Vídeos que inspiran: “Los cuatro rasgos de la generación de los millenials”, de Simon Sinek
El experto en liderazgo Simon Sinek aborda en esta breve charla los rasgos principales de la llamada generación de los millenials, nacidos después de 1984, y se centra en tres características: la forma en que han sido educados (“se les dijo todo el tiempo que eran especiales, que tendrían todo lo que quisieran de la vida solo por quererlo e incluso algunos sacaron sobresalientes no porque se lo merecieran, sino porque los profesores no querían enfrentarse a los padres” y por eso tienen muy baja autoestima), las nuevas tecnologías y las redes sociales (que “generan una sustancia que se llama dopamina, que te hace sentir bien y es muy adictiva” y “lo que ocurre con las redes sociales es que muchos chicos ya no saben cómo crear relaciones profundas y significativas) y la impaciencia (“están creciendo en el mundo de la recompensa inmediata”, no tienen que esperar para comprar algo, ni para ver una película, y así olvidan que las cosas más importantes, como el amor, llevan su tiempo). Una reflexión que nos deja mucho que pensar, muy en la línea de lo que nos habló Noelia López-Cheda acerca de educar a nuestros hijos para que tengan una buena resiliencia y buen nivel de confianza en ellos mismos.
Para Simon Sinek, los millenials están siempre insatisfechos. Y uno de los factores que lo explica es que fueron “educados en un modelo fallido: “Se les dijo todo el tiempo que eran especiales, que tendrían todo lo que quisieran de la vida solo por quererlo, recibieron premios en el cole no porque se lo merecieran sino porque los padres se quejaron (así que algunos sacaron sobresalientes no porque se lo merecieran, sino porque los profesores no querían enfrentarse a los padres)”. Llegados a adultos, “ los arrojas al mundo real, y enseguida descubren que no son especiales, que su mamá no les puede conseguir un ascenso, que no te dan nada por llegar el último y que no puedes tenerlo todo solo por desearlo“. Este enorme contraste, dice Sinek, hace que “su imagen de sí mismos se desmorona y tienes una generación entera que crece con menos autoestima que la generación anterior”. No ayuda tampoco la idea de nosotros mismos que proyectamos en las redes sociales, donde solemos decir que la vida es fabulosa y que sabemos de todo.
Otro de los factores que afectan a los millenials son las nuevas tecnologías y las redes sociales. “Sabemos que el cerebro, en relación con los móviles y la tecnología, genera una sustancia que se llama dopamina, te hace sentir bien recibir mensajes, tener likes, miras una y otra vez lo que está pasando. La dopamina es el mismo químico que nos hace sentir bien cuando fumamos, bebemos o apostamos. Es muy adictiva”. Nuestros adolescentes no pueden beber ni apostar por ley, pero sí pueden engancharse a las redes sociales. Y el problema, dice Sinek, no son las redes sociales o los móviles, “es la falta de equilibrio”. Así, “si por la mañana antes de decir buenos días a tu pareja miras el móvil, es que eres un adicto. Si estás cenando con unos amigos y mandas un mensaje a alguien que no está ahí, también”. Esto además provoca que “muchos chicos ya no saben cómo crear relaciones profundas y significativas. Admiten que muchas de sus amistades son superficiales, que no cuentan con sus amigos, solo se divierten con ellos”. Sinek propone dejar el móvil fuera del dormitorio, bromea con que si lo usas de despertador te podrías comprar un despertador, confiesa que deja el teléfono en casa cuando sale con amigos a cenar y apuesta por dejar los móviles fuera de la sala de reuniones en el trabajo para “quitar las tentaciones, hablar con tus compañeros mientras empieza la reunión y así forjar relaciones significativas”.
La tercera de las características de esta generación sobre las que queremos reflexionar es la impaciencia. “Están creciendo en un mundo de gratificación inmediata. Quieres tener algo y lo compras en Amazon y te llega al día siguiente. Si quieres ver una película, no tienes que esperar a que la pongan en la programación. Todo lo que quieras lo puedes tener enseguida, excepto la satisfacción en el trabajo y relaciones fuertes. No hay app para eso“. Sinek dice que “me encuentro a chicos jóvenes que quieren dejar un trabajo porque no han conseguido un gran impacto ¡y apenas llevan 8 meses!”, por lo que sugiere que esta generación debe aprender la paciencia.
Analiza Sinek también el entorno empresarial, muy centrado en el corto plazo y en los resultados en lugar de las personas, lo que “no ayuda a esta generación a construir confianza”. Y recuerda la necesidad de divagar, porque “es ahí donde ocurren las grandes ideas y la innovación, no en las constantes interacciones”.
Mucho que pensar, ¿no os parece? ¿Y si lo vierais con vuestros hijos adolescentes?