Jordi Amenós: “Un niño necesita las fabulaciones para construir su mundo. Es de vital importancia que eso esté cuidado, mimado y dignificado”
Jordi Amenós es terapeuta especializado en constelaciones familiares y salud sistémica. Además, ha sido guionista del mundo del espectáculo, de modo que conoce bien el poder de las historias para crecer (y ayudar a nuestros hijos a crecer) y también para limitarnos. Por eso, es creador de la narrativa terapéutica, un enfoque de crecimiento personal “que pone la atención en la manera que tenemos de contarnos la vida”. Es autor de Dónde está la luna. Tendremos el placer de contar con su participación el 10 de junio en Barcelona. Con su voz sugerente e hipnótica, nos recordará que “el idioma del niño son las historias”, de modo que es buena idea “dominar la conciencia narrativa para no quedarnos atrapados en narrativas que nos puedan sacar de nuestra potencialidad” (y no atrapar a nuestros hijos en historias que los limitan), “ vivir más en sintonía con la belleza del arte” y no olvidar “los mensajes del alma, que son aquellos que dotan de sentido profundo la existencia”.
¿Qué es la narrativa terapéutica?
Es un abordaje de ayuda que pone la atención en la manera que tenemos de contarnos la vida. De alguna manera, hay una narrativa que nos lleva a la vida y hay otra narrativa que nos saca de ella, literalmente. Nuestras heridas infantiles, nuestras heridas biográficas, incluso los temas pendientes en la familia, acostumbran a generar emociones contraídas o emociones no expresadas. La consecuencia de estas emociones no expresadas es que se generan historias sobre ellas. Y a partir de aquí es donde empieza un extraño baile en el que mucha gente se acaba creyendo sus propias historias tomando un mayor compromiso con su propia mitología que con su propio corazón. En la narrativa terapéutica acompañamos a la persona a desgranar las historias, descubrir qué hay detrás de ellas, qué emociones y qué dones no han podido ser expresados o en qué momento la persona pensó que su identidad iba de la mano de estas narrativas. Es un trabajo de crecimiento personal y de terapia para que el pasado descanse y el futuro pueda ir llegando.
¿En qué puede ayudar la narrativa terapéutica a padres y madres a educar de una manera más consciente, con más ilusión?
A nuestra cultura le falta poner mucha más conciencia en el hecho de contar historias. Un niño necesita de las fabulaciones para poder construir su mundo, por lo tanto es de vital importancia que eso esté cuidado, mimado y dignificado. Los cuentos de hadas o las historias que se han contado durante toda la vida tienen mucha sabiduría e incluso espacios arquetípicos que el niño necesitará para construirse. Para un niño, las historias son verdad. En algunas familias, se cuentan historias en las que se descalifica al padre o a la madre, o se generan narrativas en las que la familia pierde fuerza o la criatura pierde fuerza. Para el niño, todo eso es verdad porque su idioma son las historias. Dominar un poquito la conciencia narrativa ayuda a ir cuidando esos espacios para no quedar atrapado en esas narrativas tan hechizadoras que nos pueden sacar de nuestra potencialidad.
¿Con qué mensaje quieres que el público se quede tras tu ponencia el 10 de junio?
El mensaje es claro: Hay una manera de vivir más en sintonía con la belleza del arte que lo cambia todo. Mi invitación a las familias es que esto se cultive, se cuide y se mime. Nuestra cultura está hiperracionalizada, que tiene buenas noticias, porque tenemos móviles, enviamos a gente a la Luna, curamos enfermedades, pero hemos olvidado los mensajes del alma, que son aquellos que dotan de sentido profundo la existencia. Poder invitar a que el niño conozca estos idiomas a través del arte muchas veces es una invitación a que él sepa que tiene derecho a su propio camino y que la vida es mucho más que esta racionalización que hemos construido entre todos.
¿Qué retos de los que tenemos padres y madres a la hora de educar a nuestros hijos te parece más importantes?
En el mundo actual, uno de los grandes retos será acompañar a su hijo e hija a que no se identifique con su identidad digital. Esto es una urgencia. Cuando voy a trabajar a colegios e institutos empiezo a ver a niños que confunden su verdadera identidad con su identidad en redes sociales, o que basan su autoestima en referencias externas que nada tienen que ver con su validez. Uno de los grandes retos que va a tener que afrontar nuestra generación será acompañar a los hijos en el descubrimiento de ellos mismos lejos de estos impulsos o estas identidades más digitales. Por otro lado, yo siempre animo y confío en que se eduque en la belleza y en la bondad: descubrir la belleza del mundo y la propia y la bondad de cuidarla para todos. Yo creo que esa es una buena invitación.
¿Qué claves podrías brindar a padres y madres para apostar, en el día a día, por educar a través de las historias y que sus hijos se formen su propia historia auténtica?
En primer lugar, apuesto por invitar a que el niño invente muchas historias. Otra de las claves es contarle muchas historias y a partir de ahí hacerle ver que somos seres multihistoriados, que solo nos descubrimos cuando nos contamos de muchas maneras. Esto para un niño es de vital importancia, para no caer en actitudes que hagan que solo se identifique con una de sus partes y se pierda a él mismo. Esto para mí, en el mundo educativo, es oro, porque si no caemos en las ideas racionalizadas de que este niño es así, este niño es asá. No, este niño es así aquí y ahora, y a la vez hay muchas dimensiones humanas que quizá podemos acompañarlo a que se descubra. Los cobardes descubrirán que son valientes, los valientes descubrirán que la prudencia también es un don. Los que no tienen ideas pueden descubrir que hay una creatividad en ellos que nunca fue invitada a salir. Los que se quedaron sin comunicarse también es bueno que sepan que hay muchas maneras de comunicarse, que no hace falta alzar la voz para tocar el corazón de alguien. Ahí es donde el trabajo con historias creo que tiene un impacto maravilloso y necesario, para que empecemos a descubrir que nuestra identidad no se basa en lo que nos contamos.
¿Por qué te has animado a participar en nuestro encuentro?
Para mí es un honor que hayáis pensado en mí y poder mostrar un poquito de mi trabajo y de los cuentos que cuento y mis historias a tantos padres y madres que, entusiastas, acuden a vuestros eventos a poder conocer un poquito mejor cómo es el proceso de acompañamiento. Me siento muy honrado y vengo con muchas ganas de poder aportar algo a este movimiento tan bonito.
¿Qué opinas de nuestro proyecto?
Me parece fantástico. Creo que proyectos como el vuestro a día de hoy, a nivel social, son muy necesarios. Hay unas ciertas complicidades que todo el mundo necesita y que muchas veces encontramos en eventos como el vuestro. Estoy seguro de que muchos padres acuden con los mismos temores, los mismos anhelos, las mismas ideas y a través de los ponentes se genera una idea colectiva. Todos hacemos lo que podemos y de vez en cuando va bien que nos escuchemos. Es muy bonito que alguien haya podido pensar que esto sería una buena idea y haya tenido la fuerza de completarla y ofrecerla.
Imagen de portada: Institut Gestalt / Youtube
Jordi estará acompañado el 10 de junio por todos estos ponentes que nos brindarán ideas para educar con más ilusión y conciencia. ¡Te esperamos!
