundo. Mi estrategia de enseñanza es educar con el corazón, priorizando un aprendizaje significativo

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