Coger en brazos, dar consuelo cuando un niño llora o mostrarle afecto está relacionado, para algunas personas, con la sobreprotección o con malcriar a los niños. En este artículo derribaremos algunos mitos acerca de la crianza en brazos y el contacto físico con nuestros hijos.
¿Criar en brazos es malcriar?
El psicólogo Alberto Soler, en uno de nuestros eventos de Barcelona , ya dejó claro que el afecto y el cariño ni sobreprotegen ni malcrían. Él hablaba sobre un problema de conceptualización, ya que a veces se habla de sobreproteger haciendo referencia a conductas como el tomar teta por encima de x meses, de dormir con los padres o necesitar ayuda para dormir, de pedir brazos o incluso de dejar el pañal. Afirmaba que “se les puede dar teta, brazos y dormir con ellos, pero darles autonomía y libertad”. Porque sobreproteger no es otra cosa que hacer cosas por los niños que ellos podrían hacer de forma libre y autónoma.
En este caso, consolar a un niño cuando llora, cogerle en brazos, dar importancia al desarrollo del vínculo, es más bien cubrir sus necesidades básicas. Rafa Guerrero ha hablado sobre ello en el curso disponible en Educar es Todo, donde las necesidades afectivas también deben ser una de nuestras principales preocupaciones en la crianza. Cuando un niño llora porque tiene hambre, la respuesta automática es darle comida, pero si llora porque está triste o quiere el contacto de su madre, la respuesta automática debería ser consolarlo.
El diálogo tónico: el primer contacto con nuestro bebé
La primera relación que el bebé tiene con el mundo exterior es con la madre o con el padre, y el diálogo tónico, el cual se podría traducir como las primeras conversaciones que tienen con el niño o niña, será la antesala para un buen desarrollo.
El psicólogo Henri Wallon definió este diálogo como el “conjunto de intercambios mediatizados por el modo en que el niño es sostenido por el progenitor y la manera en que el bebé responde a ello, produciéndose una interacción entre las posturas de ambos y el tono muscular resultante”.
Cuando se establece una conexión entre la madre o el padre y el niño/a a través de la satisfacción de necesidades, se producen transformaciones tanto en el adulto como en el niño. El primero en sentir ese cambio en el tono del otro, consigue relajarse. Se modula el diálogo
tónico entre ambos por medio de la voz, la postura del cuerpo a la hora de cogerlo en brazos, etc. Estas transformaciones que viven quedan grabadas en el cuerpo del bebé de manera inconsciente, ya sean positivas o negativas.
Criar en brazos, una forma de identificar las partes del cuerpo
Pocas cosas nos hacen sentir tan bien como un abrazo o el contacto de alguien que queremos cuando estamos tristes o agobiados. Nos hace sentir seguros y comprendidos.
Iñaki Pastor, en su libro “El desafío de crecer”, menciona que “al ser tocados, abrazados o mecidos, los bebés desarrollan, por un lado, la conexión entre cerebro y cuerpo, lo que más tarde les permite moverse con más decisión y control. Por otro lado, comienzan a construir la primera idea que tienen de quiénes son, porque un niño al ser tocado se siente reconocido, siente que existe. Si además se hace con afecto sentirá que es amado y desde ahí construirá su seguridad interior.”
Estos beneficios de ser criados en brazos y con afecto, no es solo beneficioso para los bebés, también para cualquier niño o niña. Cuando existe esta carencia de contacto, ya sea por abusos en los primeros años de vida o por falta de figuras de apego, se pueden presentar problemas a nivel psicológico y físico.
Ideas para criar en brazos
Iñaki Pastor en este mismo libro, hace algunas propuestas interesantes para criar en brazos:
1. Contacto piel con piel, sin ningún tipo de prenda de por medio y el mayor tiempo posible. Este pequeño acto mejora la regulación de la temperatura, incluso la alimentación.
2. Daros baños juntos
3. Tocar y nombrar las partes del cuerpo, ya sea con los ojos abiertos o cerrados.
4. Abrázalo y deja que te abrace. Es un hábito fundamental y que genera satisfacción, con solo 5 segundos es suficiente. Un abrazo cálido, corazón con corazón y acompasando las respiraciones
5. Tocar para mejorar la destreza. Si tienen torpeza en alguna parte de su cuerpo, como puede ser las manos o los pies, dale masajes tipo abrazo. El autor los describe “como si amasaras suavemente esas partes”. Hazlo durante 5 minutos todos los días y notarás un cambio en varias semanas.
Pero sin duda, uno de los consejos más importantes es: nunca le obligues a mantener contacto físico si no quiere, ya sea besos o abrazos. Enséñale la diferencia entre tocar mamá, papá y el pediatra con su permiso y a decir “no” cuando se sienta incómodo o sean desconocidos.
El porteo como medio para criar en brazos
¿Es el carrito la mejor opción para el desarrollo de mi bebé? La realidad es que el carrito está diseñado para que las madres y padres no se cansen tanto de llevar a sus hijos. Actualmente existen carros donde se amortigua el movimiento y los niños no sienten nada, además de pasar mucho tiempo arriba. Cuidado con estas acciones, pueden crear problemas en el desarrollo. Los niños necesitan sentir movimiento, balancearlos a partir de los 2 meses, jugar con ellos y pasar tiempo boca abajo (siempre con supervisión).
Principalmente necesitan pasar más tiempo erguidos, de ahí que el porteo sea la opción óptima.
· Les ayuda en su construcción neurológica
· Aprenden a controlar su cabeza para estabilizarse
· El movimiento de sus ojos les ayuda a adaptarse al entorno
· El cuello desarrolla más fuerza
En definitiva, son los bebés que se desarrollan mejor.
Son múltiples los beneficios de criar en brazos, pero el principal es el vínculo que se establece entre niño y adulto. No hay mayor muestra de afecto o entendimiento que un abrazo o un beso cuando sentimos que el mundo no nos comprende. Cuando los niños no han desarrollado el lenguaje verbal, el no verbal pasa a ser su principal fuente de información y aprendizaje.