Frases prohibidas: “Es lo que hay. La vida es así”

Aunque es cierto que con algunas cosas tenemos poco margen más allá de aceptarlas, ¿es bueno educar a nuestros hijos quitándoles sus sueños y promoviendo la resignación ante el estado de las cosas? Lo vemos con la historia de Julio.

Frases prohibidas: “Es lo que hay. La vida es así”

Es cierto que entendemos quizá mejor que nuestros hijos cómo funciona el mundo. Y muchas veces lo dejamos muy claro ante nuestros hijos, incluso cuando ellos sueñan con que las cosas sean de otro modo y creen que algo así es posible. Y aunque es cierto que con algunas cosas tenemos poco margen más allá de aceptarlas, ¿es bueno educar a nuestros hijos quitándoles sus sueños y promoviendo la resignación ante el estado de las cosas? Lo vemos con la historia de Julio.

Julio, de 7 años, sale del colegio muy soliviantado. Cuenta que una monitora del comedor ha chillado a sus compañeros de clase de muy malas maneras por haber hecho mal la fila en el patio y que les obliga a comer todo lo que hay en el plato. Incluso señala que su amigo Ricardo, hijo de amigos de sus padres, se ha puesto a llorar por el grito que pegaba la monitora. Sus padres no ven demasiado grave el asunto: ven que es normal que los niños deban acabarse lo que hay en el plato y entienden que es complicado llevar a tantos niños. Y, además, creen que su hijo debe acostumbrarse a ser tratado así, porque así es la vida. Y justamente así lo expresan:

-Bueno, Julio, no es para tanto. Mejor que te vayas acostumbrando ya a ese tono. Es lo que hay. La vida es así. 

Sin embargo, poco después, la madre de Julio, Rosa, recibe una llamada de la madre de Ricardo, Mayte, que le cuenta que su hijo estaba tan indignado y asustado por el trato de la monitora, que han estado pensando en la familia qué podría hacer Ricardo para contribuir a encontrar una solución a este trato irrespetuoso. Y han acordado que Ricardo escribiría una carta, con una nota de sus padres, contando esta situación al AMPA, a la Dirección del colegio y a la empresa del comedor, y que hablaría con la monitora para decirle que “si yo te hablo con respeto tú tienes que hablarme con respeto”.

Al día siguiente, Ricardo y Mayte hablan con la monitora, que les reconoce que se desborda por los gritos y los malos comportamientos de los niños y a veces “pagan justos por pecadores”. Agradece la sinceridad de la madre y el niño y promete que pondrá cuidado para hablar a los niños con respeto y sin gritos.

De este modo, Julio y Rosa se dan cuenta de que hay cosas que sí está en nuestra mano cambiar y mejorar y que, en lugar de decir “así es la vida”, es preferible preguntar: “¿Y cómo se te ocurre que podemos tratar de resolver este problema?”.

 

 

 

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Educar es todo

Educar es Todo es un proyecto cuyo objetivo es colaborar con madres y padres en su labor educativa. Uno de los pilares fundamentales de una buena sociedad es apoyar la tarea de las madres y padres que lideran los hogares y la educación de sus hijos. Por eso, queremos acompañarlos en este apasionante viaje educativo, aportando ideas, reflexiones y estrategias que les ayuden a conseguir ese objetivo, que entendemos que es el de todos. Esperamos que también el tuyo.

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