Llamamos a nuestro hijo adolescente y no contesta. Tratamos de volver a contactar con él, y tampoco coge la llamada. Pasa un rato y recibimos un mensaje: es nuestro hijo preguntándonos que qué pasa. Le respondemos por Whatsapp, desistimos de intentar volver a llamarle, lo más seguro es que no nos coja de nuevo el teléfono.
Esta escena nos sonará a muchos. Los adolescentes y los jóvenes no contestan a las llamadas. Es más ni siquiera la escuchan porque tienen el móvil en silencio. Prefieren usar la mensajería a la llamada directa, prefieren escribir palabras en una pantalla a escuchar la voz del otro interlocutor en una llamada.
La generación muda que no coge las llamadas
Son varios los estudios que demuestran que la “teléfonofobia” o el miedo a hacer y recibir llamadas de teléfono no es en todos los casos un problema individual, sino que se trata de un problema generacional que afecta desde los millenials hasta edades más tempranas. Es decir, desde la adolescencia en la que nuestros hijos acceden a su primer teléfono móvil hasta los 37.
El estudio “Generación Muda: Por qué los millenials no cogen el teléfono” realizó una encuesta entre 1.200 millenials estadounidenses para saber cuáles eran sus actitudes ante las llamadas de teléfono. Los datos impresionan: a un 81% le produce ansiedad hacer una llamada y tiene que prepararse para hacerla; un 29% evita coger llamadas de sus amigos, un 25% de sus familiares y un 21% del trabajo.
Este miedo a hablar por teléfono viene motivado por el uso de Internet y las redes sociales. Estas generaciones se han habituado a usar mucho más la mensajería instantánea que a llamar por teléfono para preguntar a un amigo o familiar qué tal están.
La teléfonofobia genera ansiedad a muchas personas, ya que no se trata de coger o realizar una llamada de teléfono, sino de mostrar sus habilidades comunicativas ante la incertidumbre del otro interlocutor.
El estudio señala que estas personas prefieren usar los mensajes instantáneos o los correos, ya que se sienten con más control para poder usar sus palabras y para proyectarse con seguridad, ya que se posee más tiempo para pensar que en una llamada telefónica. También así lo confirma Enric Soler, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC): “Los millennials y la generación Z han integrado la comunicación mediante plataformas asíncronas, en las que no es necesario que coincidan en el tiempo los dos interlocutores, y les resulta más fácil, cómodo y menos intrusivo».
Excusas para no coger las llamadas
La encuesta señala alguna de las excusas más comunes que usan estas generaciones para no coger el teléfono son “no me había sonado, tenía mala cobertura, estaba en una reunión o estaba conduciendo”.
Sean excusas o razones reales, la realidad es que los las generaciones venideras tienen muchas probabilidades de evitar las llamadas y abogar por la mensajería instantánea de audios, textos y vídeos.