Si quieres que tu hijo tenga una autoestima sana, no te pases elogiándolo

Un estudio de la Universidad de Ohio demuestra que sobrevalorar a nuestros hijos no contribuye a su autoestima (a creer que son tan buenos como los demás), sino a su narcisismo (a creeer que son mejores que los demás).

Todos queremos que nuestros hijos sean felices, que estén a gusto consigo mismos, que tengan un buen nivel de autoestima… Y quizá pensamos que elogiando sus acciones de manera desmedida contribuimos a este gran objetivo. Pero un estudio de la Universidad de Ohio publicado en febrero demuestra que sobrevalorar a nuestros hijos no contribuye a su autoestima (a creer que son tan buenos como los demás), sino a su narcisismo (a creeer que merecen algo más que los demás, que son mejores que los demás).

Conscientes de que el narcisismo y la egolatría son problemas más comunes en las sociedades occidentales, los investigadores quisieron estudiar los factores que contribuían a estos fenómenos partiendo de dos posibles hipótesis: el narcisismo proviene de una sobrevaloración por parte de los padres y madres o el narcisismo es la respuesta defensiva del niño ante una falta de atención y apego por parte de los padres. Para saber qué hipótesis era cierta, los investigadores diseñaron unos cuestionarios que respondieron 565 niños de 7 a 11 años y sus padres (415 madres y 290 padres) en Holanda durante un año y medio con frases que debían validar como verdaderas o falsas de este tipo: “Niños como yo estamos satisfechos con nosotros mismos”, “Niños como yo merecemos algo más”. Los padres debían clasificar como verdaderas o falsas frases como “Mi hijo es un gran ejemplo que seguir para otros”, “Hago saber a mi hijo que lo quiero”. El sorprendente hallazgo no fue solo que los hijos cuyos padres los valoraban como mejores que los demás niños presentaban mayores niveles de narcisismo y egolatría, sino además que la sobrevaloración de este tipo no contribuía en absoluto a una buena autoestima de los pequeños.

Como señala el autor del estudio, Brad Bushman, “los niños creen a sus padres cuando estos les dicen que son más especiales que otros niños. Esto puede no ser bueno para ellos o para la sociedad”. Otro de los autores del estudio, Eddie Brummelman, explica a Forbes: “Los niños narcisistas se creen superiors a otros y buscan la constante admiración de los demás. Cuando no consiguen la admiración que necesitan, pueden estallar en agresividad. Las personas narcisistas presentan un mayor riesgo de desarrollar adicciones y algunos subgrupos, especialmente si tienen bajos niveles de autoestima, pueden sufrir ansiedad o depresión”.

¿Entonces qué recomiendan los autores del estudio? En declaraciones a La Vanguardia Brummelman propone “que transmitan afecto y aceptación a sus hijos sin transmitirles la idea de que son superiores a los demás”.

Imagen: Princess. Fuente: Jeff Power /Flickr

 

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