Lucía, mi pediatra: “No llegamos a todo, ya está. Una vez asumido se trata de disfrutar de lo que tenemos”
Solo tiene un día de vida y Eres una madre maravillosa es ya el libro más vendido en Amazon España. Hablamos con su autora, Lucía Galán (o, como la conoce todo el mundo Lucía, mi pediatra) sobre su nuevo libro, su forma de ver la maternidad, el peso que tiene la ilusión en su forma de educar y cómo se relaciona con los profes de sus hijos.
¿Por qué el título de “Eres una madre maravillosa”?
El título lo tenía tan claro, tan, tan claro que no podía ser otro. Y ¿por qué? Porque se nos olvida, porque nadie nos lo dice, porque ni siquiera nosotras nos lo decimos y lo que es peor, porque ni siquiera nosotras nos lo creemos. Por eso, porque aún con toda nuestra montaña de defectos somos madres maravillosas
¿Qué podemos encontrar en tu nuevo libro?
Una maternidad y una paternidad real, a pecho descubierto, lo que nadie me contó antes de empezar esta aventura. Además tenemos en él a tres niños increíbles con unos padres inspiradores que han luchado y que luchan cada día mucho más de lo que jamás lucharemos los demás. Son historias de héroes de verdad, historias tan valientes y comprometidas que merecen ser contadas y leídas por millones de personas.
¿Cómo se te ocurrió escribirlo?
Porque cuando terminé Lo mejor de nuestras vidas tenía la necesidad de seguir contando cosas, de seguir compartiendo… fue una necesidad personal de ir más allá.
Ya sabes que el sentimiento de culpa pesa mucho en padres y madres. ¿Qué ideas nos darías para quitárnoslo de encima? ¿Cómo creer que somos maravillosos?
La culpa destruye, machaca y oscurece el espejo donde nuestros hijos se miran cada mañana, que somos nosotros. Debemos identificarla cuando llegue y eliminarla rápidamente de nuestros pensamientos. No llegamos a todo, ya está. Una vez asumido se trata de disfrutar de lo que tenemos, de lo que la vida nos ha dado, de lo que nosotros hemos conseguido y de dar lo mejor de nosotros a los que nos rodean. Y ¿cómo creer que somos maravillosos? No tienes más que preguntarle a tu hijo quién es la mamá o el papá más maravilloso del mundo. Él te dará la respuesta. Y los niños no mienten ¿verdad?
En este nuevo libro, hay muchas historias de superación de padres y madres. ¿Qué te gustaría que los lectores aprendieran de ellas?
Me gustaría que dejáramos de quejarnos por cualquier cosa, que dejáramos de lamentarnos y de castigarnos. Me gustaría que tras leer las historias de Jonay, Álvaro y Natalie aprendiéramos a disfrutar intensamente de la vida y de la maternidad, porque aunque parezcan unos años eternos e intensos, pasan volando y nuestros hijos ya se habrán ido cuando queramos recuperar ese tiempo.
Decías en tu primera charla con nosotros que “cuando una mujer se convierte en madre se vuelve madre de todos los niños del mundo”. Si en nuestra vida social estuvieran en el centro los valores de la maternidad (el cuidado, el amor), ¿el mundo sería un lugar mejor? ¿Eres consciente de que, de alguna manera, estás contribuyendo a esto?
¡Qué bonito! Muchas gracias. Ojalá pudiera contribuir aunque solo fuera un poquito a mejorar este mundo. El amor… todo gira en torno al amor. El amor es el legado más grande que les dejaremos a nuestros hijos. El amor por ellos, por los que nos rodean, por lo que nos rodea, por lo que hacemos y cómo lo hacemos… Por supuesto que les dejaríamos un mundo mejor si habláramos siempre desde ese lugar, desde el amor, desde el cuidado y desde el respeto.
¿Cuáles dirías que son las mayores lecciones que te han dado la experiencia de la maternidad y los hijos?
He aprendido muchas cosas, sigo aprendiendo. He aprendido a no juzgar, a nadie nos gusta que nos juzguen pero es que cuando juzgan tu maternidad es tan doloroso. Debemos escucharnos más y juzgarnos menos. He aprendido a pensar más en mí, como mujer, no sólo como madre; a escuchar mis necesidades y luchar por ellas. Y he aprendido que la vida está en continuo movimiento, en continuo cambio, que casi nada es para siempre y que aunque nos caigamos debemos levantarnos una y otra vez y seguir adelante buscando la luz y el equilibrio, esté donde esté. Y esté donde tú decidas que esté.
Sabes que en Gestionando hijos hablamos mucho de educar con ilusión. ¿Se te ocurren ideas para aplicarlo en el día a día?
¿En qué momento los adultos pierden la ilusión? ¿Esa ilusión infantil y juvenil que te hace invencible? Es maravilloso tener ilusiones, sueños y objetivos por cumplir. En mi casa tenemos nuestra lista de sueños, nuestro viaje de los sueños, nuestra futura casa de los sueños… incluso mi hijo muchas veces me dice: “venga mamá, vamos a soñar despiertos” y empezamos a fantasear y dejar volar nuestra imaginación mientras merendamos. Cada uno de ellos va añadiendo pequeños detalles a los sueños y terminamos muertos de la risa los tres juntos. No puedo imaginar mi vida sin ilusión, soy una soñadora nata ¿qué le vamos a hacer? Soy mucho más feliz así y mis hijos también.
Nos gustó mucho ver en tu Facebook tu apoyo al Pacto por la educación en equipo (www.equipoeducativo.com) . ¿Cómo cultivas la cooperación con los profes de tus hijos? Si ha habido desencuentros o diferencia de opiniones, ¿cómo los has resuelto?
Creo que la base de todo está en una adecuada comunicación entre los profes, los niños y los padres. No deberían de existir bandos, sino una misma sintonía, un círculo bidireccional a través del cual discurriese la información y la energía. Nunca he visto a los profes como el enemigo, ni me gusta tampoco hacer piña con ellos para ir en contra de los niños. Las veces que he necesitado hablar con ellos siempre han estado, siempre he notado su apoyo y su interés común por el bienestar de mis hijos. Pienso que la comunicación, el respeto y la empatía deben ser la base sobre la que se construya la relación entre ellos, nuestros hijos y nosotros, los padres.