Combatir el estrés en la oficina y en casa con estas cinco claves
Es un hecho del que ya hemos hablado que muchos padres y madres consideran más agotador educar que trabajar y qué duda cabe que a menudo es más estresante (y más gratificante también, claro está). Por eso, quizá nos venga bien aplicar en casa estas cinco ideas clave para recurrir al mindfulness en el trabajo que nos brinda Empresas Saludables. Y no es nada complicado, porque como hemos dicho muchas veces entre el mundo de la educación de nuestros hijos y el mundo profesional hay muchísimos aprendizajes cruzados. Y mantener la calma y reducir el estrés nos viene de perlas en ambos escenarios.
María Soto, de Educa Bonito con Disciplina Positiva, nos explicaba a la perfección en una entrevista por qué educar nos resulta tan estresante: “¿Cuál es la actividad diaria que más implicación emocional tiene para nosotros? Criar y educar a nuestros hijos es sin lugar a dudas lo más bonito e increíble que haremos en nuestra vida pero también lo más intenso, conlleva una “carga” emocional inmensa sumada a un desgaste físico importante, que es fácilmente desbordada ante cualquier momento de estrés”. La experta nos recordaba que cuando nos sentimos así, “cuando las emociones se desbordan, el cerebro racional se apaga. No actuemos en ese momento”. Cualquier profesional sabe que el estrés no nos permite tampoco trabajar bien, de modo que la calma es necesaria para el mundo profesional y para el hogar. ¿Pero cómo lograrla? Empresas Saludables nos dan unas pistas para el mundo profesional fácilmente traducibles al calor de nuestro hogar y con las que podemos enseñar a nuestros hijos el valor de la calma y técnicas para encontrarla (o no perderla). Veamos.
1.- Respirar de manera consciente.
No resulta extraño que precisamente “Respira” se llame el texto viral sobre maternidad que escribió Jessica Gómez para recordar a madres y padres la importancia de mantener la calma y no olvidar lo importante. “Puedes fregar los platos más tarde. /Mientras tú limpias él crece. /Él no necesita tantos juguetes. /Trabaja menos y quiere más. /Y, sobre todo, RESPIRA. /Serás madre toda tu vida. /Él sólo será niño una vez”, nos decía la autora. Centrar nuestra mente en la forma en la que respiramos nos hace concentrarnos en el momento presente y acallar pensamientos negativos y estresantes. Del mismo modo, si enseñamos a nuestros hijos a respirar de manera concentrada, podremos regalarles una técnica que les servirá para toda la vida.
2.- Eliminar la tensión corporal
Relajar nuestros músculos, evitar la tensión en la postura o incluso retirarnos a tumbarnos un momento nos puede ayudar a evitar la escalada de tensión y hostilidad a la que nos conduce el estrés excesivo con nuestros hijos. Hacer con nuestros hijos ejercicios de este tipo, diciendo que se conviertan en marionetas, puede ser un juego muy divertido y relajante.
3.- Hacer de la comida un momento relajado
Comer rápido, haciendo de ello una carrera o una guerra por que tomen una cucharadita más no ayuda a hacer de la comida un momento de disfrute y de encuentro. Mantener una conversación relajada, masticar despacio, saborear los bocados e, incluso, colaborar todos juntos en la preparación de la comida nos puede ayudar a relajarnos en la mesa. Por esto, para hacer de la comida un momento relajado y consciente, quizá no sea buena idea compartirlo con la tele o distraer con pantallas porque así el niño “nos” come más.
4.- Un ratito de relax (por ti y por todos tus compañeros)
Sabemos que el tiempo libre no nos sobra a padres y madres. Pero si estamos a punto de estallar como una olla exprés, no pasa nada por regalarnos un momento de relax, saliendo de la escena que nos provoca estrés y diciendo que necesitamos calmarnos. Incluso si vemos complicado el hacer mutis por el foro, podemos proponer a nuestros hijos una actividad que nos pueda relajar a todos, como pintar juntos, leer un cuento, bailar, escuchar música relajante tumbados en el suelo o, de nuevo, respirar.
5.- Encontrar nuestro espacio de calma
Quizá sea un sillón donde nos podamos mecer suavemente, quizá sea la cama, las páginas de un libro o incluso el cuarto de baño (lugar nada poético pero muy común), pero lo cierto es que si queremos combatir el estrés en casa parece interesante que cada uno de los miembros disponga de un refugio de calma y lo cree a su gusto.
Y vosotros, ¿qué hacéis en el trabajo y en casa para encontrar (o conservar) la calma?
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