La formadora de familias Amaya de Miguel es experta en disciplina juguetona: una manera en la que nuestros hijos e hijas obedecerán nuestras órdenes poniendo el amor en el centro.
Le preguntamos sobre ella y sobre otras cuestiones en esta entrevista.
1. Cuando estás trabajando con bebés y comienzan a tirarse del pelo y se hacen daño, ¿cómo utilizar la disciplina juguetona en esta edad?
La mejor herramienta que he encontrado para que los niños pequeños dejen de agredir (es preciosa y en muchos casos funciona muy bien) consiste en: primero, atiendes al bebé agredido, le haces unos mimos y te aseguras de que esté bien.
Después, coges en tu regazo al agresor, tomas sus manos en las tuyas y con mucha suavidad le dices: “Qué manos tan bonitas, cómo me gustan. Estas manos son para acariciar, para jugar a… (algo a lo que tu bebé juegue), para acariciar a mamá y papá, para coger los colores…”. Cada vez que el niño agreda, repites la operación. También puedes hacerlo en forma de canción, siempre la misma canción, con la misma música: “Estas manitas son para acariciar. Estas manitas son para jugar. Estas manitas son para dibujar”.
Por supuesto, esta estrategia hay que combinarla con una presencia del adulto cuando los bebés estén juntos, para anticiparse a la agresiones y frenarlas antes de que ocurran, si es posible.
2. Durante un conflicto, ¿cómo consigo quitar la distracción del propio conflicto, pero a la vez que aprendan de ello?
A veces retirar al niño de la situación negativa es en sí un aprendizaje, porque evitamos que se genere un hábito. Otras veces podemos hablar del conflicto en un momento de tranquilidad y calma, o contar un cuento en el ocurran situaciones similares a las del conflicto, y se resuelvan de la manera positiva que esperamos.
Los cuentos son una herramienta potentísima con niños menores de 8 años: se pueden contar, se pueden dibujar y se pueden representar con muñecos como si fuera un teatrillo. Con niños un poco mayores a veces funciona dibujar un cómic divertido.
3. ¿De qué manera los juegos que hemos realizado en nuestra infancia influyen en el adulto que somos hoy?
Muchas de las habilidades que necesitamos como adultos las hemos desarrollado en la infancia, ya que el juego nos exige buscar soluciones a conflictos, escuchar y adaptarnos a otra persona, negociar, ceder, ser creativos…
Además el juego da placer y felicidad, y este placer deja una huella de salud emocional y bienestar que se puede traducir en una autoestima sana y fuerte en la edad adulta.
4. ¿Desde cuándo podemos iniciar la disciplina juguetona?
¡Desde el nacimiento! Tú puedes cantar una canción cada vez que cambias el pañal a tu bebé, y estarás usando la disciplina juguetona al marcar un ritmo diario con una canción, dando consistencia a este acto, provocando emociones positivas en el bebé y en ti.
5. ¿Me podrías dar alguna herramienta para gestionar situaciones de celos entre hermanos con la disciplina juguetona?
En la ponencia del Homenaje a la educación os di algunas herramientas para solucionar conflictos entre los niños. Lo más importante es no hacer nunca de juez o policía, dando la razón a uno y regañando al otro, y poner fin a la situación conflictiva con un juego como llamar a una policía ficticia que te ordena que persigas a los niños para hacerles cosquillas.
Para manejar las situaciones de celos y rivalidad es importante que los niños comprendan qué les ocurre. Es importante hablar con los niños de los celos, usando el lenguaje adecuado para su edad.
A una niña pequeña se le puede decir: “Veo que cuando estoy con tu hermana vienen las hadas de tirar juguetes al suelo”. Podéis dibujar las hadas de las emociones que me hacen sentir bien y de las que me hacen sentir mal (pueden ser hadas, monstruos que no den miedo, súper héroes, mariposas invisibles…), siempre sin catalogarlos ni demonizar ninguna emoción.
En mi casa hemos dibujado al hada llorinis (la que nos hacía llorar), al hada risinis (la de reír), al hada mordidinis (la de morder), al hada de los besos, etc.
A continuación es necesario darle una alternativa para que esa situación sea tolerable: “¿Qué te parece si tiras este juguete blando que no se rompe, y vienes conmigo mientras doy de mamar a tu hermana? En cuanto acabe, tú y yo podemos leer un cuento”.
Finalmente, es muy bueno que los niños puedan vivir en la fantasía lo que no pueden vivir en la realidad. Si tu hijo dice: “Ojalá mi hermana no existiera, la odio”, es probable que tú le regañes. Pero tu regañina no va a cambiar su sentimiento. Es un sentimiento real y no permanente, probablemente a veces odie a su hermana, y otras veces la quiera mucho.
Yo te aconsejo que cuando tu hijo diga cosas así, construyas un mundo en su imaginación donde la hermana no exista. Puedes decir: “Te entiendo, te encantaría que no hubiera más niños en esta casa. Y que todas las cosas ricas fueran para ti. Y que mamá y papá estuvieran todo el rato contigo”. Tu hijo va a intervenir y añadir lo que realmente desea, probablemente cosas exageradas e imposibles también. ¡Déjale que lo viva en la fantasía! Le va a ayudar a expresar y procesar el malestar que, en algunos ratos, le supone tener una hermana.
6. ¿Cómo gestionas tus emociones para reaccionar con amor cuando estás cansada o muy ocupada?
El primer paso es a la vez obvio, difícil e importantísimo: intentar no estar tan cansado. Con cansancio es muy complicado dar sosiego y alegría a los demás. Por eso una de las cosas que enseñamos en Relájate y educa es a tener tiempo de calidad para uno mismo.
Con las vidas que llevamos hoy, es difícil, pero mis alumnos lo establecen como prioridad y lo consiguen. Por ejemplo, si tienes 15 minutos libres al día, puedes elegir si los usas mirando el móvil o echándote una micro siesta que te permita cargar las pilas.
La clave está precisamente en empezar a elegir: elegir qué hago, elegir cuáles son mis prioridades, elegir cómo me relaciono con los demás. A veces en la vida parece que vamos en un carro tirado por caballos, y no tenemos las riendas; los caballos van por libre, eligiendo ellos el camino y nosotros nos dejamos llevar con el descontrol que eso conlleva. En el momento en que tomamos la responsabilidad de elegir, estamos cogiendo las riendas de los caballos y podemos alcanzar los objetivos que nos propongamos.
Si yo soy consciente de mi dificultad para relacionarme desde la calma cuando estoy cansado, puedo elegir relacionarme de otra manera. Pero ¿cuál es esa manera? Para conocerla es necesario formarse, tener herramientas y sobre todo comprometerse y responsabilizarse de la propia decisión.
7. ¿Nos cuentas trucos de disciplina juguetona para compartir en el cole con mis compañeros de trabajo y que disfruten de ella?
El primer paso para aplicar la disciplina juguetona es elegir la sonrisa y el respeto. Tratar a la otra persona (sea un hijo, un alumno u otro adulto) con cordialidad y respeto profundo. Pero ojo, la sonrisa no implica falta de firmeza.
La firmeza es estupenda porque da mucha seguridad a todos: a los niños y a los adultos. Firme no significa autoritario; firme significa asertivo y seguro. Una persona firme no es arbitraria, no cambia de idea, no improvisa las normas; al contrario, da pautas muy claras que todos (niños y adultos) conocen y por eso pueden seguir.
En mi experiencia, la cooperación entre los niños y los profesores es una herramienta de éxito seguro. Si el profe se gana la confianza de los niños y establece pautas de cooperación, como si todos (profe incluido) formaran parte de un mismo equipo, el grupo va a funcionar con mucha más fluidez.
De nuevo lo más importante es elegir la sonrisa. Y a partir de aquí se pueden aplicar estrategias como las canciones, que son geniales para las transiciones (cantar siempre la misma canción para hacer la fila, para sentarse, para salir al patio…), y también para dar instrucciones (la canción de coger el lápiz, la canción de guardar el estuche, etc.).
Con niños más mayores funciona muy bien empezar el día con algún momento de conexión de juego, chistes o contando alguna anécdota interesante (interesante para los niños).
Y hay herramientas que no son juguetonas pero que fomentan la confianza hacia el profe y la construcción del equipo. Yo soy madre de tres hijos y siento que algunos de los profesores que han tenido no les conocían, porque solo se ocupaban de su rendimiento académico. ¿Qué tipo de vínculo se está generando ahí?
Genera un vínculo fuerte, conoce a tus alumnos, charla con ellos, dales muestras de cercanía y estarás creando ese vínculo que hará que todos disfrutéis más en vuestro día a día.
8. ¿Cómo se aplicaría la disciplina juguetona con un niño con autismo que no quiere que lo toquen?
Imagino que este adulto necesita tocar al niño, y el niño le rechaza. Me pregunto si el niño rechazaría también a un muñeco. Tal vez si el adulto se pone un guante convertido en muñeco o una marioneta de mano, el niño sí se deje tocar.
Incluso la mano desnuda podría convertirse en un personaje que habla con el niño (“hola, soy la mano Lola, y me encantan las barrigas de los niños. Pero ¿tú tienes un ombligo o no, lo puedo mirar?”). El adulto podría contar cada vez una aventura que le ha ocurrido a ese personaje, hasta que se cree una especie de relación entre el niño y el personaje. Quién sabe, tal vez así el niño se deje tocar.
También es posible acercarse al niño poco a poco. “¿Estoy demasiado cerca?”. Si el niño dice que sí, te alejas un pelín. Al cabo de un rato estiras tu mano y añades: “Esta mano necesita acercarse a ti, ¿qué te parece ahora, se puede acercar un poco más?”. Sé que requiere mucha paciencia, pero ese acercamiento lento será la única garantía de que el niño no manifieste ese rechazo tan grande a ser tocado.
9. ¿Es eficaz la disciplina juguetona si hasta ahora se ha empleado otro tipo de disciplina?, ¿requiere de formación o preparación?
La disciplina juguetona es eficaz siempre, y si te ha gustado lo que te he contado, mi recomendación es que la pongas en práctica cuanto antes. Te van a sorprender los resultados. Eso sí, no se puede aplicar en todas las situaciones. Es una herramienta más que se emplea para educar con respeto, alegría y emociones buenas que ayuden al niño a interiorizar las conductas positivas. Hay que combinarla con otras herramientas.
Si eres payaso de manera natural, tal vez no necesites preparación, pero entonces no estarías haciendo esta pregunta porque aplicarías el juego de manera natural. En mi experiencia lo mejor que se puede hacer para tener la familia que uno desea es formarse.
Yo me formé y formo a cientos de personas que han logrado tener la familia que deseaban. Siempre recomiendo formarse, conmigo o con otro profesional. Hay profesionales muy buenos que te pueden ayudar, solo tienes que encontrar al que toque la melodía que a ti te guste.
10. ¿Cómo adaptamos esta disciplina ante una retirada de teléfono o redes sociales para que se conecte mejor con la familia?
En este caso entiendo que más que disciplina juguetona, lo que se necesita en estos casos son tres pilares: firmeza, alternativas y mucha conexión.
Firmeza, porque en los momentos de dificultad tendremos que mantener las pautas que nosotros hemos decidido para la familia.
Alternativas de entretenimiento, ya que el móvil me lo da todo hecho y cuando ya no lo tengo, necesito aprender a entretenerme yo, necesito manejar mi aburrimiento y frustración… Al principio el niño necesitará tu ayuda, crea actividades dinámicas y creativas.
Finalmente, mucha conexión. A veces creemos que son los niños quienes tienen que hacer el esfuerzo de conectar con nosotros. Yo en cambio considero que somos nosotros, los adultos, quienes tenemos que buscar la conexión todos los días, muchas veces, tengan la edad que tengan nuestros hijos.
En Relájate y educa tenemos un objetivo que casi todos mis alumnos consiguen: que en las interacciones del día a día, el 80% sea conexión y solo el 20% instrucciones.
La conexión la busca el adulto siguiendo los intereses del niño. Algunos de mis seguidores me dicen que no pueden conectar con sus hijos porque cuando les preguntan qué tal les ha ido en el cole los niños no cuentan mucho. ¡Sigue los intereses del niño! Conecta a través de lo que a tu hija le interesa, no a través de tu necesidad de saber qué tal va en el cole. Esta necesidad tuya la puedes satisfacer hablando con el profe y con otros padres. Conecta riéndote de sus bromas, haciendo actividades chulas juntos, charlando de lo que a tu hija le importa.
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