Eva Bailén, autora de Cómo sobrevivir a los deberes de tu hijo: “Los deberes no tienen por qué ser lo más importante y no debes sentirte en la obligación de vivir con ellos”
En Gestionando Hijos ya conocemos la historia de Eva Bailén, una madre que sufría viendo a su hijo pasar tres horas todas las tardes haciendo deberes y que, lejos de dejar su protesta en el ámbito privado, emprendió una campaña para exigir la racionalización de los deberes. Ahora Eva publica el libro Cómo sobrevivir a los deberes de tu hijo, donde, acompañada de expertos solventes, no solo nos cuenta su experiencia sino que también analiza el estado actual del sistema educativo, los derechos de los niños, los efectos de adelantar conocimientos en la infancia, ejemplos de innovación educativa y las alternativas que padres y profesores tienen ante las tareas escolares. Hablamos largo y tendido con esta madre comprometida con la innovación educativa y los derechos de la infancia.
¿Cómo has vivido este proceso de ser madre sufridora, que protesta por los deberes, a líder y representante de un movimiento?
Este cambio es una de las cosas más emocionantes que me han ocurrido. He pasado de tener todas esas dudas sobre cómo hacer las cosas de la mejor manera para educar a mis hijos correctamente a llegar un día y decirme que yo ya sé lo que quiero y no es que mi hijo se pase toda su infancia sin poder jugar.
Cuando encuentras esa determinación, emprendes un movimiento y empiezas a encontrar a tantísima gente que te apoya, la verdad es que coges una fuerza y un coraje de los que no te crees capaz. Creo que he tenido suerte y simplemente he puesto voz a un sector.
Yo sé que hay gente que está feliz con esta vorágine de deberes, pero creo que los demás también tenemos derecho a elegir y el problema es que ahora mismo no podemos hacerlo. Cuando tú no quieres que tu hijo haga deberes, no puedes elegir un colegio en función de esto o los pocos que hay no están a mi alcance porque son privados o están lejos.
¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?
A mí me gusta mucho escribir. Hace un año y pico empecé a escribir en un blog, todoeldiaconectados.com, también colaboro en el blog trasteandoenlaescuela.com. Al tener todos los artículos ahí publicados y tener una campaña cuyas actualizaciones yo creo que están elaboradas, creo que esto captó la atención del sello Temas de Hoy del Grupo Planeta. Se pusieron en contacto conmigo y yo no lo dudé, para mí fue un sueño hecho realidad. Ojalá este sea el primero de muchos.
¿Qué podemos encontrar en el libro?
El título (Cómo sobrevivir a los deberes de tu hijo) hace pensar que solo está dirigido a los padres. Yo trato de analizar la situación, los cambios que ha habido en el sistema educativo, cómo es el sistema educativo actual y analizar por qué ahora mismo los niños están desbordados de deberes. Yo quiero que las familias entiendan que no tenemos que aceptar esto como “es lo que hay” y no tenemos que obligar a nuestros hijos a vivir a este ritmo de vida que nos marcan muchos colegios. Creo que también hay otras opciones y tenemos nuestro derecho a pensar de otra manera y a querer escoger otro tipo de educación. Para ello, me apoyo en opiniones de expertos, me han ayudado un inspector de Educación, profesores, maestros… En el libro hay bastante documentación para que no sean solo reflexiones de una madre. Por eso yo creo que también es interesante para profesionales y docentes. Hay un capítulo entero escrito por una maestra, Isabel Vizcaíno, que aporta mucha reflexión sobre por qué las leyes y los cambios de ley no son excusa para justificar un incremento de deberes. El libro tiene bastante rigor para ver que se puede trabajar de otra manera, a pesar de las leyes y a pesar de muchas cosas.
En tu libro cuentas con la participación de muchísimos expertos, como Catherine L’Ecuyer, Rosa Jové, y muchos maestros. ¿Cómo conseguiste su implicación?
Rosa Jové se puso en contacto conmigo cuando lanzamos el vídeo de la campaña, que se viralizó con el hashtag #lohacesypunto. El vídeo me ha puesto en contacto con muchísima gente, porque le ha dado mucha visibilidad al problema. Y Rosa es una gran defensora de los derechos de los niños y es contraria a los deberes. Ella ha ejercido como docente y no mandaba deberes. Cuento en el libro cómo Rosa trató el tema de los deberes con aquellas familias que se los pidieron: les mandó a sus alumnos hacer deberes sobre algo que todavía no habían visto en clase. Y a pesar de que no lo habían visto en clase muchos alumnos trajeron los deberes hechos. ¿Quién los había hecho? Los padres. Entonces ella demostró que no tiene sentido. Al final se trata de defender, como dice Rosa, el derecho al juego del niño, el artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño. Con Catherine L’Ecuyer me puse en contacto cuando fui a redactar la petición, le comenté lo que quería hacer, me animó a ello y me puse en contacto con ella porque yo había leído artículos suyos diciendo que los niños en España tienen demasiados deberes y que deberían jugar más. Me gusta mucho el argumento de Catherine de que tratamos de acostumbrar a los niños a todo cuanto antes y que no tiene ningún sentido. Ella pone el ejemplo de hacer la declaración de la renta: Ve aprendiendo a hacer la declaración de la renta cuando tienes 15 años para cuando te toque hacerla a los 25, pásate diez años ensayando. No tiene sentido, ¿no? Cada cosa a su tiempo.
¿Qué expertos y opiniones resaltarías más de tu libro?
De las opiniones de expertos, cada una en su ámbito, tienen bastante peso. Hay psicólogos, maestros de Primaria, profesores de Secundaria, un inspector de educación… A mí me gustan mucho las opiniones de maestros y profesores, como la de Alfonso González Balanza, con su carta “Yo confieso”, o todo el apoyo de Isabel Vizcaíno, que además es una maestra con varios premios, es muy reconocida en el ámbito de la educación. Me ha apoyado, y me emociona mucho, en el Observatorio de Innovación Educativa de la Universidad Rey Juan Carlos, Rafael Feito y Azucena Caballero y Mireia Long, de la Pedagogía Blanca. Cualquier apoyo desde el sector profesional de la educación o psicólogos o incluso médicos tiene un significado grandísimo para mí.
¿Cuál es el mensaje central que quieres dejar en los lectores?
Creo que es que se pueden hacer las cosas de otra manera. Los deberes no tienen por qué ser lo más importante y si a ti te están causando un problema no debes sentirte en la obligación de vivir con los deberes. Hay otras opciones y haciendo muchos deberes tu hijo no va a ser un adulto mejor ni más feliz.
¿Qué dirías a los padres que piensan que pedir la supresión de los deberes es cuestionar la autoridad del profesor?
Entiendo que se puedan sentir así, pero hay que hacerles comprender que no se trata de desautorizar, yo no estoy metiéndome con su trabajo en el aula ni les estoy diciendo cómo tienen que dar sus clases. Creo que tienen que entender que yo tengo una libertad en mi hogar y tengo derecho a decidir cómo pasar las tardes de mi vida. Tienen que entender que esto es una intromisión. Hay veces que sientes que tienes al profesor en tu casa diciéndote cómo tienes que hacer. Es un protagonismo el que tienen los deberes en tu vida y en la de tu familia que llegas a pensar que así no puedes vivir, y lo deberían comprender. La libertad de cátedra acaba donde empieza la libertad de las familias para educar a sus hijos en su tiempo y en el respeto al tipo de familia y a la dificultad de conciliar la vida laboral y familiar, que ya es bastante complicado de por sí como para introducir esta variable de los deberes que supone, cuando son muy pequeños, que alguien se tiene que quedar con ellos en casa haciendo los deberes.
Creo que está muy enraizado en nuestra cultura que el profesor puede mandar todos los deberes que quiera y que puede disponer del tiempo libre de los niños para lo que quiera y es una idea con la que tenemos que acabar sin que se sientan cuestionados.
¿Crees que está muy arraigada la idea de que los deberes son necesarios para inculcar la cultura del esfuerzo y que si no hay deberes no hay esfuerzo? ¿Nos han vendido muy bien esta idea a los padres?
Sí. Nos han vendido una cultura del esfuerzo que a mí me parece ridícula. Siempre pongo el ejemplo de que yo puedo decidir que me voy a esforzar mucho y voy a fregar el suelo de rodillas. Pero eso no va a hacer que me guste fregar el suelo, ni me voy a sentir realizada ni nadie va a pensar qué bien lo hago y que me estoy esforzando mucho. Van a pensar que soy idiota. Los deberes están ahí para justificar ese esfuerzo y da igual que el niño esté copiando enunciados, que esté copiando el libro literalmente o que esté haciendo las mismas cuentas todos los días. El niño ya sabe sumar y suma más rápido que una calculadora, pero sigue haciendo sumas todos los días porque hay que esforzarse. Yo eso no lo veo.
El esfuerzo te produce una recompensa y una satisfacción cuando tienes un reto, te has esforzado y has superado ese reto. Pero hacer un esfuerzo simplemente para machacar horas, eso no es un esfuerzo. Eso es una penuria y no sirve para nada.
Vamos a ver qué esfuerzos son los que realmente merecen la pena. Lo que tenemos que hacer es plantear a los niños retos, actividades motivantes que, cuando ellos vean que las han acabado y se han esforzado por acabarlas, realmente se sientan motivados, se sientan crecidos, y piensen: “He hecho algo importante, me siento realizado, me siento orgulloso de lo que he hecho, estoy progresando”. Pero hacer deberes repetitivos todos los días es un esfuerzo baldío.
Dices que no hay que conformarse y comerse los deberes porque sí, que hay alternativas. ¿Qué ideas ofreces para padres desesperados por los deberes?
Yo creo que hay que empezar por ir a hablar con los profesores. Incluso hay padres que han dicho a los profesores que cuando manden deberes ellos van a decidir los que el niño va a hacer y los que no y el profesor lo ha aceptado bien y han podido establecer un diálogo. Lo primero es ir a hablar, siempre con respeto y buenas formas. Si no funciona, en el libro explico las fórmulas legales: cómo se puede presentar un escrito, cómo se puede hablar con la Inspección de Educación para justificar ese derecho de las familias a no hacer deberes. Ninguna ley de educación ha hablado de los deberes jamás. Si no se habla de los deberes en las leyes es algo que realmente no están obligados a imponer. La LOMCE dice que los criterios de evaluación deben ser observables, pero un profesor no puede observar los deberes que está haciendo un niño en casa, con lo que no se podrían evaluar. La Consejería de Educación de Cantabria ha comenzado el curso recordando que los deberes no son evaluables. Si los deberes no forman parte de la nota, con el trabajo de clase, que el profesor está realmente observando, los niños pueden optar al 100% de su nota. Se da el caso de niños que sacan sobresaliente en los exámenes, pero como no llevan los deberes hechos su nota baja a notable. Es un contrasentido, porque un niño que ha demostrado en clase que puede sacar un sobresaliente sin hacer deberes es que no los necesita.
Después de que se hablara de los deberes en la Asamblea de Madrid, ¿nos podrías contar cómo va este debate a nivel público y lo que te van contando de otros coles?
Mi percepción es positiva, está habiendo cambios. A nivel político se ha aprobado una proposición no de ley en Madrid, también en Murcia y en Canarias y en Cantabria parece que la Consejería de Educación se ha posicionado al respecto. Una amiga mía maestra me comentaba que en su colegio, en las reuniones iniciales, antes de que arrancara el curso, sus compañeros estaban diciendo que no iban a mandar deberes. Hay padres que me han dado las gracias porque han visto cambios en el colegio, que los maestros han rebajado la presión. Se está abriendo tal debate que está calando. Si aquellos padres que estaban dudosos, les ha servido para reforzarse y posicionarse claramente, a mí me parece muy positivo.
Hay profesores que cuando se les pide que rebajen la carga de deberes, cuentan que si no mandan deberes no llegan a consolidar conocimientos ni a dar todo el currículo que se les exige.
Si los profesores están desbordados lo que no se puede hacer es descargar su carga de trabajo en los niños y en las familias. Si el sistema educativo está mal diseñado, tenemos que protestar profesores y padres y decir que no llegamos. Si lo que importa es que las pruebas externas salgan bien y para ello tenemos que sobrecargar a los niños, pues que salgan mal las pruebas externas. ¿Vamos a intentar demostrar que el sistema educativo va bien a costa de presionar a los niños? Pues no, si está mal está mal. ¿Van a salir mal los resultados de PISA si no mandan deberes? Pues que salgan peor. Pero las horas lectivas son las que son. Lo que no puede ser es que cambian la ley, introducen nuevos contenidos, adelantan etapas y nosotros machacamos a los niños y a las familias para que parezca que la ley no funciona mal. No se puede descargar en los niños los errores que se están cometiendo a nivel legislativo y a nivel de sistema. Isabel Vizcaíno cuenta que según la LOMCE está más que aconsejado trabajar por proyectos y ella lo hace, no tiene problemas y no manda deberes.
¿Qué más iniciativas llevas a cabo dentro de este movimiento?
Desde que inicié la petición se ha ido poniendo en contacto conmigo mucha gente y una de las primeras cosas en las que me involucré fue en trasteandoenlaescuela.com, que trata de dar visibilidad a los maestros innovadores, que no mandan deberes, que trabajan por proyectos. He participado en el último congreso del Observatorio de Innovación Educativa de la Universidad Rey Juan Carlos. Escribo además en el blog De mamás & de papás y no pierdo la oportunidad de acudir a programas de televisión o radio y contestar todas las entrevistas que me pidan sobre este tema. Me parece muy importante impulsar la innovación educativa.
Hablamos de deberes, ¿pero qué opinión te merecen las extraescolares?
Me preguntan mucho sobre el tema y me dicen que nunca cuento a cuántas extraescolares estoy llevando a mi hijo. Cuando mi hijo tenía tres horas de deberes no tenía tiempo de ir a extraescolares. A mí me sienta muy mal cuando dices que tu hijo tiene muchos deberes y te cuestionan a cuántas extraescolares les estás llevando. ¿Pero de verdad tú crees que yo tengo tan mala cabeza de llevar a mi hijo, si está sobrecargado de deberes, a alguna extraescolar? Las extraescolares dependen de cada niño. Tengo una hija que me las pide y mi hijo me dice que si no la llevo a ninguna para él mejor. Las extraescolares tienen que ser porque al niño le guste y tenga alguna inquietud, no puedes pretender que el niño sepa todos los idiomas y practique todos los deportes. También hay que comprender que en la escuela la música y las artes estén relegados a un tercer o cuarto plano. Las extraescolares hay que decidirlas con cabeza y corazón para que sean extraescolares que al niño le gusten, pero si te complican la vida y la de tu hijo, no hay que olvidar que lo importante es que el niño llegue a casa con tiempo para jugar y estar con la familia.