“Estudiar en el extranjero es como subir una montaña, cuando has alcanzado la cima, ves el mundo desde otra perspectiva”. Esta frase es de Sergio Gazeau, de Travel & Tuition, una empresa familiar situada en Barcelona y Madrid, que se dedica hace más de 30 años a la formación académica, el aprendizaje de idiomas y experiencias en el extranjero.
Según nos contaba en una conversación apasionante que tuvimos con él, los niños y niñas que habían tenido la suerte de vivir esta experiencia, volvían de ella totalmente transformados.
En el curso 2016-2017 (el último del que el Ministerio de Educación tiene datos) 120.000 alumnos españoles de todas las edades salieron a estudiar al extranjero. Hoy, la situación ha cambiado. La COVID-19 ha eliminado de la cabeza de muchas familias la idea de enviar a sus hijos a estudiar fuera.
No es de extrañar, la situación no es la idónea. Sin embargo, hay muchos motivos por los que subir esta montaña sigue mereciendo la pena. Y estos motivos se pueden resumir enumerando las cualidades con las que volverá tu hijo en la mochila:
1. Resiliencia
Llegar a un país nuevo, sin nadie conocido; estudiar en un colegio nuevo, con nuevos compañeros; tener que adaptarse a otras comidas, costumbres, horarios… Las personas que pasan por esta situación, desarrollan su capacidad de adaptación al enfrentarse a nuevas experiencias que deben gestionar de manera independiente y analítica. Y esto, en el mundo cambiante en el que vivimos, es fundamental. Anteriores generaciones encontraban un primer trabajo y era, muy probablemente, el trabajo en el que se jubilarían. La pareja también era, en muchos casos, la definitiva. Hoy todo es transitorio. Compramos ropa y muebles low cost para poder cambiarlos siempre que queramos. La resiliencia (capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversa) es una de las habilidades más necesarias en las sociedades actuales. Inculcársela a nuestros hijos es clave. “Nada de lo que podamos enseñarle nosotros les calará tanto como vivir esta experiencia por sí mismos” nos decía Sergio en esta charla.
2. Habilidades sociales
Nuestros hijos, en esta subida a la cima, ampliarán sus habilidades sociales al entrar en contacto estrecho con nuevas personas y entornos culturales diferentes al suyo. Esto es también fundamental hoy en día. Las empresas buscan personas que sepan trabajar en equipo, relacionarse con los demás de una forma eficaz… y esto solo se aprende practicando.
3. Responsabilidad
Proteger a nuestros hijos no es quitarles las piedras del camino, es enseñarles a saltarlas. Y eso es lo que van a tener que hacer en una experiencia como esta. Saltar y saltar. Lo que les hará individuos más responsables, autónomos… No nos engañemos, nosotros no vamos a estar siempre que les surja un problema. Tenemos, por tanto, que darles las herramientas para que sepan hacerles frente ellos por sí mismos.
4. Flexibilidad
La vida es incierta, cambiante. No podemos dar nada por sentado, porque de un día para otro nos cambian todos nuestros esquemas. La primera experiencia que va a cambiar los esquemas de la vida más o menos tranquila que llevaba tu hijo es esta. “No es nada malo, al revés, es una experiencia en la que no está solo. Aprenderá, desde en un entorno seguro, a surfear las olas de la incertidumbre. Y esa es la clave. El acompañamiento que va a recibir”, apunta Sergio.
5. Visión multicultural
Nuestros hijos viven rodeados de personas más o menos afines a ellos. Estudiar con alumnos de otros países y culturas les abrirá la mente. Les hará individuos más tolerantes, empáticos, solidarios… Y eso, en un mundo global, es básico.
Entendemos que aún después de haber leído lo anterior, sigas teniendo reticencias, por eso creemos que hoy más que nunca, este camino debe hacerse en la mejor compañía. “El propósito de Travel & Tuition es precisamente ese. Que quienes suban esta montaña (tus hijos) vayan acompañados de unos buenos sherpas que les ofrezcan el apoyo y el seguimiento que necesitan para que la subida a la cima de esa montaña sea educativa, a la vez que apasionante”, concluía Sergio en nuestra conversación.