Tomando como referencia “7 claves para un líder productivo”, post de la web Empresas Saludables, traducimos las grandes habilidades de los buenos líderes en el mundo profesional para extraer aprendizajes para la educación de nuestros hijos. Porque, no nos cansaremos de repetirlo, aunque son dos mundos que parecen reñidos tienen muchas más competencias, habilidades y lecciones en común de lo que se podría pensar. ¿Quieres conocer cuáles son las claves para ser un buen líder? Sigue leyendo.
Estos son los siete requisitos del líder productivo, que podríamos extrapolar al buen líder en el hogar.
1) Saber ver las necesidades del equipo: El líder productivo (y el buen líder en el hogar) es casi el coach de su grupo de trabajo o en su familia y por eso debe tener en cuenta qué necesita cada persona cara a alcanzar sus objetivos. A la hora de tomar las decisiones que nos encaminen hacia esos objetivos, y como dice Keith Murnighan, hay que pensar primero en las reacciones que desea suscitar y luego determinar las acciones que de llevar a cabo para incrementar las probabilidades de provocarlas. Pensar en las acciones sin contar con las reacciones ha sido el motivo de errores de muchos líderes.
2) Delegar para conseguir la auto-regulación: Al igual que con el equipo de trabajo, con nuestros hijos hay que “llevar a las máximas consecuencias el proceso de delegación”. Compartir objetivos, confiar en nuestros hijos y responsabilizarles de sus propias acciones son las claves para delegar mejor.
3) Aprender de los errores: Algo que hemos realizado y que tiene un resultado no deseado puede servirnos en el futuro. Si aprendemos juntos y vemos los errores como oportunidades de aprendizaje, haremos un mejor equipo.
4) Trabajar la gestión de conflictos: Que en los conflictos que en la oficina o en casa se dan de un modo natural no se llegue a un resultado de ganadores y perdedores, sino a un acuerdo de gana-gana, es fundamental para hacer un buen equipo. Y además, es necesario que el líder de la oficina o los padres en el hogar impulsen la asertividad en su equipo, que todos expresen su parecer con respeto.
5) Visualizar en el tiempo: Nos dicen en Empresas Saludables que “un objetivo siempre debe tener una fecha de consecución. Esta condición es la que diferencia los objetivos de los sueños”. En casa, tener en cuenta los tiempos es también importante para poder alcanzar objetivos educativos y no perdernos en sueños.
6) Cuidar el clima organizacional y en el hogar: Fomentar un ambiente de trabajo y un ambiente familiar donde todos nos sintamos cómodos contribuye a hacer mejor equipo. No te olvides de disfrutar con tu equipo en casa y en el trabajo.
7) Saber tomar distancia: En el libro Supere el no, William Ury creó el concepto “asomarse al balcón”; es decir, actuar como si estuviéramos en una terraza viendo la situación desde arriba. Ese tipo de distanciamiento mental ayuda a tener una visión más objetiva de la situación y de lo que se puede realizar en un futuro. Y desde luego es tremendamente necesario que en la educación de nuestros hijos tomemos distancia en muchas ocasiones, pues como nos dice María Soto “educar es la tarea más intensa que tenemos”