Vídeocuentos que inspiran: ¡Estela, grita muy fuerte!
Sin duda, queremos que nuestros hijos sepan defenderse de manera asertiva ante los posibles conflictos o violencia que vivan: cuando un compañero de clase les pegue, cuando alguien le insulte, cuando alguien les haga daño o incluso en el terrible caso de que algún conocido adulto quiera abusar de ellos, una realidad que sufre, según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada cinco niños en el mundo. Aunque es una realidad delicada para tratar con nuestros hijos, podemos desmontar muchas de las creencias que hacen difícil que el propio niño acabe con estas agresiones leyendo cuentos o viendo vídeocuentos como ¡Estela, grita muy fuerte!. Porque confiar en su propia percepción (si no me siento bien, no es un juego), decir no y pedir ayuda son tres aprendizajes que podrían sacarle de la espiral de agresiones de todo tipo.
Este cuento está pensado para niños a partir de 6 años y nos presenta a Estela, una niña a la que le gusta imaginar y jugar y cuya mejor amiga, Lucía, tiene tanto genio que a veces le pega. Estela no sabe qué hacer cuando esto ocurre, pero su profesora, Conchita, le hace reflexionar, preguntándole si le gusta que le hagan daño. Como la niña niega con la cabeza, la profesora le dice: “No tienes que dejar que te hagan tanto daño” y le aconseja que “cuando alguien te hace algo que no te gusta, tienes que decirle que pare. Y si no para, entonces GRITAS muy fuerte hasta que vengan a ayudarte”. Gracias a estas palabras de Conchita, Estela ya sabe qué hacer cuando su madre le da tirones al cepillarle el pelo, cuando Lucía le vuelva a pegar o cuando su tío Anselmo se la lleve a una habitación a jugar a su juego secreto. ¡Y lo bueno es que lo que le recomendó Conchita funciona!
La autora del cuento, Isabel Olid, es coautora de una guía Programa de prevención del maltrato y abuso sexual infantil publicada por la Red de Ayuda a Niños Abusados en esta obra subraya que para los adultos este tema es un tabú: “Es difícil porque a los adultos nos bloquea. El simple hecho de pensar que a un niño que conocemos puede haberle pasado algo tan grave nos paraliza”. Sin embargo, nos dice Isabel, que pretende con su obra prevenir el maltrato infantil, “lo que para nosotros es un tabú insuperable, para los niños que no han sufrido abusos es un tema como cualquier otro. Así, lo que pretendemos es contagiarnos de la apertura de miras de los niños: es un tema como cualquier otro y se puede tratar con naturalidad”. Compartimos este cuento porque, como dice Isabel, “creemos firmemente en el poder de las palabras. Sobre todo, cuando las pronuncia alguien dispuesto a escuchar. Lo que te pedimos cuando compartas este libro con los niños que te rodean es precisamente eso: que les escuches. ¿Cuáles son sus inquietudes? ¿Qué han oído en la tele, en el colegio, en casa, sobre el tema?” y porque, en sus palabras, también nos “preocupa ayudar a los niños a saber exigir (y ofrecer) respeto”.