El primer Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid nos brinda en esta ponencia muchas ideas para educar a nuestros hijos en la ética y la defensa del vínculo del amor, un nexo tan fuerte, nos dijo, que hasta los hijos agresores “quieren querer a sus padres pero no saben cómo”. Urra reflexiona con sus palabras sobre los valores importantes que debemos transmitir a nuestros hijos (la compasión, la generosidad, el optimismo, el respeto, el amor por la naturaleza) en medio de una sociedad “que es muy yo-yo”.
El vínculo del amor, comenzó diciendo Urra, es “olvidar el yo. Esta sociedad es muy yo-yo, pero lo importante es el tú”. Nos propone Urra que enseñemos a nuestros hijos un juego muy importante: “el que no sabe lo que siente el otro pierde”. Para Urra es fundamental enseñar a nuestros hijos “una palabra esencial: el respeto a uno mismo y a los demás“. Y hablando de palabras, nos animó a enseñarles a hablar de sí mismos y de sus sentimientos, porque “el lenguaje es un colchón emocional absolutamente necesario”.
Frente a una sociedad que considera egoísta, Urra quiso recordar que “no nos vemos en un espejo, nos vemos en los ojos del otro. Es en los ojos del otro donde existimos, no soy, somos”. Por eso es necesario enseñar la generosidad, la gratitud, el optimismo, la esperanza, la serenidad pero también la gestión de la frustración y la introspección para conocernos mejor y “el ser dueños de nosotros mismos, porque somos mucho más libres de lo que queremos reconocer”.
Muy preocupado por encontrar y difundir las claves que vacunan contra la violencia, Javier Urra nos animó a “estimular la sensibilidad, sobre todo en los hijos varones. La mayoría de las enfermeras y las profesoras son mujeres. El hombre tiene que retomar la sensibilidad y el cuidado“. Y la clave más importante es “la compasión: sufrir con el dolor del otro es lo que realmente nos aleja de los tipos que yo veo psicópatas, violadores reincidentes. Si tú te pones de verdad en esa empatía con el dolor del otro, no le dañas de esa manera”. Para Javier, es muy importante enseñar a nuestros hijos a “sentirnos concernidos, por tantos y tantos temas. Vivir es vivir apasionadamente. Lo peor que puede poner en una lápida es “murió como vivió, sin ganas””.
Al finalizar su ponencia, Javier Urra nos recordó que “la última pregunta que nos haremos será para quién hemos vivido”, subrayando la necesidad de tener perspectiva ante los pequeños problemas de la vida.
Urra también quiso reflexionar sobre el acoso escolar y se sorprendió de que en muchos casos los profesores afirmen que no sabían nada, de modo que llega a afirmar que “detrás del acoso escolar hay o un profesor incompetente o un profesor impotente. Porque si hay un niño que sufre acoso, el profesor desde la autoritas y el liderazgo debe poner a toda la clase a su favor. Y en cuanto a la educación en valores subrayó que lo fundamental es educar con el ejemplo.
