¿Hemos contribuido este curso a que nuestros hijos hayan sido mejores estudiantes?

Acaba el curso escolar y toca hacer balance. Muchas veces este balance lo hacemos mirando el boletín de notas. En función de ellas valoramos positivamente o negativamente el curso de nuestro hijo. Sin embargo, Alberto Soler, psicólogo, nos recuerda que “cada vez más teóricos de la educación ponen en duda la propia utilidad de las notas, ya que estas desplazan el foco hacia los resultados y se lo quitan al proceso: los alumnos dejan de disfrutar aprendiendo y se preocupan solo de aprobar, sea como sea: si hay que hacer trampas, se hacen. Da igual que no hayan entendido nada, si son capaces de ponerlo en un examen y aprobar, ya vale”.

Desplazar el foco hacia los resultados y quitárselo al proceso lleva a nuestros hijos a tomar una actitud equivocada frente a los estudios. Una actitud que, como dice Alberto Soler, deja de lado la importancia del esfuerzo, de la motivación, del placer de disfrutar aprendiendo, de la responsabilidad…algo fundamental porque, no hay que olvidar que, que nuestros hijos sean buenos estudiantes no depende tanto de sus capacidades intelectuales, sino de la actitud que pongan ante los estudios.

Y aquí es donde entramos en acción las madres y padres, porque la actitud no viene de serie, sino que, por suerte, se aprende y, por tanto, se puede educar.

¿Hemos sabido poner el foco en lo realmente importante y, por tanto, inculcarles estos valores y actitudes que les han permitido ser unos buenos estudiantes? Esto es algo que deberíamos plantearnos en estos últimos días de curso las madres y padres. Para ayudarnos a averiguarlo, un equipo de expertos en el método Kumon y el psicólogo Rafa Guerrero, elaboraron un test de autodiagnóstico: ‘¿Estás convirtiendo a tus hijos en un buenos estudiantes?’ Un test que se componía de 10 preguntas y que habéis contestado casi 3000 personas. Lo que demuestra que los estudios de nuestros hijos es algo que nos preocupa mucho.

Vamos a analizar las principales preguntas y consiguientes respuestas. De esta forma, podremos analizar qué papel hemos desempeñado este curso y consejos para seguir educando a nuestro hijo para que sea mejor estudiante.

1. ¿Dirías que los niños empiezan su desarrollo como estudiantes a partir de:

A) Infantil

B) Primaria

C) Secundaria

Un 70% respondisteis que en infantil y un 29% en primaria. Que un porcentaje más o menos alto hayáis pensado que el desarrollo como estudiantes empieza en primaria y no antes podría deberse a que es la etapa escolar en la que comienza los deberes, los exámenes y las notas, pero, como nos recuerda el psicólogo Rafa Guerrero “el estudio y el aprendizaje dependen de capacidades y habilidades que se pueden estimular desde que nuestros hijos son muy pequeños: atención, memoria, perseverancia… También podemos inculcarles hábitos relacionados con los aspectos académicos desde edades tempranas, pues sabemos que su cerebro tiene mayor capacidad de aprendizaje y adaptación. Atender a su desarrollo desde infantil los ayudará a adquirir una base sólida para seguir creciendo en las siguientes etapas escolares”.

Actividades aparentemente tan básicas como cantar canciones, por ejemplo, son un ejercicio increíble para estimular el vocabulario y la memoria. Toru Kumon, el fundador del método hace 60 años, proponía la fórmula “200 canciones y 1.000 cuentos para que un niño aprenda a leer”.

2. ¿Qué significa para ti ser un buen estudiante?

a) Sacar buenas notas

b) Completar todas las tareas y esforzarse mucho

c) Disfrutar aprendiendo y poder hacerlo solo

La opción C la habéis marcado el 91%. Efectivamente, ser buen estudiante va más allá de los resultados y las notas. “Sabemos que el esfuerzo no siempre desemboca en buenos resultados, pero es más importante el viaje que el destino” recuerda Rafa. Por ello es fundamental reflexionar acerca de qué implica ser un buen estudiante. “Si despertamos en nuestros hijos el gusto por aprender y les proporcionamos recursos para que sean autónomos en el aprendizaje, en consecuencia, obtendrán buenos resultados”, nos plantean desde Kumon.

3. Cuando tu hijo está haciendo ejercicios en el colegio o en casa:

a) Rara vez pide ayuda

b) Con frecuencia dice que no entiende qué tiene que hacer

c) Pide hacer la tarea con alguien

Un 48% habéis contestado que “rara vez pide ayuda”, un 20% que con “frecuencia dice que no entiende qué tiene que hacer” y un 31% que “pide hacer la tarea con alguien”. El ser humano, lejos de los mandatos sociales, necesita el apoyo y el cariño de los demás. El ámbito académico no es una excepción. “Es importante que realicemos un seguimiento de las tareas escolares de nuestros hijos evitando, en la medida de lo posible, los extremos. Así, lo mejor es que se responsabilicen de sus tareas y nos pidan ayuda puntal cuando la necesiten. Podemos guiarlos y acompañarlos, pero nunca hacerlo por ellos. Informar al tutor escolar si no son capaces de hacerlo solos es importante para que así él también conozca su situación académica y pueda solventarlo en clase” nos dice Rafa.

Reflexionemos sobre este asunto: ¿es posible disfrutar haciendo algo de lo que no te sientes capaz, algo sobre lo que tienes que pedir ayuda? En Kumon viven esta experiencia a diario con miles de alumnos y nos dicen que “es fundamental que un niño se sienta capaz de hacer las cosas por sí mismo y sólo se consigue con una educación personalizada al nivel de cada alumno y con objetivos específicos para cada alumno”, aseguran. Si conseguimos implicarle en el reto, lograremos fomentar su autonomía, confianza y autoestima.

4. ¿Cuál es el motivo principal que lleva a tu hijo a hacer las tareas escolares?

a) Que te sientas orgulloso de él

b) Evitar que te enfades y lo castigues

c) Disfrutar aprendiendo y cumplir con su labor

El 65% habéis respondido la opción C. Como nos recuerda Rafa guerrero, “el objetivo de ir al colegio y al instituto es aprender y disfrutar aprendiendo, así como desarrollar la personalidad y otras funciones ejecutivas útiles en la vida: concentración, inhibición de impulsos, planificación, memoria operativa, autorregulación emocional, etc. Las tareas y deberes escolares son una «excusa» para potenciar todo esto y, en concreto, la capacidad de autonomía de nuestros hijos. La motivación de tu hijo para hacer los deberes no debería ser evitar el castigo o que tú, como madre o padre, te sientas orgulloso, sino aprender y ganar autonomía en las habilidades escolares y de la vida”.

5. Les han mandado hacer un dibujo o una redacción libre a todos los alumnos de clase. ¿Cómo suele enfrentarse tu hijo a dicha tarea?

a) Elije un tema que cree que puede ser interesante o que lo motiva

b) Te pregunta a ti qué tema elegir para la redacción o el dibujo

c) Se bloquea y pierde mucho tiempo en tomar una decisión

EL 70% habéis marcado la opción a. En ocasiones, el hecho de que nuestros hijos se enfrenten a una tarea no estructurada, como elaborar una redacción libre o hacer un dibujo, puede suponer altos niveles de ansiedad para ellos. El motivo es que no están acostumbrados a tener que tomar decisiones en sus vidas. “Parte de esta responsabilidad es nuestra como adultos, puesto que no les permitimos tomar decisiones por sí mismos y, posteriormente, hacerse cargo de las consecuencias, ya sean positivas o negativas. Si estimulamos su pensamiento crítico y confiamos en ellos, estaremos potenciando su autonomía y su confianza en lo que hacen, dicen y piensan”, nos dice Rafa. Por tanto, nuestro papel siempre ha de ser el de acompañarlos y guiarlos. Podemos darles ideas para que tomen la decisión final, pero nunca decidir por ellos.

6. En época de exámenes, ¿cómo se enfrenta tu hijo a ellos?

a) Con nervios, pero confiando en sus posibilidades

b) Pensando que se está jugando mucho más que un examen

c) Implicándose menos de lo necesario

Un 67% habéis marcado la opción a, pero casi un 30% habéis elegido la opción c. “La época de exámenes es un momento de mucho estrés para nuestros hijos. Seguramente sea una de las primeras experiencias en la que se enfrentan solos a sus miedos. Es una situación en la que están siendo evaluados, y sentir miedo y ansiedad es normal. Lo ideal es transmitirles a nuestros hijos que confiamos en sus recursos y que se están jugando sencillamente eso, un examen, ni más ni menos”, nos dice Rafa. En cuanto a la implicación, en este sentido, habría que pararse a pensar si estamos fomentando su responsabilidad y si el reto al que se enfrenta está adecuado a su capacidad. Desde Kumon nos recuerdan la importancia de que el alumno se encuentre siempre en su punto ideal de estudio. Sólo así podrá sentirse capaz y responsable y, por tanto, implicarse en la tarea con motivación.

7. ¿Cómo interpretas que tu hijo haya hecho mal un trabajo, que no lo haya entregado o que haya suspendido un examen?

a) Lo consideras un fracaso propio

b) Piensas que deberíais haber estudiado más tiempo juntos

c) Entiendes que el error y el fracaso son parte del aprendizaje

Nos encanta que un 83% hayáis marcado la respuesta C. Porque como nos dice siempre Rafa: “Suspender un examen es, sin lugar a duda, una experiencia desagradable y amarga. Nuestros hijos quieren que nos sintamos orgullosos de sus resultados y cumplir con nuestras expectativas. Pero es importante ser consciente de que el examen es una de las muchas pruebas y situaciones en las que nuestros hijos se sentirán evaluados a lo largo de su vida. Por ello, interpretar el tropiezo o el suspenso como una oportunidad de aprendizaje para nuestros hijos es fundamental para potenciar su autonomía”. En este sentido, no cometer errores es un error en sí mismo. Si nuestros hijos se acostumbran a no errar, cuando lo hagan, de adultos, no van a saber gestionar la frustración que les va a suponer hacerlo. Cuanto antes se equivoquen y entiendan que el error es parte del proceso, antes aprenderán a aceptarlo.

8. Imagina que tu hijo ha sacado muy buena nota en un examen. ¿A qué le dices que es debido?

a) A un golpe de suerte

b) A su dedicación y persistencia

c) A que es muy inteligente

Un 93% habéis marcado la opción B. Efectivamente. En psicología se llama «locus de control» a las atribuciones que realizamos sobre las consecuencias de nuestros actos. Sí, es cierto que en ocasiones tenemos suerte o nos topamos con ella, pero la gran mayoría de nuestros logros se deben, fundamentalmente, a nuestra dedicación y persistencia. Rafa Guerero nos recuerda que “estudios de autores como Carol Dweck concluyen que lo mejor para potenciar la autonomía y el trabajo autónomo es reforzar la dedicación y el esfuerzo de nuestros hijos, y no tanto capacidades innatas como la inteligencia o determinados dones”.

9. Cuando tu hijo está preparando un examen:

a) Necesita estudiárselo todo de memoria y en el mismo orden que aparece en el tema

b) Estudia los contenidos realmente esenciales y sabe encontrar relaciones entre ellos

c) Necesita que se lo preguntes varias veces, ya que no es capaz de auto evaluarse

El aprendizaje que se sostiene a largo plazo requiere perseverancia y comprender los elementos más importantes. Pero en Kumon nos recuerdan que a aprender también se aprende, y hay que tener paciencia para ello. En ocasiones los padres pensamos que lo que están estudiando nuestros hijos para el siguiente examen no les va a servir de nada, porque a los pocos días no se acordarán de muchas de esas cosas. Debemos entender el trabajo que realizan nuestros hijos cada año como un proceso no solo para adquirir conocimientos, sino sobre todo para adquirir capacidades de estudio. Como todo en la vida, para aprender a estudiar hay que entrenar: comprender, sintetizar, memorizar, relacionar conceptos, auto evaluarse, etc.

10. ¿Qué hace tu hijo durante las vacaciones de verano en relación con el estudio?

a) Mantener una rutina intelectual diaria como leer, hacer puzles y hacer ejercicios que fomenten sus funciones ejecutivas para que, cuando vuelva al colegio, pueda continuar sus rutinas sin dificultad

b) Nada. Dedicarse solo a descansar, jugar y relacionarse con familiares y amigos

c) Nada. Ver televisión y jugar con los amigos a la videoconsola

Esta pregunta ha tenido dos respuestas mayoritarias: un 46% habéis marcado la A, y un 47% la B. Efectivamente, como bien pensáis los que habéis elegido la opción b, las vacaciones son un periodo de descanso en el que nuestros hijos, al igual que nosotros, necesitan desconectar de sus principales obligaciones durante el curso escolar. Sin embargo, Rafa Guerrero y los expertos de Kumon nos recuerdan que “es importante que continúen aprendiendo y dedicando un tiempo cada día a una rutina intelectual. De esta manera, no solo les costará menos volver al colegio, sino que les estaremos enseñando que hacer algo intelectual también es un disfrute y que precisamente en vacaciones podemos tener más tiempo para ello. Debemos buscar aquello con lo que nuestros hijos disfrutan aprendiendo y aprovechar las vacaciones para potenciarlo”.

Si te encuentras en la tarea de inculcar en tus hijos una actitud autodidacta, puedes acompañarte de los mayores expertos en conseguir transmitir esta habilidad a los niños: Kumon, llevan muchos años ayudando a niños y niñas a fortalecer su capacidad de aprender para descubrir todo su potencial.

Y si necesitas más recursos para convertir a tu hijo en mejor estudiante, no te pierdas el material que junto a Kumon hemos puesto a tu disposición en: www.educarestodo.com/mejores-estudiantes

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Educar es todo

Educar es Todo es un proyecto cuyo objetivo es colaborar con madres y padres en su labor educativa. Uno de los pilares fundamentales de una buena sociedad es apoyar la tarea de las madres y padres que lideran los hogares y la educación de sus hijos. Por eso, queremos acompañarlos en este apasionante viaje educativo, aportando ideas, reflexiones y estrategias que les ayuden a conseguir ese objetivo, que entendemos que es el de todos. Esperamos que también el tuyo.

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